Calidad humana

El Amor engrandece la Libertad. Si en nombre del Amor se nos priva de nuestra libertad, entonces no es Amor, es manipulación. Sin Libertad no hay Paz, el corazón y el Alma sufren.

Sólo siendo AUTÉNTICO contigo mismo es que eres capaz de AMARte a ti mismo y a los demás. Desde la autenticidad del SER que eres. Pero el ser humano común vive desde el auto-engaño por no conocer el Amor auténtico, por no conocerse a sí mismo y su magnitud de amar.

Viviendo en el elemental nivel del EGO, busca su propio interés. Cuidado. Amarse a uno mismo requiere de una introspección, llevando la mente al corazón y cuestionarse ¿estoy dando lo mejor de mi?

Podemos introducir mejoras y hacer un desarrollo gradual de nuestra Conciencia personal hacia la apertura con la Conciencia universal. Podemos cultivar nuestra propia naturaleza y reactivar nuestro espíritu.

Acaso sea necesario volver a fertilizar nuestro corazón pero siempre que lo hagamos desde la sinceridad y la correcta intención, el crecimiento está garantizado.

No hagamos un sobresfuerzo por obtener aquello que se encuentra fuera del alcance de nuestras posibilidades y verdadero provecho. Porque resulta frustrante y un desgaste de energía. Aceptemos más bien lo que fluye con facilidad hacia nosotros. Permitamos que actúen las fuerzas de transformación interior que, queramos o no, moldean nuestro destino y nos brindarán ganancias inesperadas, no precisamente materiales.

Así es la magia que opera en dimensiones invisibles, en realidades paralelas y si no ponemos resistencia nos ayudará a volar a gran altitud. Libres de ataduras y conflictos. Con una mejor calidad humana.

Vivir en el submundo

Toda mi preadolescencia y juventud la viví desde una mente atormentada, desde la sensación de que nadie me quería, desde el sentimiento de que sobraba, que no me querían porque yo no tenía mérito alguno y me preguntaba una y otra vez qué me faltaba, qué tenía que hacer para que me quisiesen. Qué estaba mal en mí.

A la vez, y ahí nacía el conflicto, es que muchas personas de mi alrededor y la vida misma me parecían miserables. Me sentía torpe, siempre fuera de lugar. La vida me parecía vulgar, banal y el círculo en el que me movía -en el trabajo y en la familia- era tan insulso, tan hipócrita, tan vacío, que me hacía caer en una apatía profunda, desesperanzada y sin energía para romper con lo que me separaba de otras realidades que ni me pasaba por la mente que pudiesen existir.

Yo vivía en un submundo del que no sabía cómo sacar cabeza y poder coger aire. Y me decía a mi misma: «Si acaso tengo que sucumbir lo haré dignamente, no sintiéndome acabada sino habiendo descubierto que vivir vale la pena».

Siempre en la búsqueda pero sin saber qué buscaba. Siempre a las andadas pero sin tener un mapa que me guiase. Mi realidad estaba desfigurada por tanta neblina mental, siendo incapaz de sincerarme conmigo misma. Callé mi Alma y mi corazón más de la mitad de mi vida. No hay nada peor que el auto-engaño y el victimismo.

Yo misma saboteaba mi intuición. Me ha llevado muchísimos años reconocer mi ignorancia. Pero en el fondo no estaba del todo equivocada; efectivamente existen otras dimensiones de nuestro Ser. He tenido que escalar alto y dejar atrás todo lo que creía que era yo. ¡Nada que valiese la pena! ¡Somos mucho más!

Me di cuenta de que no sólo se trata de desear ser feliz y tener una vida plena. Lo más importante para mi ha sido el crear con firmeza la paz interior, el sentirme bien conmigo misma desde la certeza de saber quien soy. Y a partir de ahí, de esa seguridad en mi misma, crear mi propio camino.

La urgencia de conocerse uno mismo.

Vivimos tan engañados. Tenemos tanto miedo de enfrentarnos a nosotros mismos y de sufrir. Nos sentimos perdidos justamente porque no nos conocemos, ni conocemos nuestra valentía y valores.

Al vivir por debajo de nuestras capacidades y temer aventurarnos a dar lo mejor de nosotros mismos, la vida se vuelve mediocre.

Estamos sacrificando a nuestro Ser. Y el sacrificio no surge del Amor sino del miedo y del sentimiento de culpa.

Hagamos un pequeño test para valorarnos, siendo 1 poco y 10 completamente:

a) Flexibilidad y claridad mental ………

b) Compasión y desapego. Armonía emocional …………..

c) Conciencia y responsabilidad por mi bienestar y salud física ……..

d) Paz interior. Fe y Amor por mi mismo y los demás. ……..

e) Cuánto estoy dispuesto a mejorar mi actitud ……….

Utiliza la intención y el compromiso contigo mismo para deshacerte de todo lo inútil en ti (creencias, pensamientos, hábitos). Comenzarás a sentirte mejor contigo mismo y volverá el entusiasmo por la vida, al comenzar a valorarte como te mereces.

Invertir tiempo en uno mismo.

«La vida no es un problema por resolver sino una realidad a ser experimentada»

La Mente interpreta, no es de mucho fiar. Recibe información y le da un sentido u otro; la manipula, siempre justificándose y de acuerdo a sus propios intereses, según sus prejuicios, sus creencias condicionantes … sabe convencer …

La Mente inferior no es auténtica, puede fácilmente falsear según su conveniencia. Hace de juez y sentencia sin hacer justicia a la verdad sino a sus propios intereses.

