Mente y corazón

¿Tu apetito queda satisfecho con sólo leer la carta del restaurante? Tendrás que pasar a la acción y elegir algo para comer…

¿De qué sirve que la Mente vague errante haciendo preguntas sin darse tiempo a responderlas? Sintiéndose impedido a salirse de ese circuito de repetir una y otra vez los mismos patrones que lo mantiene a uno infeliz e insatisfecho consigo mismo. Sin respuestas.

Tiene que haber coherencia entre la Mente y el corazón. Tiene que haber conexión y sincronización. Porque en la Mente está toda la información que precisamos pero precisamos de ACCIÓN -decisión- y llevar a la práctica lo que razonamos … y no es fácil pero es imprescindible.

SUMEMOS LOGROS.- Nos sentimos frustrados cuando no hemos conseguido lo que imaginábamos y deseábamos. Y esa frustración ha creado un bloqueo de energía en algún lugar de nuestro cuerpo que nos impide actuar nuevamente con libertad y confianza. Pongámosle atención y enfrentemos esa emoción negativa para disolverla y poder salir de nuevo a la vida con entusiasmo y confianza en nosotros mismos.

NO HAY FRACASO SINO APRENDIZAJE.

Hacer este tipo de reflexiones con pensamientos positivos nos ayudan a aceptar mentalmente lo que ya conocemos de forma intuitiva: vamos a intentarlo nuevamente. Es posible.

Desde el Amor, respondernos ¿Quién soy? ¿Qué he venido a aprender? ¿Qué estoy aprendiendo? ¿Cuáles son mis virtudes?

Estamos aquí para sintonizar con nuestro propósito de vida, esclarecer e impulsar el Camino a seguir. Lograr reconciliarnos con todo lo que nos ha tocado vivir e integrarlo en nosotros de forma exitosa, para que nos transmita paz, amor y armonía en nuestra vida por nuestro bien y por el Bien común.

Nuestra versión superior

Una misma situación podría crear un sin fin de reacciones distintas -diferentes posibilidades- pero sólo se materializará la que elijamos. ¿Qué es lo que nos hace decidir entre una cosa u otra?

Lo que ya está codificado en nuestro ADN. Las influencias de los astros sobre nuestra naturaleza, acorde a su posición en el momento crucial en el que nacemos. La vibración del nombre que nos pusieron. Los números de nuestra fecha de nacimiento que marcan nuestra esencia y misión de vida…

Cuando te des cuenta de que nada es casualidad, estarás más alerta de actuar desde tu Conciencia y te dejarás guiar por tu intuición más que por tu nivel de razonamiento.

Si nos alineamos con nuestra versión superior, que está vibrando en una frecuencia más alta, se dará el cambio en nosotros y nos encaminaremos a encontrar soluciones más sabias, de ese sin fin de posibilidades que existen -eligiendo la más acorde y beneficiosa para nosotros-. Libres de condicionamientos, más allá de la mente racional.

Nos daremos cuenta de lo quebradizo y frágil que es, lo que consideramos concreto e identificamos como nuestro «Yo». Entonces es cuando verdaderamente nos dejaremos inspirar por la fuerza de nuestro espíritu y contactaremos con nuestra versión superior.

Yo elijo

hombre en menteUno  elije cada actuación de su vida.  Inclusive el mostrarse pasivo o resignado, es también una elección de actitud. Ser valiente o ser miedoso son  opciones. Ser  un mentiroso  es una forma de ser que no admite justificaciones. Aunque sea inconsciente, es una elección. Luchar o rendirse es una determinación que sólo depende de nuestra elección.

Entender que la cuestión importante no está  tanto en qué elegir sino saber ver las consecuencias que ocasiona esa decisión. Podemos llamarlo SABER PENSAR que incluye ver con antelación los resultados de una toma de decisión. Y también, el saber pensar, trae consigo otras virtudes;  la paciencia, la prudencia y la confianza absoluta de que existe un Orden Superior al que estamos sujetos.

Quien es consecuente  y coherente consigo mismo, no tiene sorpresas desagradables en la vida. Sabe que la corrección, la honestidad y los demás valores que profesa,  le traerán más de eso mismo. Esa seguridad le proporciona claridad mental. La claridad mental brinda una amplitud de Conciencia y conexión con la Conciencia Superior. Y todo ello hace florecer en el interior la paz y la dicha de ser.