Las Flores de Bach, medicina natural

Pautas mínimas para prevenir enfermedades y tener una calidad de vida sana:

Conocer el Cuerpo Físico. Aprender a percibir las señales de su cuerpo:

       Respiración consciente. Ejercicios sencillos de respiración abdominal para equilibrar la energía vital.

          Meditación. De cinco minutos a media hora al día para centrar las energías y encontrar la quietud mental.

   Relajación. Desconectar por la noche para tener un sueño reparador.

  Alimentación. Aprender hábitos saludables de alimentación. Tomar conciencia de que somos lo que comemos.

Empezar a percibir y descifrar lo que el cuerpo nos pide; él es sabio. Y respetarle, porque es de esta forma como empezamos a amarnos a nosotros mismos.

     Ocuparnos de nuestro Cuerpo Mental:

Tomar conciencia de cómo trabaja nuestra mente. No podemos ignorar qué es lo que nos produce estrés o qué es lo que nos quita el sueño y no darle la importancia que tiene.

Tomar conciencia somos energía y las energías negativas, como pueden ser la envidia, celos, rabia, rencor, etc., dañan nuestro cuerpo físico tarde o temprano.

Tomar conciencia de que los desequilibrios energéticos emocionales crean conflictos y finalmente enfermedades físicas.

Programarnos positivamente. Hoy en día se sabe de la efectividad que tiene la autosugestión positiva.

Poseemos un Cuerpo Espiritual, no separado de los otros dos cuerpos. Y también requiere cuidados.

“Desaprender” condicionamientos que venimos cargando desde nuestra primera infancia para poder mejorar nuestra calidad de vida.

Descubrir que somos seres luminosos con una capacidad y potencial tremendamente enorme del que no hacemos uso ni de un 3%.

Armonizar nuestros tres cuerpos, sin permitir que ninguno de ellos prevalezca sobre los otros.

Las Flores de Bach concretamente, nos llevan a la toma de conciencia de estos tres cuerpos y a diferenciarlos perfectamente. Tomando las esencias específicas que necesitemos, sean las que sean las indicadas para nosotros, nos llevarán a ese despertar y, de forma intuitiva o consciente, nos pondremos a limpiar y a ordenar nuestra vida, de arriba a bajo, de dentro a fuera y de lo más grande a lo más pequeño. O al revés, según las circunstancias.

De ahí la importancia de que el terapeuta esté al lado del paciente durante todo el proceso de conocerse  a sí mismo y fortalecer su identidad; para ayudarle a hacer el descubrimiento de sí mismo en un proceso evolutivo ordenado y armónico.

Esa transformación de que hablaba al principio no es nada más que llegar a la SALUD, mediante la limpieza de conflictos internos que ya dañaron (si es preventivo, antes de que dañen) el cuerpo físico. Recuperar la salud si la hemos perdido o aprender a mantenerla, valorándola, dedicándole atención amorosa, lo mismo que hacemos con nuestro coche, que nos duele que se estropee y por eso lo cuidamos conscientemente.

Una vez dicho todo esto, vamos a ver qué papel tienen aquí las Flores de Bach. En primer lugar las Flores de Bach abren y despiertan la Conciencia. En segundo lugar, cumplen un papel sumamente importante y son indispensables si buscamos la cura hasta sus raíces y de una manera natural no agresiva.

Los beneficios de las Flores de Bach para las enfermedades del alma y el campo astral, son incalculables. Pongamos ejemplos: Sabemos que las enfermedades dermatológicas o el asma tienen que ver con los traumas infantiles no superados o las profundas carencias afectivas. Como terapeutas, nosotros formamos y coordinamos la expedición de la cual, son las Esencias Florales, las que hacen de guía y encaminan esta expedición interior de forma certera.

La sanación es un proceso largo porque nos lleva al conocimiento de nosotros mismos una vez nos hemos deshecho de todo lo inservible como son los conflictos, las penas, todas las cargas emocionales. Y las Esencias Florales nos ponen en contacto con nuestro ser primordial una vez han llegado al destino, facilitándonos el acceso a la sabiduría de la vida.

De ahí lo fascinante de este arte  de sanación.

Energías que enferman el cuerpo físico

Vergüenza. Humillación. Resignación. Envidia. Soberbia. Cólera. Celos. Frustración. Miedo a dar. Desconfianza.  Baja autoestima. Sensación de vacío y abandono. Amargura. Victimismo. Pesimismo. Soledad. Tristeza. Rabia. Odio. Rencor. Desesperanza. apatía. Obsesión. Fobias. Miedos. Ansiedad. Aislamiento, Inseguridad. Depresión. …

Todas estas energías -emociones y sentimientos- van envenenando o bloqueando nuestros órganos. Por ejemplo, la irritabilidad y rabia tiene que ver con el hígado. Los miedos con los riñones. El odio con el corazón. La timidez y falta de expresión con la garganta…

Las Flores de Bach son remedios florales que nos ayudan a liberamos de toda capa emocional negativa y deshacernos de los patrones adquiridos que nos limitan. Es posible utilizar las Flores de Bach como medicina preventiva ya que nos ayuda a conocernos a nosotras mismas y así conseguir un equilibrio emocional estable.

Se podría dividir en cinco grupos las diferentes emociones relacionadas con las esencias florales. Para poder identificarnos y trabajar nuestras deficiencias y excesos, sanando con las Flores de Bach nuestras heridas emocionales.

