Energía refinada

hombre dentro de esfera

El conocimiento profundo del sí mismo es indispensable para poder asimilar la energía refinada de la Nueva Conciencia que nos está afectando; sacándonos de nuestra apatía e ignorancia y removiendo el sufrimiento enquistado en lo más profundo de nuestro corazón.

La «crisis sanadora» nos puede confundir pues aparentemente podría parecer que nos estamos enfermando o que vamos a peor… Las crisis, en todos los niveles,  son necesarias para limpiar y deshacernos de toda carga emocional y de todo sentimiento y pensamiento inútil.

LOS OBSTÁCULOS A SOLTAR PARA ABRIRNOS A LA NUEVA CONCIENCIA SON:

  • 1) El DESEO basado en las creencias y las suposiciones.

  • 2) LA HIPOCRESÍA de utilizar el razonamiento para justificarse.

  • 3) LA VANIDAD que nos hace creer superiores.

  • 4) LA AVARICIA que da lugar a la venenosa envidia.

  • 5) LA CODICIA que mata al espíritu.

  • 6) LA IRRESPONSABILIDAD, alimentada por la mente inferior.

  • 7) LA IMPACIENCIA que lleva a la falta de constancia.

  • 8) LA FALTA DE CONCIENCIA que le  mantiene a uno en las tinieblas.

Las fases cíclicas de nuestro crecer

  Nosotros pasamos por  fases parecidas a las de la luna:

La fase del Ego donde la oscuridad domina y no somos capaces de ver la totalidad de nuestro Ser.

La fase del despertar de nuestra Conciencia y un hilillo de Luz nos deja ver nuestro interior. Comenzamos a vislumbrar…

La fase del  buscador espiritual  donde todavía no sabemos muy bien «qué» es lo que buscamos o qué se supone tenemos que encontrar, pero estamos en ello.

La fase del practicante espiritual, donde nuestra Luz y forma es creciente y concreta.

La fase del resplandor e irradiación de nuestra propia Luz… y como todo es cíclico y está en permanente movimiento, volvemos a comenzar, pero cada vez con más Conciencia, en un proceso ascendente e ilimitado.

Y volvemos a empezar pero cada vez se amplía nuestra capacidad de visión interior y nuestra perspectiva y la comprensión –de la vida y de nosotros mismos- se hace mayor.

Y  ante nuevas situaciones  difíciles que se nos presentan y  que nos parece  nos llevan al principio, nos damos cuenta que cada vez más tenemos  una amplitud de miras más desarrollada, más capacidad y claridad mental,  más sabiduría para gobernar los obstáculos, más confianza en nosotros mismos en todos los sentidos, …

Todo es cíclico en la Naturaleza y nosotros estamos dentro de ella. Nuestra libertad es la de poder evolucionar.

Estamos dentro de esta espiral energética que mueve permanentemente al Universo. Y esa misma poderosa energía se mueve también en nuestro interior, impulsándonos a que nos mantengamos sincronizados y sintonizados con “Ella”.

Esta energía primordial –que es también nuestra energía esencial- es la Energía del Amor Incondicional, que llamamos Dios.