La India – II parte

Una cosa tengo bien clara y soy muy consciente de ello a esta altura de mi vida; uno se siente feliz de forma real y estable solo si uno está bien consigo mismo. Y si no es así, podemos echarle la culpa a los demás o a las circunstancias y justificarnos por nuestro malestar. Pero la realidad es que sólo observando nuestro interior y haciéndonos la pregunta de cómo he llegado a este estado –no por qué- y cómo puedo salir de él por mí misma, es la forma efectiva de hallar la raíz de nuestro malestar y darle una solución.

Fui a la India sin expectativas, queriendo dejarme sorprender. Sabía que en muchos aspectos no me iba a impactar su parte física por la similitud que pudiese tener con Irán (donde viví durante siete años); tráfico caótico, el arraigo a costumbres y tradiciones ancestrales, la devoción religiosa como algo notorio en la sociedad, etc.

Iba dispuesta a “aceptar” y “tolerar” con paciencia y compasión, la visión de la pobreza y la falta de higiene. Pero estando allí después de varios días, había algo que se me escapa de la mente; quería analizar mi estado de ánimo y no podía. Simplemente me sentía relajada y feliz pero era un sentimiento fuera de mi control mental.

Mi mente no participaba ni regía este viaje espiritual. ¿Os lo podéis imaginar? Estaba observando y viviendo estas jornadas tan intensas de emociones desde la ausencia de la mente para juzgarlas o analizarlas. Cuando finalmente me di cuenta de que era así, me dejé llevar totalmente y fue entonces cuando comprendí que ese era el mismo estado con el que viven de forma general la gente del lugar.

La pobreza externa, la falta de confort y hasta la misma falta de higiene y progreso material quedan reducidas o minimizadas ante la indiferencia de los que viven en la riqueza espiritual. Sé que resulta difícil de aceptar desde la lógica mental pero lo entendí así.

Esto es lo que pude experimentar y esta es la comprensión que pude recibir. Intenté no perder ese estado sin mente una vez que volví a España pero no fue posible. Lentamente mi mente se apoderó nuevamente del mando y ese período de quietud que es imposible describir con palabras fue tragado por la fuerza de las energías que dominan a occidente.

DIARIO DE LA ESTANCIA

10.8.2012 // Descansando en el hotel en Delhi, todavía no ha llegado Sara que tenía otro itinerario y ya está en la India desde hace días. Somos unas veinte personas. Tenemos ganas de rencontrarnos con Swamiji.

            Ha venido Swamiji por la tarde temprano, me ha emocionado verle. He estado llorando sin poder evitarlo pues él abraza mi alma y la llena de Amor. Se ha acercado a mí y me ha dicho que en este viaje yo me iba a transformar.

12.8.// Hemos viajado toda la noche en tren para llegar a Benarés y nos han traído a un hotel de lujo, después de haber “salido del submundo” de una estación de tren atestada de gente tirada por los suelos. Suciedad. Miseria. Inframundo. …Todavía no hemos llegado a la parte espiritual… debe ser que hay “capas”, “planos”, dentro de esta India en la que su cáscara es el gris de la indigencia en la lucha por sobrevivir.

            El sonido habitual es el de la bocina de todo lo que tiene ruedas, de forma continua y  ensordecedora. El olor es a podredumbre. La vista puede saltar a diferentes escenas de miseria a las que finalmente te sientes indiferente y ajena. El ritmo es desde caótico a soportar la parsimonia delirante de las vacas por medio de las calles y carreteras. Quiero traspasar estas capas y llegar al mismo corazón de la India espiritual. Quiero conectar con ella porque esta capa superficial que veo no me gusta.

// No sé si es sábado o domingo, he perdido la cuenta del día en que estamos. Ahora son las cinco de la tarde y me siento realmente mal. Había olvidado lo que es el sentimiento de sentirme SOLA. He estado llorando sin poder contenerme. Todos se han ido a pasear o de compras. Yo estoy sentada en el inmenso salón del hotel. Se ha acercado Swamiji. No le he visto llegar. Me ha preguntado que cómo estoy y le he dicho que no lo sé, como siempre le respondo cuando mis emociones están revueltas. Me he echado a llorar.

