Experimenté el desdoblamiento de Conciencia.

Hace ya muchos años que mi vida dio un tremendo vuelco hasta el punto de que sentí cómo moría en mí el «personaje» -no sólo  la idea que tenía de mí misma- sino también se produjeron cambios a niveles profundos de mi ser. Experimenté un vuelco radical  completo, en un espacio de tiempo angustioso e impreciso, en el que experimenté lo que es el Vacío.  

¿Cómo explicarlo? … las circunstancias de la vida me llevaron al límite, … la sensación fue de que la tierra se abría bajo mis pies y fui a parar a la Nada más absoluta.

No importa por cuánto tiempo, eso es lo de menos. Porque aunque sólo hubiese sido por un instante, también los instantes pueden ser eternos. Así que, viví esa experiencia de morir en vida y dejar de ser. Pero eso no fue lo peor, lo peor vino después, cuando volví a esta realidad ilusoria, sin  identificación y en blanco.

Mis  ojos hicieron un recorrido panorámico de mi existencia,  que hasta entonces me había negado  a ver y reconocer. Las verdades siempre duelen.

Debió suceder que mi alma, por su cuenta, se rebeló, dijo basta a una vida agriamente sin sentido, y me cogió por sorpresa, no dándome tiempo a reaccionar… el caso es que una vez que las funciones de mi cuerpo y mente se pusieron nuevamente en marcha -como una vieja locomotora- pues todo esto me sucedía con cincuenta años más que cumplidos, me paré sobre mis pies decidida a descubrirme y reconstruirme.

Para esta transformación y realización de mi ser debo decir, para ser enteramente sincera, que recibí muchísima ayuda desde planos superiores, y que con toda certeza. gracias a la fuerza y guía que recibí es que pude salir adelante.

Me empezaron a llegar «regalos» que me iban marcando el nuevo camino a seguir. Uno de ellos fue una invitación a un curso de «Respiración Holotrópica»  parecida a la técnica de «Renacimiento«. Estábamos una veinte personas acostadas en el suelo con los ojos tapados. Un médico y cuatro ayudantes iban a supervisar el trabajo de desdoblamiento de conciencia que íbamos a experimentar.

Yo no tenía ni idea de lo que eso significaba o lo que podía llegar a ser. Nos dieron la instrucción de respirar muy fuerte y sin pausa por la boca. Nos ordenaron que no debíamos abrir los ojos ni levantarnos bajo ninguna circunstancia y que si queríamos algo debíamos levantar la mano y alguno de ellos acudiría a ayudarnos.

Pusieron música de percusión a todo volumen y comenzó la cosa. A los pocos minutos levanté la mano. Muy obedientemente no había abierto los ojos ni había salido corriendo como hubiese sido mi primer impulso y le dije que no quería seguir allí, tenía mucho miedo, me estaba mareando, tenía claustrofobia y todos los males se apoderaron de mi..

Me tranquilizaron, me animaron a seguir, uno de ellos se quedó a mi lado guiando mi respiración y prometiéndome que pasado esa primera parte, hasta conseguir la apertura de Conciencia, luego sería una experiencia maravillosa.

Seguí con la respiración al ritmo de la música frenética, tenía ya los brazos rígidos y con muchísimo dolor, como si tuviese los dedos metidos en un enchufe y estuviese pasando por todo mi cuerpo una descarga eléctrica. Mientras tanto me decía a mi misma que ni por un millón de euros volvería a repetir esta experiencia. De pronto, hubo una explosión dentro de mí, y desde mi cuerpo físico ví como mi alma salía del cuerpo hacia otras dimensiones.

Sentí una paz y quietud absoluta. Entre las distintas experiencias que viví allí hubo un mensaje que entró directamente en mi corazón «eres dadora de luz« … Hubo más cosas pero mi relato lo quiero centrar en esa frase que por mucho tiempo no tuvo ningún significado o sentido para mí. Pero ahora, cuando el puzle de mi vida ya está casi terminado, entiendo qué quería decir y sobre todo, ahora sé, que no existen las coincidencias o casualidades y yo fui guiada a cumplir con mi propósito de vida.

Al poco tiempo después yo me inicié en el Reiki y seguí el proceso de aprendizaje hasta hacerme maestra. Durante veinte años he impartido cursos, me he dedicado a la sanación energética y también como Facilitadora en el entrenamiento para la nueva conciencia.

Por encima de la satisfacción propia, los apegos y los propios intereses, existe un Amor que lleva a darse uno mismo. Entendí y resonó en mí corazón la frase de «eres dadora de Luz». Muchísimas veces me obligué a mi misma a reconsiderar el significado sobre la energía del AMOR INCONDICIONAL con el que el Reiki trabaja para sanar.

