
Si tu y yo existimos debe haber un propósito en ello. Nada es casualidad. Somos parte de la Existencia; tu y yo la completamos. Cambiaremos de forma seguramente muchas veces pero nunca dejaremos de existir.
Tenemos la mente inferior y la Mente Superior. La mente inferior es física y está diseñada para identificar lo que ya ha pasado… ella no piensa, ve los hechos y hace un juicio, puede que se beneficie de la experiencia. La mente inferior tiene un montón de pensamientos pero normalmente de forma caótica, no sabe poner orden en toda la información que recibe. En la mente inferior física hay poca Conciencia y la persona común no es consciente de ella. O sea, desde la mente inferior, uno no es consciente de sí mismo, ni de su naturaleza ni de sus talentos. Actúa como un autómata; sin conexión con el corazón.
La Mente Superior, aparece una vez hemos tomado consciencia de nosotros mismos. La Mente Superior resulta ser una inspiración para crear en cualquiera de los campos que queramos. A diferencia de la mente inferior, la Mente Superior tiene la capacidad de percibir y predecir, visionando el campo de posibilidades. Sabe adelantarse a las situaciones y con claridad mental resolverlas. Es la intuición, como habilidad de entender cómo suceden las cosas según las Leyes del Universo.
Para desarrollar la Mente comencemos por aprender a utilizarla. Primero vas a identificar y describir la emoción que más te define. En segundo lugar vas a dejar ir todo lo irrelevante que la envuelve. Pregúntate cuál es la razón por la que esta emoción predomina en ti. Esa emoción crea pensamientos, sentimientos y una conducta específica; cuáles son.
Permítete observar todo el proceso re reflexión, guarda unos minutos de silencio.
Es así como creamos la enseñanza y la experiencia en nosotros, para nuestro beneficio.




Cuando vives en la Mente, ella te domina y necesita que la alimentes, continuamente.
Uno elije cada actuación de su vida. Inclusive el mostrarse pasivo o resignado, es también una elección de actitud. Ser valiente o ser miedoso son opciones. Ser un mentiroso es una forma de ser que no admite justificaciones. Aunque sea inconsciente, es una elección. Luchar o rendirse es una determinación que sólo depende de nuestra elección.