Una de las últimas noches de muchísimo calor,  estábamos todos apretujados sentados en el suelo de una terraza cubierta del hotel, donde nos reuníamos alrededor del maestro que nos instruía durante una o dos horas. Yo estaría en la tercera fila delante del maestro cuando veo venir directamente hacia mí por la izquierda un enorme abejorro. Como si fuera a cámara lenta, yo miro a Swamiji y él me mira a mí, mientras no pierdo de vista el abejorro negro que finalmente golpea mi garganta fuertemente. Yo grito y hago un gesto de sacármelo de encima y río ante la situación. La gente de mí alrededor se aparta un poco y mira el suelo buscando el insecto, pero no hay rastro de él. En ese mismo momento dice Swamiji y Sara traduce: “era el mensajero de la iluminación”.

Esa noche no pude prácticamente dormir, estaba llena de energía y sentía la garganta como abierta y bullendo, vibrando poderosamente. De vez en cuando llegaba a mis oídos la música de los cantos de los mantras que cantaban en el ashram de Barfani Dada Ji las veinticuatro horas del día.

Cuando me enamoré

Estaba en un estado totalmente de desgana hacia la vida. Rendida, diciéndome que ya había visto y sentido suficiente. Sin luz en los ojos, apagada la sonrisa. Y de pronto, algo inimaginable ha sucedido. Algo no buscado, impensable; me siento enamorada, empoderada de alegría explosiva.

Existe un enamoramiento interno, casi místico, que te enciende la sangre y es fuego que no quema pero que purifica y sana el corazón. Y si ese amor es correspondido entonces la dicha es completa.

El sentimiento de conexión y armonía, las emociones que, como surtidores, se dejan sentir desde lo más profundo del Ser. Un amor elevado ha surgido, y está bien lejos de ser egoísta, por ello lo que produce es sólo gozo. No es un amor de supervivencia. Este amor irradia y atrae el amor puro que busca armonía, sin apegos ni deseos egoístas.

Nuestros corazones han creado una alianza para vivir la felicidad en uno mismo desde la felicidad del otro. Este amor que nace de un sentimiento profundo, que me siento incapaz de definir, es sublime y elevado porque es un amor desinteresado en su esencia y nace de la realidad de quienes somos y de qué somos capaces de dar, sin ningún tipo de miedo a perder.

Este amor, casi espiritual, casi platónico, casi de éxtasis por instantes, ha creado un estado de conexión con el alma del otro de forma real y consciente. Y mi corazón me delata; mi actual locura viene del Amor. Río porque mi alma está de fiesta. En mi interior se han encendido todas las luces desde que lo he encontrado y reconocido.

No me importa si sólo dura un instante; haré ese instante eterno. No me importa si nadie lo entiende; sé lo que siento con total certeza. No me importa si no tiene futuro; te llevo dentro en presente.

Mentir como hábito

Es curioso pero no existe una palabra como opuesta a MENTIR, en ningún idioma según he leído. El contrario sería DECIR LA VERDAD.

Uno de los trabajos semanales en el curso de Entrenamiento para la Nueva Conciencia que creé hace ya bastantes años, era ser Observador de uno mismo para tomar consciencia, del valor de decir la verdad. Cada vez que se decía una mentira, inmediatamente -aunque fuese mentalmente- cambiarla por la verdad.

Por ejemplo, lo más trivial que todos hemos vivido, si nos llaman por teléfono para vendernos algo, no salir con la excusa de decir «ahora mismo no me va bien, llámeme más adelante» si en realidad lo que queremos decir -con amabilidad- es «no tengo ningún interés en comprarlo, muchas gracias«.

Y no pasa nada por decir lo que sentimos si lo decimos con respeto. Parece una tontería, un juego de palabras sin valor, pero de tres cosas os vais a sorprender y mucho si lo hacéis durante veintiún día:

Primero, nos sentiremos aliviados mentalmente. Os daréis cuenta de la cantidad de pequeñas mentiras que decimos al día, sin darle ninguna importancia, pensando que eso no nos afecta a nosotros ni a la otra persona. Mentirijillas blancas, que utilizamos para disfrazar la verdad de lo que pensamos y decimos.

Segundo, El gran alivio mental que sentiremos de no estar, siquiera inconscientemente, alertas a que se descubra el engaño, por pequeño e inofensivo que parezca.

Tercero, Cada falsedad se convierte en una mancha oscura en el corazón. Al principio es muy pequeñita, pero en la medida en que se hace normal el mentir o simplemente falsear la verdad, -disimular la verdad- llega a convertirse en un hábito en nosotros, justamente porque no le damos importancia o por miedo a que nos recriminen, esa mancha se hace cada vez más grande. Al final, ya no sabemos distinguir la verdad de la mentira… pero sentimos un peso en el corazón qué no sabemos a qué achacarlo.

