El Alma ante la tristeza.

A veces da la impresión de que en nuestra vida se descorre un velo y de pronto vemos las cosas de distinta manera y ese tener que VER la realidad y tener que mantenerse uno inalterable se hace casi imposible. Normalmente se sigue una conducta y una actitud de forma mecánica y eso parece facilitar la vida, sin grandes alteraciones, sin tener que pensar demasiado.

Pero existen otros momentos, -y esto ocurre en los más sensibles por la influencia de la Luna-, en que nuestro ánimo y humor cambia sin razón alguna y se hace cuesta arriba tener paciencia, ser tolerante, callar, guardar una imagen. Entonces resulta necesario el cuestionarnos, el observarnos, el comprendernos y aceptarnos.

Hay momentos en que el corazón, sin razón aparente, se siente afligido por una tristeza que le llega de improviso. Es una energía que va de fuera hacia adentro y oprime el pecho. Son momentos en los que uno siente solo está sobreviviendo. Puede ser que nuestra Alma esté pidiendo la escuchemos y nos empuja a hacer cambios.

Ese peso como llega se va, pero mientras está, oscurece la brillantez que normalmente aclara la mente y el corazón. Aprovechemos para ir hacia adentro y armonicémonos, siendo coherentes con nosotros mismos.

Cuando tengo el ánimo caído, el sentido de la vida se desdibuja y aparece el cansancio y la desazón.

Normalmente es bien distinto, me alegra saber que no tengo apegos y eso me hace sentir libre. Pero cuando me invade la tristeza, que asoma de vez en cuando, sin aparentemente razón alguna, la perspectiva de la razón de mi vida, se estrecha y oscurece.

Ahora sé que caer en esa melancolía, sucede cuando me desconecto de mi ser esencial y la vida se me hace cuesta arriba. En esos momentos me dejo arrastrar por los pensamientos más absurdos y aparece el tormento mental y la negatividad.

Ahora sé, que todo volverá por si solo a su sitio; el gozo de lo sencillo, la confianza en mi misma y mi conexión con la divinidad dentro de mi.

El Alma nos ayuda a centrarnos en nuestro corazón. La realidad es una y no admite separaciones, así que mantengamos interconectados mente/corazón.

El bajo astral y el doble astral superior

Ya en las antiguas civilizaciones egipcia y griega los sabios mencionaron el «Doble astral» y del «cuerpo invisible o doble». Hoy en día son muchos los entendidos que nombran el CUERPO ASTRAL como el asiento de los instintos, las emociones y las pasiones. Especificando además que se trata de una dimensión más del Ser, con diferentes frecuencias vibratorias que pueden dividirse en 7 subplanos dimensionales, que van desde la negatividad, egoísmo y crueldad hasta los sentimientos de amor más elevados.

Las emociones de baja densidad crean dramas, conflictos, odio … Por el contrario, los sentimientos pueden ser refinados desde el contacto con la Naturaleza, la poesía, la música y demás artes.

Moverse en el mundo del Bajo Astral es quedarse atascado en las pasiones de escasa vibración que crean sufrimiento y dolor, como la ira, miedos, venganza, codicia, etc.

Trascender ese mundo pasional es desapegarse totalmente de los tormentos que crean las emociones de baja vibración debido a una mente débil y sin voluntad.

Los sentimientos son creados por los pensamientos. Tener pensamientos delicados y sensibles a la belleza y al amor, crearán un efecto de plenitud y altas miras. Educar los pensamientos para crear hermosos sentimientos de amor y compasión es lo más inteligente.

Desarrollar la inteligencia emocional nos ayuda a elevarnos al Plano del astral superior donde podemos conectar con nuestro Yo Superior y demás seres de Luz. Esta experiencia fortalecerá la certeza de que somos mucho más que un cuerpo físico y nos alentará a salir definitivamente de la negatividad.

Aumentar la calidad de vida

mujer meditaLas sociedades modernas nos están llevando por unos caminos que no tienen salida y  lo que encontramos es un empobrecimiento a todos los niveles de nuestra existencia. Para salir de ese callejón sin salida al que inconscientemente hemos sido conducidos, podemos comenzar por hacer varias cosas:

1) Estar presentes, despiertos y conscientes. Hacer  una práctica regular de tomarnos más tiempo para nosotros mismos,   aunque signifique levantarnos media hora antes.  Ir más despacio, priorizar lo que consideramos más importante y deshacernos de actividades y  compromisos  que no tienen mucho sentido.

2) Aceptación  de lo que no podemos cambiar. Solucionar lo que esté pendiente y precisa de una toma de decisión.

3) Amabilidad y Paciencia. Ser amables y comprensivos con nosotros mismos y con los demás. Ser más amorosos con nosotros mismos, dedicándonos un poco de tiempo a nuestro descanso y a las cosas que nos producen alegría y plenitud.

4) Reconocimiento de que ya somos parte de Todo-lo-que-es. Nuestro trabajo es fusionarnos con la fuerza de la creación, al permitirnos recordar nuestra unicidad con el  Orden Divino del Universo.

5) Desapego. Tomar distancia emocional con lo que sucede a nuestro alrededor. Relativizar y darle la justa importancia a las cosas.

6) Prestar atención y responsabilidad a las necesidades del cuerpo físico, mente, corazón y espíritu.

7) Crear Conciencia de uno mismo, desarrollarla y expandirla para poder salir de una vida mecánica y rutinaria.

8) Mente positiva  pase lo que pase. La negatividad  y la queja consumen  la energía vital.

9)  Salir de la dependencia emocional. Practicar  la autosuficiencia; la Fuente de Amor está en el interior.

10) Entrar en comunión con la Naturaleza y la Madre Tierra para alinearnos con su esencia y conectarlas a nuestro ser esencial.