Diferencias básicas y clasificación de los 38 remedios bajo los títulos de:

Miedos. Rabia. Cavilación. Depresión. Ansiedad.

  • ¿Cómo reconocer los distintos miedos, dónde y cómo se generan. Qué Flores los desbloquean y disuelven?
  • Los diferentes matices de la depresión, dónde y cómo se desarrolla…
  • El pensar demasiado. La actitud ligada a pensamientos torturantes.
  • El exceso de emociones consume las energías y nos lleva al agotamiento.
  • Los grados de la Ira y cómo se desarrolla si no la atajamos
  • La rabia es tristeza actica y la tristeza es rabia pasiva…
  • Angustia. Ansiedad.  Depresión.
  • ¿Dónde se localiza la frustración, el resentimiento, las fobias …

Existen diferentes herramientas para conocernos a nosotros mismos. Y también existen medicinas naturales excelentes que son complementarias para conseguir la salud y el bienestar perfectos.

Deshacernos de lo que enferma es renovar los deseos de vivir plenamente.

Mi historia dentro de la sanación

Fue ya con 45 años, y después de haber dado muchas vueltas por el mundo, cuando por circunstancias muy especiales y viviendo en Irán, comencé a ayudar a los demás, sin tener yo misma ni idea de nada. Fue allí -ahora lo entiendo así- que Dios comenzó a guiarme en este sentido; hacia el servicio a los demás. Algunas  personas venían a pedirme ayuda y Dios actuaba a través de mí.

Un ejemplo clarísimo para mí fue cuando un día estaba yo rezando porque me sentía algo abrumada por la situación y le pedía a Dios en mi rezo que si realmente Él quería que yo me dedicase a ayudar a los demás debía darme los medios. Justo en ese mismo momento entró en la habitación mi hijo mayor llevando una bolsa en las manos “me han dado esto para tí, un señor filipino que se vuelve a su país y ha pensado que mejor te lo daba a tí; son medicinas”.

Yo nunca antes había oído hablar sobre la homeopatía y allí habían más de una veintena de frascos diferentes. Cuando venía alguien diciéndome que su hijo tenía algún dolor o fiebre, yo metía la mano en la bolsa mientras rezaba, sacaba un frasco y le daba unos cuantos gránulos. Jamás dudé era la mano divina quien elegía por mí. Y siempre, gracias a Dios, dio resultado.

De vuelta a España me olvidé del asunto hasta que yo misma me puse enferma, con un gran dolor en el pecho y los médicos me daban ahora este jarabe luego otro diferente y ninguno me quitaba el dolor. Una amiga me habló de las Flores de Bach y me hizo una fórmula. Inmediatamente me hicieron efecto. Maravillada comencé a estudiarlas, luego a tomarlas yo misma para conocer sus efectos y más tarde darlas a la gente a mi alrededor hasta que  después abrí un consultorio de medicinas naturales.

Por aquel entonces, finales el año 2000, que para mí ese año significó un renacer por una serie de acontecimientos personales, fui a Barcelona a un curso de Terapia Regresiva, sin tener ni idea de lo que me iba a encontrar. Entre los alumnos hacíamos prácticas y todos tenían vivencias de vidas pasadas. Conmigo fue distinto; yo aparecía en otro planeta o en medio del Cielo, postrada, ante un Rayo de Luz… y cosas así.

En otra ocasión y atendiendo un curso de Respiración Holotrópica donde a través de un tipo de respiración se consigue un desdoblamiento de conciencia que te ayuda a hacer viajes astrales, yo salí disparada como una flecha de mi cuerpo y una vez «arriba» una voz decía directamente a mi corazón «eres dadora de luz».

Me hice maestra de Reiki, como un regalo del Cielo y para mí es sagrada la práctica de conectarme, a través de los chakras, con mi cuerpo-mente y con mi maestro interior. Mucho tiempo después entendí el mensaje pues dando Reiki das Luz sanadora.

Y en eso sigo, dejándome guiar por mi maestro interior, dando gracias por ser tan afortunada de estar al servicio del Altísimo.

 

La Enfermedad desde sus raíces

Las Flores de Bach fueron concebidas para la sanación del ser humano desde una visión holística . De la misma manera que entendemos  la   Salud  como una,  así mismo deberíamos catalogar el desequilibrio interno de la persona en una sola enfermedad en lugar de diversificarlo en «enfermedades»

El sistema de sanación de las Flores de Bach  está basado en el desbloqueo, equilibrio y  reconducción de las energías que desestabilizan la salud. Las Flores de Bach transmiten la vibración necesaria para alcanzar la armonía en todos sus  niveles; emocional, mental  y físico.

Las Flores de Bach lo que hacen es corregir y adecuar   los desequilibrios emocionales, ya que son estos trastornos energéticos los que «crean» la enfermedad. Ésta puede estar localizada en un órgano específico. Puede que el dolor o las molestias se sientan en un punto concreto del cuerpo, pero no son únicamente los síntomas lo que trata estos remedios florales. Las Flores de Bach, como toda medicina natural holística, va a la raíz de lo que enferma.

El sistema floral del Dr. Bach se basa en las altas vibraciones de unas flores concretas para que restablezcan ese equilibrio necesario entre el cuerpo físico, mental/emocional y el ser espiritual, para que haya Salud.