La acción de dar Amor bajo su forma más pura es lo que enseña el REIKI. Primero con uno mismo. Después conscientemente con uno mismo. Luego, cuando renaces en un acto de abnegación donde surge el Amor, entonces, es cuando se da a los demás de forma incondicional.

Me siento agradecida.

Experiencia de viaje astral

Fue en una sesión de Terapia Regresiva cuando tuve una experiencia totalmente inesperada de viaje astral. En realidad se trataba de unas prácticas entre los alumnos que nos estábamos preparando como terapeutas en este campo, así que no habían expectativas de que ocurriesen grandes cosas teniendo en cuenta nuestra poca experiencia.

Me tocaba hacer de paciente y otro compañero, como terapeuta, comenzó a hablarme con voz sugerente para llevarme a un estado de relajación profunda. No sé en qué momento fue pero, en una décima de segundo, hubo una explosión en mi mente y en mí sucedió un desdoblamiento; por un lado era testigo y por otro era protagonista de una vivencia asombrosa…

… salí de mi cuerpo como una bala hacia arriba y, como dije, al mismo tiempo que sentía la tremenda velocidad y fuerza de salir disparada hacia el firmamento, mi «Yo» observaba cómo me alejaba directa al espacio.

Una vez «arriba», en el azul celeste, de una inmensa nube se asomaron unos rayos de Luz, tan poderosa, que supe era el mismisimo Dios.

Me quedé sin aire debido a la impactante energía que me llegaba y su Fuerza era casi imposible de soportar. Temí que mi corazón fuese a explotar de un momento a otro. Me tendí cuan larga era, suspendida en el espacio, delante de esos rayos de Luz -de esa Energía- rindiéndome a Su Poder. Y me envolvió Su inmenso Amor.

La experiencia es inenarrable, los sentimientos, la misma vivencia, fue demoledora; se creó un antes y un después en mi vida, que luego lentamente fui integrando en mí. Quiero decir que, el hecho de vislumbrar la «Realidad» y de experimentar eso que está más allá de la Lógica, ya no quieres más estar en este plano material y denso y te quedas tan anonadada que la mente se bloquea mientras tu alma busca quedarse en la ensoñación de lo vivido en lugar de volver a este mundo.

Una cosa es segura: no hay vuelta atrás. Las experiencias nos van transformando y nos ayudan a avanzar en entendimiento. Cada vez estamos con una mente más abierta, más flexibles y con menos resistencias y eso nos permite fluir de forma sincronizada con las energías del Universo.

Viaje astral

universo lucesEn las prácticas que hacíamos los estudiantes de Terapia Regresiva, un día me tocó hacer de paciente  con Montse la psicóloga. La primera imagen que me viene es que estoy en un túnel donde no veo luz al final, sólo vislumbro unos cables en el techo. En el túnel yo no piso el suelo, gravito, aunque siempre en posición vertical. Yo llevo una falda roja de un material brillante  plastificado y una blusa azul del mismo material.. Montse me dice que salga del túnel y yo me encuentro con sorpresa en un sitio muy extraño. Todo es de color beige. A mi izquierda dos túneles, construidos uno al lado del otro de un material parecido al barro. Yo estoy a la derecha en un espacio de piedras. Todo tiene el mismo color ocre. Más adelante hay dos chimeneas inmensas. Yo sencillamente estoy ahí parada observando en medio de ese escenario.  Montse me dice que vaya hacia adelante. Me doy cuenta de que me encuentro en otro planeta. Es de noche. La luz es fría, de una luna. Instalaciones  de una nave de hierro muy grande . Es una Base. Montse me pide camine hacia la nave (como de un polígono) y ahí me entra algo de aprensión pues intuyo de que es un sitio que “ha sido abandonado”. ¡Allí no hay nadie! En un momento he sentido SOLEDAD. Montse me dice que vaya a otro momento… Estoy viajando en el espacio a gran velocidad. El universo es maravilloso  e indescriptible,  lleno de luces y colores. Me pregunta si voy en una nave espacial. No. Es mi mente o mejor dicho, es mi Conciencia la que viaja. Otro momento: Veo delante de mí “una grieta”. Es algo inmenso negro y verde  brillante. Soy atraída hacia ella y me absorbe. En otro momento, una bola de energía viene hacia mí e igualmente me absorbe. En ninguno de esos dos momentos poseo un “yo”, simplemente soy absorbida sin sentir nada más que ser  parte de todo el universo. Sin sentir nada, ninguna emoción, nada. Cuando Montse me dice que vaya a otro momento, paso abruptamente a algo que primero veo verde pero que luego aprecio desde fuera como algo inmenso  amarillo y verde… ¿un tubo?… soy sustancia en él. Cuando Montse me pregunta qué mensaje he sacado de toda esta experiencia yo digo con un gran convencimiento en mí corazón: “yo soy del futuro”, “aquí estoy de paso”. He visto y viajado por el Universo. Formado parte de él. Transformándome. Visitando otros lugares intergalácticos… vacíos. .. Volví a casa ya de noche. Me acabo de despertar. Hasta la 1:30h no he podido dormir. Estaba excitada. No he hecho caso a las cosas que me venían a la mente pues la fantasía puede jugarte malas pasadas. Pedí con fervor tener un encuentro con mi Maestro y me vino la frase “el maestro eres tú”. Así que lo dejé pues temí que la fantasía me desbordase … Una cosa es segura: no puedo ser la misma después de esta experiencia

