No te descorazones

Me digo que no soy una buena persona y al mismo tiempo que digo esto siento lo absurdo de lo que estoy diciendo. Así que lo retiro; no quiero hacer un drama. El sentimiento de culpa, que puedo razonar perfectamente para no castigarme, sé que también es falso.

Pero el remordimiento, por las cosas que no he hecho bien, siguen estando ahí, como un monstruo dormido que a veces despierta y me acosa.

Ayer falleció una amiga mía y la noticia me impactó, me cogió desprevenida e hizo que despertaran los fantasmas que habitan en las sombras de mi subconsciente, aprovechando la Mente el momento para recordarme -restregándomelo en la cara- que no atendí a mi amiga cuando necesitaba ayuda. Y aunque era verdad que yo misma por entonces tampoco me sentía con fuerzas para gobernar mi vida, no era excusa para no ayudarla cuando me lo pidió.

La Mente razona pero le cuesta procesar e integrar la enseñanza, enseguida el Ego la distrae para que siga revoloteando de aquí para allá, mortificándose. Me castigo pero a la vez me justifico y defiendo,

Por otro lado, el corazón destila las emociones y sentimientos, depurando la esencia de cada uno de ellos, quitándoles peso. La bondad del corazón hace más llevaderas las cosas. Y me susurra «Haz un cielo de tu vida. No te descorazones. Asume, asimila, trasciende».

He sido muy inconsciente.

Dijo el filósofo Sartre «Felicidad no es hacer lo que uno quiere sino querer lo que uno hace».

Si reducimos las expectativas a cero, podemos ver con claridad lo que tenemos que hacer para nuestro mayor beneficio. Cuando quedamos al descubierto, sin adornos ni disfraces, esa es nuestra cruda realidad y a ella debemos enfrentarnos.

Yo no he sabido hacerlo, lo digo de antemano, toda mi vida me dejé llevar impulsivamente por la fantasía y la inconsciencia. Reconozco lo hice mal, más que nada porque arrastré a mis hijos en mis desvaríos .

Ya por fin, después de cargar durante muchos años con un profundo sentimiento de culpa, he podido liberarme y enmendar mi carácter que, aunque sigue siendo díscolo y torpe, con la edad se ha ido moderando.

Convivo con mi hermano que es dos años mayor que yo. Para él todo es perfecto y nada es un error. Dicho así puede malinterpretarse. Yo he aprendido que si no nos cuestionamos y corregimos nuestra actuación no hay avance. Es después de haber procesado una situación cuando podemos ver que fue perfecta para nuestro aprendizaje. Es cuando conseguimos transformar el error en enseñanza cuando se convierte en válido lo ocurrido.

La culpa y el remordimiento

No siento ser una buena persona y al mismo tiempo que digo esto veo lo absurdo de lo que estoy diciendo.

El remordimiento, por las cosas que no he hecho bien -y que algunos se encargan de recordármelo-, siguen estando ahí, como un monstruo dormido que a veces despierta y me sacude con fuerza.

La culpa, que razono perfectamente para no castigarme, sólo son falsas exposiciones mentales; sentimiento cansino y agotador. Sacudirse de encima el papel de víctima se va haciendo cada vez más sutil y sale a la luz cuando uno menos se lo espera.

Ayer falleció una amiga mía y la noticia me impactó, me cogió desprevenida. Aunque ya sabía que estaba muy enferma, y me avisó de que se estaba muriendo, no me lo quise creer. La Mente aprovechó mi debilidad para mortificarme diciéndome repetidamente que no atendí debidamente a mi amiga.

Se abrieron las compuertas de la culpa y nuevamente me abandoné a los pensamientos negativos, fustigándome.

Menos mal que tenemos la capacidad de poner freno a esa parte de la Mente mezquina. Desde la RESPIRACIÓN CONSCIENTE. Cerramos los ojos, posición cómoda, espalda recta, y contamos mentalmente hasta SEIS inhalando. TRES reteniendo el aliento. NUEVE soltando el aire lentamente por la nariz.

Así varias veces hasta que la Conciencia vuelve a tomar el mando. «Yo no soy mi Mente. Yo tengo una Mente a mi servicio». «Yo no soy mi cuerpo. Tengo un cuerpo a mi servicio».

Tengo confianza absoluta en mi capacidad para resolver mis problemas desde la conexión con la divinidad que me sostiene y guía.

El auto-perdón

Perdonar es una acción opcional y voluntaria que demuestra generosidad por parte de quien perdona y arrepentimiento por parte del ofensor que se disculpa.

