El Amor es Esencia.

El Amor no es un sentimiento. Ni siquiera un estado a alcanzar. El Amor es nuestra esencia. El Amor es la pura esencia permanente e invariable del Universo.

El Amor no se da o recibe. Se ES Amor. Se irradia. Se transmite. Nutre. Es Luz.

Cuando nuestra Esencia ha sido constreñida, manipulada o contaminada, los miedos nos invaden. Sentir desamor es el comienzo de la enfermedad -cualquiera-.

Entonces comienza a corroer la inseguridad en nosotros mismos, la falta de autoestima, la falta de fe y entusiasmo por la vida hacen su aparición en nuestra mente y corazón. Aparece el sentimiento de infelicidad y el alejamiento u olvido de nuestra esencia.

Ante este vacío, según el grado de Conciencia, la persona ve el mundo como su enemigo y proyecta hacia él todo su odio (miedos) y su incapacidad de relacionarse desde el Amor le convierte en un ser inadaptado, infeliz, exigente … víctima de sí mismo por su falta de amor hacia sí mismo.

Por otro lado, está la persona que vive desde el corazón y por muchas calamidades que sufra, las vive desde el Amor y la compasión. Son personas que han venido a este mundo con un «karma positivo», para servir a los demás desde el Amor. Nada les perturba ni enoja. Su Esencia está a flor de piel igual que su sonrisa y buen ánimo.

La clave está en conectar con nuestra esencia. Cada día dedicar unos minutos a percibir el Amor en nosotros para que nos nutra. Y es a partir de ahí cuando comenzaremos a irradiarlo y nuestra vida se hará más fácil en todos los sentidos. Gracias al Amor.

El karma positivo y negativo

ser, geometria sagradaCada persona nace con una naturaleza en particular; viene a este mundo  con dones (karma positivo: lo ya ganado) y dificultades por las que tiene que pasar (karma negativo: lo que le falta por aprender).

Desde el libre albedrío usaremos nuestro potencial y capacidades con una actitud de resistencia e inconsciencia o utilizando todo ello como combustible para crecer y evolucionar.

Nos ha sido concedido un vehículo para cumplir con nuestro trabajo: el cuerpo físico. Al descender a este plano material, ante tal densidad energética,  nuestra Conciencia quedó relegada y resulta dificultoso remontar y recuperar   al Ser que ya somos.

Establecer  esa conexión con nuestro cuerpo espiritual -con nuestro Ser original- es lo mejor que podemos hacer si queremos avanzar; vivir como  seres  humanos y recuperar nuestra parte divina.

Honrar la vida, ser agradecido y meditar, nos ayuda a mantenernos Presentes.  Sentir la Presencia del espíritu que nos une al Todo, es lo que da sentido a la vida y crea Dicha en nuestro interior.

Nada ocurre por casualidad. Nada. Todo está dentro y sujeto a un Orden y Plan  Superior que nuestra limitadísima mente no puede alcanzar a comprender. Sólo cuando fusionamos nuestra conciencia a la conciencia universal somos capaces de entender que somos parte de un Todo; la Energía Creadora del Amor Puro, que llamamos Dios.