No tengamos miedo a ser más auténticos. Más veraces al mostrar quienes somos. Eso nos hace seres dignos, impecables. Seamos defensores de nuestra verdad, esa es la mejor manera de irradiar Luz. Para que los demás confíen en nosotros, por nuestra autenticidad.

El Tiempo no espera

Si el Tiempo no te espera, qué haces para alcanzarlo.

No hay prorroga que valga. Él no mira hacia atrás, ay de ti si te quedaste rezagado, entretenido, pasmado o perdiste el paso… Hay cosas que con el tiempo no se recuperan, ni lo sueñes. No hay tiempo para mirar hacia atrás y lamentarse. La vida enseña que lo mejor es situarse en el Presente y agradecer lo que nos brinda. Centrados en el ahora y atentos a la Presencia de nuestra naturaleza, para ser y dar lo mejor de nosotros mismos. Es lo que hay. No te lamentes por lo que podía haber sido, vive Hoy desde la gratitud.

Si la Mente en un momento dado no te sigue, y quedó atrás, qué haces para recuperarla.

La memoria, los recuerdos, parece que se van diluyendo, deshilachando o simplemente nuestra historia va quedando desfigurada.

Lamentablemente hoy en día aumentan las enfermedades mentales y de seguro son las más tristes y crueles de padecer. Hagámonos responsables de nuestra salud. Las medicinas alternativas naturales previenen el desgaste de la salud y de un envejecimiento prematuro.

Ejercita tu cerebro. Aliméntalo de forma natural, tomando de manera preventiva GINKGO BILOBA que ayuda a oxigenarlo. También hay ejercicios físicos de respiración en el Yoga específicos para oxigenar el cerebro.

A la industria farmacéutica le interesa tener enfermos crónicos. No te hagas dependiente de los fármacos. Hazte responsable de tu salud de forma activa, comiendo sano, descansando lo necesario, no permitiendo que la Mente te perturbe,

El Tiempo no se detiene pero si uno tiene dominio sobre sí mismo hace del Tiempo su compañero de viaje. Seamos amorosos con nosotros mismos y nuestro interior se iluminará armoniosamente.

En India con los Maestros

// Hemos visitado esta tarde dos templos. Nos hemos sentado a meditar y he llorado como cuando una mujer rompe aguas cuando va a dar a luz. Porque las lágrimas salían solas a borbotones de forma placentera e incontrolable. Algo muy extraño. Era testigo, totalmente consciente, sin ninguna emoción y sin embargo eran chorros de agua bajando por las mejillas que me producían placer. Era observadora, independientemente de mi yo, de cómo el agua –que no lágrimas- corrían por mis mejillas. Y era una sensación muy extraña y agradable a la vez pues yo estaba vacía de cualquier  emoción. Era como observar “esa que llora que soy yo…”

// Pongo estas marcas como nuevo día pero sin saber en qué fecha estamos. Hoy hemos ido en bus a visitar los famosos GATS (escalones) al pie del río Ganges. El río es anchísimo y el agua había subido mucho así que no hemos podido viajar en barco a lo largo del río como estaba planeado pues dijeron que era arriesgado. La gente del lugar tomaba su baño ritual y llenaban vasijas y botellas con esta agua para ellos sagrada. Luego fuimos a visitar diferentes templos a diez kilómetros de Benarés donde Buda dio su último discurso. Nos sentamos bajo ese árbol e hicimos cinco minutos de meditación.

// Nos movemos cruzando la ciudad en esos pequeños taxis sin puertas y de tres ruedas; todos pintados de verde y amarillo. Vamos tres personas detrás y una sentada al lado del conductor. Las normas de tráfico se hacen a través del lenguaje de las bocinas. No hay espejo retrovisor ni espejos laterales pero con el toque largo ellos avisan que van a pasar de forma arrolladora o con el toque corto repetido piden permiso para pasar… todo de forma fluida, sin nervios, atentos pero relajados. Se mueven dentro de un tráfico ensordecedor, dinámico y equilibrado; bicicletas, motos, coches, buses, peatones, vacas… todos sin alterarse, pacíficamente, fluyendo sincronizadamente… esto no es cualquier cosa, es todo una ciencia y por eso lo anoto.

// Esta mañana a las siete hemos llegado donde la ciudad de Ramana Maharishi. Y ahora mismo estoy sentada en la sala de meditación del hotel teniendo en frente –muy cerca- la montaña sagrada de Arunachala y que imagino que uno de estos días circunvalaremos como es el ritual.