Si hubo una ofensa, pido perdón al ofendido pero, ¿y si el ofendido no perdona? ¿debo sentirme culpable para siempre? ¿no tiene un problema el ofendido al no querer perdonar, más que el que comete la ofensa y que ya se ha arrepentido?

¿Qué poder tiene el ofendido cuando, según su decisión de perdonar o no, juzga, libera o sentencia al otro a un castigo de cargar con la culpa?

No quiero darle el poder a nadie de que me enjuicie por su cuenta. Me otorgo -a mi Conciencia- el poder de redimirme a mi misma, en caso de que el ofendido no quiera perdonarme.

Eso es suficiente, ante mi arrepentimiento sincero y rectificación. El aprendizaje de mi falta me lleva al auto-perdón. Me lleva a la liberación

Ya si el ofendido, se queda envenenándose en el rencor y no resuelve en sí mismo la herida, es su problema. Podríamos preguntarnos ¿cuánto tiempo es razonable para procesar una ofensa y liberar al ofensor de su culpa?

Lo máximo que se puede hacer con el ofendido que no quiere perdonar es enviarle una oración de amor y luz, todos los días, para ablandar su corazón.

Decir de corazón «lo siento«. y seguir el camino.

Quererse a uno mismo

Para entender y poder poner en práctica lo que significa quererse a uno mismo es mejor fijarse en el contrario: castigarse a uno mismo o la falta de amor hacia sí mismo.

Cuando uno no se quiere, no se valora ni se cree merecedor de ser querido, vive en la infelicidad.

Normalmente estas personas son las víctimas fáciles de maltrato y violencia. Su autoestima es tan baja que los demás, algunos de forma inconsciente por cobardía, se prestan a humillarlos, a burlarse de ellos, a someterlos.

Muchas de estas personas con baja autoestima están cargadas de sentimiento de culpa.

El sentimiento de culpa es como una gran roca encima tuyo que te aplasta y no hay razonamiento que sirva para sacársela de encima. El sentimiento de culpa es un veneno que te han ido inoculando poco a poco los que te repiten una y otra vez «no sirves para nada», «eres un inútil», «por tu culpa soy infeliz, por tu culpa que eres tan torpe» «por tu culpa …».

Es el sentimiento de culpa el principal sentimiento aniquilador y de estancamiento para que una persona se deje de querer por no sentirse merecedora.

Protegerse de la opinión de los demás, tener localizados a los «depredadores» para no caer en sus trampas y mantenerlos lejos, estar atentos y en guardia contra los manipuladores que intentan sabotear nuestra paz interior, es el primer paso. Sabiendo que este tipo de personas siembran un campo de minas con sus comentarios, ahora aprendemos a no ser ingenuas, fortaleciendo nuestra identidad.

Así es como comenzamos a querernos a nosotros mismos. Aceptándonos tal como somos y sabiendo que es posible salir de situaciones que no nos hacen felices. Entendiendo que podemos sanar las heridas de nuestro corazón y pasar página.

Querernos a nosotros mismos significa prestarnos atención, ser amables con nosotros mismos, dedicarnos tiempo y escucha, arreglarnos para sentirnos a gusto con nosotros mismos, escuchar música y bailar, sonreír para nuestro adentro, no sentirnos obligados a complacer a nadie, no sentirnos responsables de las responsabilidades de los demás. Todo eso y más, aunque comiencen a llamarnos egoístas.

La urgencia de conocerse uno mismo.

Vivimos tan engañados. Tenemos tanto miedo de enfrentarnos a nosotros mismos y de sufrir. Nos sentimos perdidos justamente porque no nos conocemos, ni conocemos nuestra valentía y valores.

Al vivir por debajo de nuestras capacidades y temer aventurarnos a dar lo mejor de nosotros mismos, la vida se vuelve mediocre.

Estamos sacrificando a nuestro Ser. Y el sacrificio no surge del Amor sino del miedo y del sentimiento de culpa.

Hagamos un pequeño test para valorarnos, siendo 1 poco y 10 completamente:

a) Flexibilidad y claridad mental ………

b) Compasión y desapego. Armonía emocional …………..

c) Conciencia y responsabilidad por mi bienestar y salud física ……..

d) Paz interior. Fe y Amor por mi mismo y los demás. ……..

e) Cuánto estoy dispuesto a mejorar mi actitud ……….

Utiliza la intención y el compromiso contigo mismo para deshacerte de todo lo inútil en ti (creencias, pensamientos, hábitos). Comenzarás a sentirte mejor contigo mismo y volverá el entusiasmo por la vida, al comenzar a valorarte como te mereces.

