Nos transforma o nos trastorna

Absolutamente todo necesita de su justa medida. No existe ningún exceso que sea bueno o que nos beneficie.

Fuera de todo fanatismo, inclusive en el mundo espiritual, todo debe tener un equilibrio y proporción mesurada.

Lo que muchas personas entienden por espiritualidad o religiosidad es una idea interesada, y por tanto forzada, por conseguir algo. Y siempre que la mente se interponga el resultado que se persigue puede estar coloreado por el auto-engaño.

Esa ilusoria espiritualidad, en este mundo relativo y humano, es difícil de detectar por las trampas sutiles que nosotros mismos nos creamos y que a veces otros también alimentan.

Alguien dijo «no ve de la misma manera el árbol, uno que lo quiere talar y otro que simplemente desea sentarse a su sombra».

La motivación natural y el anhelo que nace en el corazón, son los mejores incentivos que nos pueden mover de manera libre, sincera y voluntaria a hacer algo.

¿Qué nos TRASTORNA? Todo exceso. El sobre-esfuerzo, la sobre-exigencia, el deseo exagerado de querer superarse, la busca permanente del éxito. Orgullo desmedido. Fuerte sentimiento de fracaso. El querer sobresalir y destacar siempre.

¿Qué nos TRANSFORMA? La actitud comedida. La atención y el silencio sin esfuerzo. La pureza de intención. El despertar y desarrollo de la Conciencia. Amarnos a nosotros mismos. Ser respetuosos con todos los demás. La sinceridad del corazón. La humildad.

Especular no es meditar

meditacion violetaEl mundo espiritual se ha comercializado en el sentido de que si yo especulo en tener ganancias y conseguir beneficios personales y pretendo hacer transacciones con el maestro o con Dios directamente, todo estos deseos que vienen de la mente  tienen poco que ver con la espiritualidad. La vanagloria será un velo más que nos separe de la Verdad.

A la hora de rezar o meditar tenemos que salir de la mente. Tenemos que entrar en un estado de vacío completo y de humildad. Sólo desde la autenticidad de anhelar esa conexión con la Divinidad o simplemente ir al Silencio y Quietud Absoluta o ir al centro del Ser para sentir Su Presencia. Desde la entrega.  Entonces es cuando experimentamos cómo, desde el poder de la intención sincera, se crea una comunión y comunicación, acorde a nuestra  capacidad de apertura.

Se corre el peligro de desvirtuar o malinterpretar la espiritualidad. Mientras la mente siga dominando, ella se encargará de presentarnos una espiritualidad falsa que seguirá alimentando el ego. Da igual el escenario en que nos movamos, da igual el ropaje, da igual las creencias; mientras nos gobierne  la mente-ego estaremos atrapados en un mundo de ilusión. Entonces el fanatismo, la rigidez en las formas, la ceguera,  puede entrar por cualquier rendija de la mente.

Sólo actuando desde el corazón y con humildad se puede prevenir de caer en las trampas de la mente-ego.