Maravillarse

¡Existen tantos momentos maravillosos! Pero, maravillarse uno mismo, es algo bien distinto.

Porque en ese acto de maravillarse todo el interior se ilumina y ese acto resulta perfecto.

¿A quién no le ha ocurrido? Te pillan por sorpresa y te maravillas. Estás fregando platos y en la ventana de la cocina aparece de pronto una abubilla y te maravillas. Vas a salir de casa toda apurada con mucha prisa y allí está, en el suelo esperándote una pequeña lechuza y tu -maravillada- te agachas para preguntarle con mucha dulzura ¿a qué has venido, tienes algo que decirme? para luego seguir tu camino porque tienes prisa, pero ya con una sonrisa en tu cara.

Maravillarse -iluminándose todos los órganos y células- es cuando tienes la fortuna de presenciar el nacimiento de un niño o también de un animal… o el nacimiento de un nuevo día…

Algo puede resultarnos maravilloso, sí, pero nosotros mismos ser los maravillados, es otra cosa. Es cosa de un instante en el que se paraliza todo para que tú puedas observarlo mejor, a tus anchas, y te quedas sin respiración inclusive.

Siempre cuando me siento ante el ordenador para escribir, lo primero que pienso es que no voy a saber qué decir y termino maravillándome de que sí, si puedo y sé expresar lo que siento.

¿A qué llamamos «mente débil»?

meditacion mente entregadaEl primer gran error es que ya no se enseña a PENSAR. Ni siquiera eso entra en consideración, tan inconscientes vivimos de esta capacidad primordial. Porque si no sabemos pensar, no sabemos dilucidar, discernir, elegir, solucionar, discurrir … ni conocernos a nosotros mismos; el segundo gran fallo.

¿Qúe tenemos en mente? Parece como que los que nos dirigen nos prefieren así; ignorantes e inconscientes. Preocupados exclusivamente por la comodidad material y el entretenimiento barato.

Y así se comportan las mentes débiles, las mentes que no soportan una disciplina, las que no tienen fuerza de voluntad, las que enseguida se escaquean ante algo que necesita atención o esfuerzo. Las mentes que no saben ver más allá de lo inmediato y por lo tanto no saben planear o prever las consecuencias de sus actos.

Mentes embotadas que no saben parar el ruido que ellas mismas producen; miles de pensamientos en el cerebro sin orden ni propósito. Mentes dominantes, torturadoras, llenas de miedos e inseguridades. Mentes fantasiosas, perdidas en ensoñaciones sin sentido y con una realidad desfigurada.

¿CÓMO FORTALECER LA MENTE? Hay que estar preparado para seguir un entrenamiento o disciplina, creando un compromiso con uno mismo. Sin expectativas ni impaciencia, sabiendo que éste es un largo proceso pero que se empiezan a ver pequeños resultados desde el comienzo.

Comencemos por hacer trabajos de CONCENTRACIÓN. Ser Observador consciente del día a día, para poder ir transformando los malos hábitos en unos nuevos más acordes a la realidad que se quiere conseguir.

Haciéndonos responsables de nuestra salud, bienestar y felicidad es como iremos avanzando en hacernos dueños de nuestra vida.

Vale la pena

yo fran'13.5Un día  que no tenía nada de particular, lo transformé en especial.

Mi vida tampoco prometía gran cosa pero me las ingenié para que vibrase y valiese la pena.

Vale la pena cuando de tu esfuerzo por saber surge una respuesta sabia.

Vale la pena cuando de ese ánimo primero nace el impulso que te lleva adelante, fortalecido.

De ese aliento sincero aparece el espíritu que ya llevas dentro.

Y ese espíritu, que es eterno junto a tu alma, se encarga de guiarte y protegerte… si le escuchas. Si te vuelves Observador de ti mismo; del personaje y del  ser esencial

¿A dónde puede llevarte tu espíritu y tu alma? Y ¿Qué puede surgir entonces cuando sales del mundo programado del Yo?

– Algo completamente puro, nuevo, mágico … y que brinda paz interior. Sólo te pide ser tu mismo.