Un viaje astral

luz entre nubesFue en una sesión de Terapia Regresiva cuando tuve una experiencia totalmente inesperada de viaje astral. En realidad se trataba de unas prácticas entre los alumnos que nos estábamos preparando como terapeutas en este campo, así que no habían expectativas de que ocurriesen grandes cosas teniendo en cuenta nuestra poca experiencia.

Me tocaba hacer de paciente y otro compañero hacia de terapeuta, comenzó a hablarme con voz sugerente para llevarme a un estado de relajación profunda. No sé en qué momento fue pero, en una décima de segundo, hubo una explosión en mi mente y en mí sucedió un desdoblamiento; por un lado era observadora y por otro era protagonista de una vivencia asombrosa…

… salí de mi cuerpo como una bala hacia arriba y  al mismo tiempo que sentía la tremenda velocidad y fuerza de salir disparada hacia el firmamento, mi «Yo» observaba cómo me alejaba directa al espacio.

Una vez «arriba», en el azul celeste, de una inmensa nube se asomaron unos rayos de Luz, tan poderosa, que supe era el mismísimo Dios.

Me quedé sin aliento debido a la impactante energía que me llegaba y su Fuerza era casi imposible de soportar. Temí que mi corazón fuese a explotar de un momento a otro. Me tendí cuan larga era, suspendida en el espacio, delante de esos rayos de Luz -de esa Energía- rindiéndome a Su Poder. Y me envolvió Su inmenso Amor.

La experiencia es inenarrable, los sentimientos, la misma vivencia, fue demoledora; se creó un antes y un después en mi vida, que luego lentamente fui integrando en mí. Quiero decir que, el hecho de vislumbrar la «Realidad» y de experimentar eso que está más allá de la Lógica, ya no quieres más estar en este plano material y denso y te quedas tan anonadada que la mente se bloquea mientras tu alma busca quedarse en la ensoñación de lo vivido en lugar de volver a este mundo.

Una cosa es segura: no hay vuelta atrás. Las experiencias nos van transformando y nos ayudan a avanzar en entendimiento. Cada vez estamos con una mente más abierta, más flexibles y con menos resistencias y eso nos permite fluir de forma sincronizada con las energías del Universo.

Os voy a hablar de mi

universo azulPara que me entendais.  Desde que me declaré «atea»  cuando yo tenía unos 30 años, comenzaron a sucederme cosas que hoy podría catalogar como extrasensoriales y -tan evidentes- que tuve que reconocer que «Dios» estaba intentando conectarse conmigo.

Me sentía hastiada, decepcionada de la vida gris y monótona que llevaba. Nada tenía sentido para mí. En un arranque de rebeldía conmigo misma y la sociedad,  dejé mi vida convencional y me lancé «a la buena de Dios».

Y nunca mejor dicho, porque entonces fue cuando comencé a sentir que «unas fuerzas superiores e invisibles» me estaban protegiendo.   Primero lo llamas «casualidades», luego comienzas a dudar y a buscar explicaciones racionales, más tarde ya dejas de buscar explicaciones y te dices para ti misma «bueno», para finalmente dar las gracias, cada vez más a menudo … y entonces como que estás más atenta, más relajada también, más cuidadosa de lo que haces y dices … aceptas dejarte llevar …

Comenzaron a sucederme cosas cada vez más espectaculares. Y por supuesto, me rendí; comencé a rezar y a seguir los dictados de mi corazón, entrando en un camino cada vez más espiritual. Con los años, he tenido experiencias de viajes astrales. No hablo de lo que yo no haya experimentado y vivenciado por mi misma y ni siquiera de eso hablo. Pero os voy a contar que una vez salí de mi cuerpo y viajé como «sustancia» y me diluí en el Universo. No  existe manera de explicar lo que se siente entonces porque no se siente nada -no hay mente para sentir-. Mi Yo Superior era Observador  de los colores y formas increíbles que se movían y cambiaban constantemente de forma y en las que «yo» simplemente me diluía … . Simplemente eres, parte viva de un todo, sin más. Eso es lo que vivencié. Eso es lo que vivo que soy.

Ni siquiera podría poner un calificativo a ese tipo de vivencia, simplemente  la Conciencia se expande.  No hay mente. Y esa es la mayor libertad que uno puede experimentar.