No es mi culpa

Los sentimientos de culpa forman una capa bajo nuestra piel. No es que el otro me ha dañado -que también- sino que nací y crecí sin protección para ese tipo de aflicciones.

Existen las personas que creen firmemente que siempre la culpa es del otro. Así que nunca se cuestiona sobre sí mismo porque encuentra rápido una justificación para todos sus actos.

Estas personas difícilmente se desarrollan porque son rígidos en sus ideas y creen tener siempre la razón. Una de sus frases favoritas es «no es mi culpa».

Por otro lado están esas otras personas que cargan con la culpa de todo; la suya y la de los demás. Son las que están pidiendo perdón y disculpas muy a menudo, inclusive ya como hábito comienzan la frase con un «perdona….»

Estas personas son sufridoras natas, sea la razón que sea la que les ha llevado a vivir con este asfixiante sentimiento, que sepan que éste es un buen momento para sacudirse tamaña responsabilidad. Hay que trabajarse a auto-estima.

¿Qué sentimiento de culpa me está torturando? ¿Qué carga llevo sobre mis hombros que no me pertenece?

Imaginémonos subiendo una colina, el camino está en forma de espiral. A cada vuelta que damos de forma ascendente, nos paramos unos momentos a descansar y nos deshacemos de algo de CULPA que llevamos a cuestas. Y lo vamos nombrando «no quiero llevar más conmigo la enfermedad de mi hermana». «dejo aquí la culpa de sentirme alegre a pesar de la muerte de mi madre». «me deshago de la culpa de que mis hijos no me quieran como yo quisiera» …

Y cuando llegues a la cima, ligero, libre de «pecado», respira hondo y reconócete como un ser humano normal que solo desea vivir en paz y amor. Del mal que haya hecho pido perdón y me libero.

El Universo será testigo de ello y te apoyará.

¿Comenzar de nuevo?

¿Comenzar de nuevo siendo el mismo. Imposible. Ahora -en esta vida- solo puedes continuar lo ya empezado; pero conscientemente construyendo, renovando, destruyendo, creando, demoliendo, purificando …

Puedes cambiar de escenario, de actitud, pero todo lo aprendido y todo lo experimentado lo llevas contigo.

¿Quieres comenzar de nuevo? Sí, pero conociendo tu esencia y tu bagaje (resuelto).

Todo lo que te sigue condicionando; traumas que te persiguen y los sentimientos de culpa deben ser solucionados antes de emprender un nuevo comienzo. Desde el ejercicio de perdonar y perdonarte.

Y no te olvides de los patrones heredados todavía no resueltos. Todo eso tiene que quedar atrás para poder comenzar realmente algo nuevo.

Si no quieres engañarte más a ti mismo. Si ya te has comprometido contigo mismo a no mentirte y enfrentarte a tu realidad, entonces sí, podría haber un renacer.

RENACER sucede cuando sientes ligereza en el corazón; entonces eres libre.

Estoy preparada

Estoy preparada para liberar de mi conciencia el rol de víctima que me ata a mi pasado .

Estoy preparada para soltar desde lo más profundo de mi conciencia el sentimiento de culpa que me aprisiona.

Estoy preparada para amar y aceptar lo que me sea dado, desde la divinidad en mi, de acuerdo a lo que yo doy y soy.

Estoy lista para sentirme merecedora de ser amada.

Respiro hondo, llevo hacia mi interior mis cinco sentidos y tomo conciencia de mi Ser esencial.

Somos seres lumínicos. Inhalamos el Aliento vital que alimenta nuestro espíritu. Exhalamos e irradiamos Luz.

Hoy es un buen día para mudar la Mente a un nivel superior y permitir que nuestra visión de la vida se expanda.

El corazón señala el Camino

Se amable contigo mismo

Mantente motivado. Sobre todo, párate para descansar pero no te rindas.

Apuntala y reafirma todo lo que has conseguido. Alégrate por ello. Celébralo. Y lo que falta por hacer, dosifícalo. No te sobre exijas. Disfruta del Camino y de lo andado.

Ni el sentimiento de culpa ni el arrepentimiento sirven para nada bueno. La vida es una escuela de aprendizaje.

Cuestiona tu día a día para mejorarlo pero sin culpas ni castigo. Enfrenta tus responsabilidades desde el corazón y de acuerdo a tu Conciencia. Así podrás dormir tranquilo.

La vida nos ha sido entregada como un regalo. Nos envuelve el Amor. Nos adorna la Inteligencia Suprema. En el interior, el Alma que es eterna.