Una situación de amenaza, real o imaginaria, persistente en el tiempo, producirá una situación de ansiedad, que tiene muchas connotaciones relacionadas con la falta de respuesta adecuada y que produce efectos desestabilizadores a nivel emocional, terminando por manifiestarse también a nivel físico.
Si bien un cierto nivel de ansiedad es algo necesario ya que te hace estar más alerta para reaccionar rápida y adecuadamente ante las situaciones de la vida, esto deja de ser positivo cuando hay un exceso.
Síntomas asociados a este estado serían la sensación de fragilidad, inquietud, vulnerabilidad, desprotección, estrés emocional, angustia, sensación de opresión en la región torácica o abdominal, temor indefinido, preocupación desbordante con miedo a perder el control, taquicardia, sensación de ahogo, temblores en las extremidades, rigidez muscular, insomnio, dificultades para la comunicación, pensamientos negativos y obsesivos, etc.
Muchas veces la sensibilidad se acrecienta, sentimos muy claramente todo lo que sucede a nuestro alrededor y dentro de nosotros mismos, somos en definitiva más conscientes. Pero puede ocurrir que dicha percepción esté distorsionada produciéndonos un sufrimiento extremo sin causa objetiva exterior que lo justifique.
La Medicina tradicional china y la Medicina hindú Ayurvédica.
Estas medicinas antiquísimas nos ayudan a entender los ciclos de la Naturaleza, las del ser humano y el movimiento de las energías (Chi o prana), dándonos una visión holística de cómo se relacionan todas las señales que aparecen en nuestro cuerpo a nivel físico-fisiológico, emocional, mental y espiritual.
A primera vista, en un estado de ansiedad intervienen numerosos elementos implicados, e indicaría que existe algún tipo de desequilibrio de los meridianos del Corazón y Protector del corazón, y en los meridianos de Tierra (Bazo – Estómago) y de Agua (Riñón – Vejiga).
El corazón aparece en el núcleo de un proceso de ansiedad, tiene que ver con lo que percibimos como una amenaza para nuestra integridad y en general con lo que necesitemos expresar. Problemas en este aspecto se manifiestan mediante una coraza muscular en el pecho que además limita el libre flujo de la respiración, esto provoca que se sienta con menos intensidad pero conlleva un gasto energético que a la larga agrava los síntomas de ansiedad.
Los meridianos del corazón y del protector del corazón están encima del estómago en la parte superior del abdomen. Por eso es muy normal que, cuando hay problemas emocionales asociados al corazón, se use la comida para aplacar la sensación de malestar que sentimos o que usemos un inhibidor de la acidez ya que coincide físicamente con dichas zonas.
Si este proceso se hace crónico, la fuga energética producida tarde o temprano pasará factura, normalmente drenando la energía de riñón (nuestro almacén energético último), y afectando al final al resto de funciones y órganos, pudiéndose empezar a gestar un estado de depresión al que muchas veces está asociado.
Un proceso de ansiedad suele estar asociado a un desequilibrio de las energías de la tierra (meridianos de bazo y estómago) pudiendo provocar la sensación de inseguridad. A nivel del campo astral se vería como una desconexión del suelo y nuestros pies. Esta falta de enraizamiento provoca inseguridad en nosotros mismos y por lo tanto en nuestras acciones. Esto provoca además, que la energía de nuestro cuerpo suba hacia la cabeza haciéndonos más mentales.
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La mejor actitud:
Buscar un equilibrio entre lo que se da y lo que se recibe. (Sin crear expectativas)
Aceptar lo que no puedes cambiar y adaptarte desde el corazón a ello; desde la sinceridad y respeto por ti mismo…
Ser paciente. Valorar el tiempo de descanso, disfrutarlo y agradecerlo.
Ser coherente con lo que se piensa, se habla y se actúa.
Vivir el Presente.
La Meditación y la Visualización de Enraizamiento:
Meditar nos va a ayudar a tomar Conciencia de nosotros mismos y a salir de la ansiedad. A darnos cuenta entre lo entre lo real y lo relativo. Nos llevará a la relajación y a encontrar la quietud y la paz en nuestro interior.
Aprender a enraizarnos.
Los remedios naturales y energéticos:
Las Flores de Bach y otras esencias florales. La Homeopatía. Reiki. Acupuntura.
Todas ellas son muy válidas a la hora de tratar la ansiedad y sobre todo, terminar con lo que la origina.