Se suponía que teníamos que haber llegado ayer noche pero hubo un accidente en la carretera y nos demoró, estando horas y horas parados dentro del bus. Menos mal que yo pude dormir y descansar y ya cuando amanecía pude disfrutar del paisaje tan inusual; tan verde y adornado con pequeñas colinas, palmeras, arrozales… un espectáculo para la vista  muy gratificante.

// Llegó el final de la primera parte del viaje. Algunos de los compañeros se despiden y vuelven a España. Esta segunda parte es sólo para los discípulos de Swamiji que hemos terminado el curso de yoga avanzado que ha durado año y medio. Todos estamos muy emocionados de haber llegado hasta aquí. La recompensa es ir ahora al ashram de Barfani Dada Ji. Un santo “inmortal” que tiene reconocidos 250 años de vida. Y dicen que él se reúne muchas veces desde el astral con cuarenta y un maestros inmortales ascendidos, jerarquía que controla la Mente del mundo.

Perder la memoria

Se encogieron tanto los recuerdos

quedaron tan velados, tan espesos

y al mismo tiempo, tan deshilachados

y es que ni siquiera ser hicieron brasa

porque no había fuego.

Más que nada se esfumaron,

se evaporaron los recuerdos.

Cuando huyeron las miradas

las sonrisas se perdieron.

Cuando se alejaron los abrazos

ya no hubo más encuentros.

Ya no hubo más recuerdos.

Diferenciar Alma de Espíritu

Todos tenemos una Conciencia personal, local; «de andar por casa». Pero nos conviene saber que también existe la Supra-Conciencia y la Conciencia Universal de la que formamos parte para que aspiremos alcanzarlas y beneficiarnos de lo que ya somos en su totalidad.

El Alma contiene nuestra historia, no nos abandona ni después de la muerte. Es como nuestra guardiana silenciosa; no se entromete, no enjuicia. Se encarga de recopilar los hechos de nuestras vidas -nuestro historial- que nos serviría de mucho a la hora de hacer recapitulación de nuestros actos, para nuestro aprendizaje y evolución.

El Espíritu (Supra-Conciencia) es la expresión auténtica de nuestra esencia e identidad y se expresa cuando despierta en nosotros el sentido de unicidad con la Conciencia Universal.

Desde la comprensión y entendimiento de estas profundas verdades -que están en cada uno de nosotros- es que conseguimos clarificar nuestra Mente llevándola hasta la lucidez de la Intuición y purificar así nuestro corazón de toda emoción y sentimientos negativos, como la codicia, envidia, ira, despecho, egoísmo, etc., para salir, cada vez más rápido de los niveles bajos de Conciencia.

Aspiremos a tener una vida de calidad, son cuatro días. Seamos agradecidos. Seamos impecables.

Yo no soy mi Mente

Quien piensa es mi cerebro. Es mi Mente la que maquina y constantemente trama, manipula, conspira, enreda… no soy yo…

Yo no pienso, quien piensa es mi cerebro. Yo no soy mi Mente.

Desde la Mente se piensa en términos de GANANCIA/PÉRDIDA. La Mente funciona por intereses; hemos crecido bajo esas enseñanzas, aunque se hayan vuelto pensamientos sutiles, esa creencia está, persiste.

Inclusive el AMOR se vive desde la Mente -con intereses-. «No me aporta nada», se escucha decir. «no me conviene», … todo esto son conclusiones que vienen de la Mente. El Corazón se expresa de otra manera. El Corazón, cuando presiente que alguien le puede hacer daño se siente intranquilo, avisa de esta manera, con inquietud. Pero, ¿acaso nos paramos a escucharle? … Pero, luego nos lamentamos «no supe a tiempo», «no reconocí mi error».

Sólo podemos valorar lo que somos capaces de entender. Mantengamos la Mente clara y lúcida; que ocupe su lugar y haga su función. Practicar la Respiración consciente es de gran ayuda; frena los pensamientos repetitivos, obsesivos, inútiles, y los disuelve.

Todos los Miedos nacen en una Mente débil. Fortalecer la Mente, no dejándola que se disperse, con la reflexión, meditación, centrándola desde el silencio.

Mi paso por el templo de Shambala.

Esto sucedió aproximadamente en el verano de 2005. «He llegado a los Cortijos de Shambala, más arriba de Capileira, en Las Alpujarras. Voy a trabajar todo el mes de agosto de cocinera. Denís, un maestro francés en bilocación, va a dar unos cursos sobre los chakras y cosas por el estilo. La comida debe ser vegetariana. No conozco a nadie, todo ha sido hablado y contratado por teléfono.

