Los chakras son centros energéticos esféricos que actúan como transmisores de energía. Tienen influencia en nuestra actividad en el plano físico a través del funcionamiento de las glándulas endocrinas (glándulas de secreción interna como la tiroides). Estas glándulas afectan a nuestro funcionamiento corporal, al equilibrio mental y a la estabilidad emocional. Mantenerlos en equilibrio y armonía significa tener salud.
Nuestro cuerpo etérico tiene 7 chakras principales. Nos movemos desde nuestro Centro interior hacia la diversidad exterior. Los chakras son puntos de conexión o enlace por los cuales fluye la energía. Los chakras se dividen en tres grupos: superior, medio e inferior o respectivamente: espiritual, personal y fisiológico. Los chakras raíz y sacro tienen la función de transferir al cuerpo dos fuerzas procedentes del plano físico. Una es el fuego serpentino de la tierra y la otra la vitalidad del sol.
Los chakras del plexo solar, corazón y garganta, están relacionados con las fuerzas que por medio de la personalidad recibe el ego. El plexo solar las transfiere a la parte inferior del cuerpo astral, el chakra del corazón a la parte superior de este mismo cuerpo y el chakra de la garganta por el cuerpo mental.
Todos alimentan ganglios nerviosos del cuerpo denso. Los centros sexto y séptimo (entrecejo y coronilla) están relacionados con el cuerpo pituitario y la glándula pineal y se ponen en acción cuando se alcanza cierto grado de espiritualidad.
» El hombre tiene la polaridad esencial en su eje a lo largo de la columna vertebral, el espíritu tiene su manifestación en la corona de la cabeza y la materia en la raíz o base de la columna. En el medio de ambas polaridades hay etapas intermedias de conciencia; los chakras del hombre se corresponden con estas etapas intermedias que al igual que las notas musicales vibran desde la más grave o densa hasta la más aguda o sutil.
En la coronilla de la cabeza se manifiesta el Espíritu, después en orden de intensidad el centro de las cejas es la sede del alma o la mente y el chakra de la garganta es el cuerpo en esencia, porque es la sede del éter. Del éter nacen los cuatro elementos inferiores, una modificación del éter básico: son el aire, el fuego, el agua y la tierra. Estos elementos tienen su sede en los cuatro chakras inferiores.
Para algunos alquimistas el éter era la quinta esencia o quinto nivel de vibración, dado que los diferentes niveles de conciencia son, la fuerza de la vida vibrando en diferentes frecuencias y pasar de un nivel a otro es simplemente cambiar la tasa de vibración.
Einstein y otros físicos bien conocidos han observado que la materia es pensamiento que vibra en una frecuencia inferior. La palabra chakra es sánscrita y significa rueda.
El hombre es un alma que posee varios cuerpos, porque además del cuerpo físico visible tiene otros cuerpos que se relacionan con el mundo emocional y mental. El doble etéreo es la parte invisible del físico, de suma importancia, porque es el vehículo por el cual fluyen las corrientes vitales que mantienen vivo el cuerpo y sirve de puente para transferir las ondulaciones del pensamiento y la emoción desde el cuerpo astral al cuerpo físico denso.
