
Hay material suficiente para hacer de la vida un drama pero también hay que decirlo, que es absurdo elegir ese camino, que lleva al sufrimiento.
Cuando te das cuenta de que existen otras posibilidades más sencillas y liberadoras, la actitud se flexibiliza, la panorámica se ensancha y la conciencia personal se conecta con la Conciencia Superior para conseguir expandirse más allá del Plano material.
Es decir, salirse del rol de víctima, supone un gran alivio.
Y es cuando te das cuenta de que no eres tu cuerpo físico y de que ni siquiera eres tu mente, cuando puedes comenzar a deshacerte de las emociones y condicionamientos que crean sufrimiento inútil.
Y es cuando te das cuenta de que lo que llamamos felicidad -y que buscamos fuera- se refiere a la paz que podemos sentir dentro y es el mejor estado que podemos desear y alcanzar, para luego compartirlo –irradiarlo– sin esfuerzo a nuestro alrededor.