Esto es mucho más de lo que yo me imaginaba. Intuía que había aquí un regalo para mí pero esto es mucho más de lo que yo esperaba. Denís es un hombre con dones de sanación y clarividencia. Ya sólo el primer día, mientras todos estábamos en el comedor me ha dicho en voz alta para que todos escucharan “quédate a cocinar en septiembre”. Su secretaria dijo enseguida “no hay cursos en septiembre” y él contestó “ya lo sé. Quiero que sea mi cocinera particular. Mi amiga. Mi maestra…” Yo le contesté en broma para quitar importancia “me lo pensaré”.

Me sentía algo abrumada ante tanta adulación pues dijo a todos que en la comida estaba mi energía sanadora. Esta tarde se ha acercado a hablar conmigo y me ha llamado “facilitadora”, sin poder contenerme dije “!ese es mi nombre!”. Pues Iusra es mi nombre de iniciación y significa FACILIDAD y yo me considero una facilitadora de energía, siendo maestra de REIKI.

 Me dijo Denís que a partir de ahora yo debo recibir su enseñanza pero también cocinar para él porque ha sentido la energía que había en la comida que yo preparo. Pero yo le he contestado que yo no quiero ser cocinera. Que esto era totalmente casual.

En la sobremesa escucho a Denís decir algunas cosas interesantes.  Dice que el alumno y el maestro forman un solo cuerpo. Al contrario de lo que se podría pensar, el alumno es la cabeza y el maestro son los pies, porque es más fácil juzgar que caminar.

Me siento feliz y agradecida. Disfruto en la cocina; no pienso en nada, me dedico enteramente a cocinar. Y siento mi mente muy clara. Denís me ha dicho “no te voy a dar la maestría pero te voy a abrir los chakras superiores de la sabiduría».

En el complejo de cortijos que posee Denís está también un templo, una construcción sencilla con una pared enteramente de cristaleras que te dejan ver la inmensidad del lugar. Muchas tardes me llego hasta allí para meditar.

En los dos últimos  días que nos quedan de estar aquí, nos hemos citado en el templo, Denís y yo. Mientras yo estaba con los ojos cerrados en posición de loto durante una hora, él primero me leyó y explicó cosas realmente bonitas que tocaron mi corazón y despertó mi anhelo por lo Divino. Luego tocó la flauta dejándose llevar por el estado de mi alma y después entramos en meditación. Casi al final sentí mi pulsación de vida. Sentí la pulsación de mi corazón, que era la misma pulsación que la de las montañas, de la tierra y del agua. Sentí la pulsación de todos los corazones como única pulsación y que es, además, la pulsación Divina. Experimenté la Unicidad de todo lo vivo. Y vi el Canal por donde circula la Energía Primordial.

Era un placer sentir mi cuerpo desde dentro y al mismo tiempo “sentirlo” desde fuera; como Observadora de mi misma.

Hermosa estancia. Misterioso hombre. Impresionante lugar.

Todo se diluyó en el tiempo.

Mi Maestro tiene Alzheimer

Hace tres años que me fui a vivir con él; un retiro voluntario merecido, pensé yo. Se lo pedí y me dijo que sí.

Como creo que nada es casualidad, por supuesto, todo fluyó para que nuestra convivencia sucediese. Por entonces, él todavía no tenía declarada la enfermedad. Sigo convencida de que nada es casualidad aunque el panorama haya cambiado totalmente y asumo lo que me ha tocado vivir; totalmente opuesto a mis expectativas.

Me tengo que sonreír pues justamente lo que no he tenido nunca es paciencia y ahora, en los momentos en que se me acaba, tengo que ir a por más… y veo que es inagotable… tengo que ir a por más una y otra vez, con la cabeza gacha.

A mí, que me gusta y necesito del silencio, él pone a prueba mi paciencia no parando de hablar, pues le encanta hablar. Pero la cosa va más lejos porque se le olvidan las palabras, ya su vocabulario es corto, pero las suple diciendo: «esto y lo otro y lo de más allá, etcétera, etcétera» que repite una y otra vez.

Es curioso como, lo primero que se va perdiendo es la capacidad de razonar. Poco a poco deja de haber coherencia. Sin embargo, me digo a mi misma, que el Alma y el Espíritu siguen ahí intactos y es lo que nos hace mantenernos unidos, con fuerza y dignidad.

Tengo un gran Maestro; retuerce y estruja mi Ego como si fuese paño de fregar. Ya cada vez menos reacciona mi Ego maltrecho. Practico la respiración consciente, él es una grandísima persona, tengo mucho por aprender. Doy las gracias.