
La resonancia Schuman, es un conjunto de frecuencias de ondas electromagnéticas que existen entre la superficie terrestre y la ionosfera. Viene a ser como el latido de la Madre Tierra y aseguran que puede provocar un despertar espiritual.
Ahora mismo entramos en una nueva etapa evolutiva que puede conectarnos a la máxima jerarquía cósmica que es la Conciencia Suprema que llamamos Dios. Nuestra misma identidad hecha a semejanza de Dios, es Conciencia, todo lo demás son filtros o velos -como queramos llamarlo- que nos separan de la Realidad y de nuestra verdadera identidad.
Comenzamos a darnos cuenta de nuestra condición como seres divinos y eternos. Para ello tenemos que comenzar a deshacernos de todo lo falso en nosotros. Dejar de aparentar lo que no somos. Deshaciéndonos de la densidad que nos mantiene pegados a la materia de la tercera dimensión.
Tenemos que salir de programas mentales disfuncionales. Porque es la Mente débil la que nos enferma, cuando se alía con el Ego. Y aunque parezca contradictorio, es también la Mente, cuando es fuerte y clara, la que puede sanarnos.
La Presencia y Conciencia Suprema está en todas partes. Somos parte de ella. No es algo para creer sino para vivenciar. Despegamos.






La conexión con la divinidad debe hacerse desde la madurez mental y emocional. La claridad mental nos acerca a la Verdad. Las creencias deben transformarse en experiencias. Se ha hecho necesario el posicionamiento correcto de nuestro Ser para tomar las riendas de la vida en todos los aspectos. La espiritualidad es uno de ellos.
Mi naturaleza es visible y libre de adornos. Mi Ser ya conoce su camino. Por fin se produce la armonía con el personaje que me viste y no reprime su forma de manifestarse.
Alcanzar la SABIDURÍA INTERNA es convertirnos en Observadores de nosotros mismos y de nuestro alrededor sin especular o juzgar. Unificando MENTE-CORAZÓN. Experimentando la energía vital que somos y sentir cómo interactua con la Conciencia Superior.