Deshacer y volver a empezar

Una cosa estoy aprendiendo desde que me dedico a la pintura y que experimento como fascinante. Es la posibilidad de deshacer lo hecho y volver a empezar. Poder rectificar tantas veces como considere oportuno. Ser lo suficientemente valiente para corregir. Ser lo suficientemente honesta conmigo misma para saber ver y transformar lo que pinto hasta que cautive a mi corazón.

Primero tuve miedo ¿y si no consigo hacer algo mejor? ¿Y si lo dejo así y no me arriesgo, total, ya está bastante bien… Conformarme y no aventurarme a perder lo ya hecho aunque fuese mediocre.

Luego me digo, voy a intentarlo de nuevo, será un aprendizaje… es mi desafío.

A partir de ese cambio de actitud fue cuando me deshice de los miedos y comencé a disfrutar. No siempre consigo plasmar lo que imagino o siento, pero como no persigo ni pretendo nada, lo llevo con una actitud de aprendiza, que es lo que soy.

Imagino que será igual para todas las demás cosas de la vida.

Nos falta autenticidad

Dándole una mano de pintura al mundo, no solucionamos nada.

Falta bravura a tanta cordura cobarde de los que se creen superiores.

Lo que digo es que falta valentía para amar y ser generosos POR IGUAL con todos.

Y me explico: Sólo observemos cómo tratamos a los que huyen de las guerras; con unos nos volcamos a ayudarles porque nos caen bien, a otros los dejamos morirse de frío y hambre en las fronteras o en penosos campos de refugiados y desconfiamos de ellos.

Sigue habiendo distinción de clases pues el dios dinero no sólo discrimina e infravalora a las personas por su economía, también por su color de piel y sus orígenes. Somos indiferentes con los que pensamos que no nos aportan ningún beneficio. Despreciamos, creyéndonos mejores o simplemente por indiferencia a los que son diferentes.

Nos falta autenticidad como humanos.

Si los oligarcas estaban pensando que ya habían conseguido un «orden mundial», creyendo tener bajo dominio la obediencia y la esclavitud voluntaria de los trabajadores del mundo, ahora mismo se les han torcido los planes.

Los cambios serán rápidos, estemos alertas. Atentos y observadores de nuestro propio egoísmo, observadores de nuestros prejuicios, de nuestros temores y de nuestra inercia. Vayamos rectificando.

No tengamos miedo a perder. Al contrario, son momentos para ser generosos. Tenemos ahora la oportunidad para abrir nuestro corazón, experimentar el gozo de dar y expandir nuestra Mente.

El planeta está en crisis y las crisis están para hacer cambios profundos, para mejor.