Por todo lo dicho y teniendo en cuenta que la Mente nos distrae de lo realmente importante y nos hace perder el tiempo, podremos ahora preguntarnos cómo invertir el Tiempo y cómo salir de esa parte de la Mente que nos desconecta de la Realidad.

Es la CONCIENCIA la que percibe el conocimiento de forma directa.

La Conciencia, en la medida que la vamos depurando y desarrollando es Luz; da claridad y simplifica las ideas y los pensamientos hasta enfocar con precisión la Verdad.

La CONCIENCIA nos lleva a un estado de comunión con la Realidad.

La Mente inferior, donde se asientan los miedos y la inseguridad, van desapareciendo de forma natural. Entramos entonces en un estado de conciliación y de desapego. Las máscaras que utilizábamos de cara al exterior las dejamos atrás.

Para hacer este trabajo necesitamos invertir tiempo en nosotros mismos.

Para comenzar a navegar por nuestra Mente y descubrir cómo funcionamos… y darnos cuenta de que NO SOMOS LA MENTE … de que tenemos una Mente a nuestro servicio… A partir de ahí podemos comenzar a reconocernos y reconstruirnos con ayuda de la Conciencia que somos.

Nos transforma o nos trastorna

Absolutamente todo necesita de su justa medida. No existe ningún exceso que sea bueno o que nos beneficie.

Fuera de todo fanatismo, inclusive en el mundo espiritual, todo debe tener un equilibrio y proporción mesurada.

Lo que muchas personas entienden por espiritualidad o religiosidad es una idea interesada, y por tanto forzada, por conseguir algo. Y siempre que la mente se interponga el resultado que se persigue puede estar coloreado por el auto-engaño.

Esa ilusoria espiritualidad, en este mundo relativo y humano, es difícil de detectar por las trampas sutiles que nosotros mismos nos creamos y que a veces otros también alimentan.

Alguien dijo «no ve de la misma manera el árbol, uno que lo quiere talar y otro que simplemente desea sentarse a su sombra».

La motivación natural y el anhelo que nace en el corazón, son los mejores incentivos que nos pueden mover de manera libre, sincera y voluntaria a hacer algo.

¿Qué nos TRASTORNA? Todo exceso. El sobre-esfuerzo, la sobre-exigencia, el deseo exagerado de querer superarse, la busca permanente del éxito. Orgullo desmedido. Fuerte sentimiento de fracaso. El querer sobresalir y destacar siempre.

¿Qué nos TRANSFORMA? La actitud comedida. La atención y el silencio sin esfuerzo. La pureza de intención. El despertar y desarrollo de la Conciencia. Amarnos a nosotros mismos. Ser respetuosos con todos los demás. La sinceridad del corazón. La humildad.

¿Cómo nos percibimos?

¿En qué medida la percepción de nosotros mismos es veraz?

¿Cómo combatir el auto-engaño y error en la interpretación de los juicios hacia nosotros mismos?

¿Cómo detectar las justificaciones que nuestra mente nos facilita para su conveniencia y no cuestionarse a si misma?

¿Cómo captar lo irreal e ilusorio que nuestro cuerpo mental -desde su mente inferior- fabrica para seguir nutriendo al Ego.

¿Cómo sobreponernos a la pereza mental y actuar con voluntad de cambio para el despertar de la Conciencia?

La disciplina fortalece la Voluntad. La respiración consciente oxigena el cerebro y centra nuestras energías. La meditación nos facilita la conexión con nuestro ser esencial. La atención plena nos ayuda en el control mental.

Hagámonos conscientes de que somos Conciencia: LUZ.

¿Cómo?

hombre luz en corazonPara averiguar la verdad debemos cuestionarla desde el CÓMO. La pregunta no debe hacerse desde el POR QUÉ pues damos paso a que la mente-ego responda. Eso significa que vamos a encontrar la justificación para mantenernos inmóviles en una posición de auto-engaño.

Cuando nos preguntamos «Por qué tiene que pasarme esto a mi». «¿Por qué tengo tan mala suerte?». «¿Por qué me ha abandonado?» … no va a aparecer la respuesta correcta sino una réplica para continuar mortificándonos o la excusa para seguir falseando nuestra realidad. Respuestas de la mente que no clarifican ni solucionan nada sino que justifican una actitud errónea de actuación.

Sin embargo, si ante una situación de confusión, conflicto o duda, lanzamos la pregunta desde el CÓMO … «¿Cómo puedo solucionar este problema?» «¿Cómo he llegado hasta aquí y cómo salir de esto? … la misma pregunta hace de puente para llevarnos a una respuesta positiva y clara..

Es entonces cuando estaremos utilizando el poder de la palabra desde la intuición, ya que responderá el corazón.

Podemos deshacernos de muchos sufrimientos y problemas innecesarios planteándonos las cuestiones que nos atañen de forma directa y sincera. Si unimos mente y corazón, si aprendemos a pararnos y escuchar nuestra voz interior, sin lugar a dudas seremos guiados y nos ahorraremos muchos disgustos que eran evitables.

No pospongamos el tomar decisiones. Actuemos a diario para mantener orden y armonía en nuestras vidas. No tengamos miedo a enfrentarnos a los problemas y a nosotros mismos.

Somos mucho más y tenemos más capacidad de acción de lo que creemos.