Cuando un Alma ha sido maltratada, hace a la persona frágil y vulnerable.Terapia Regresiva o Medicina del Alma
Cuando un Alma ha sido maltratada, hace a la persona frágil y vulnerable.
Cuando un Alma ha sido maltratada, hace a la persona frágil y vulnerable.
Puedo serlo todo: cristiana, musulmana, sufi, seguir a un maestro yogui, ser maestra de Reiki… soy aprendiza y soy facilitadora, soy hija, hermana, madre, tía, amiga, abuela y hasta bisabuela soy… soy vecina en mi vecindario, ciudadana del mundo y parte del universo… podría decir que lo soy todo y a la vez sentir la poca importancia de no creerme nada…
Por encima de técnicas, sistemas, prácticas, por encima de creencias, está la Verdad única y absoluta donde se diluyen todas las ideas y filosofías de vida. Los sentimientos y la identificación y peso de la historia personal se borran ante la percepción del Espíritu que es Luz.
Sólo el Amor Puro prevalece sin forma ni nombres. La Conciencia en su expansión nos ayuda a visionar más allá de la compleja Razón.
¿Qué piensas que es lo que nos separa? ¿Qué es lo que separa el mundo de las formas del mundo Oculto? Sólo nuestra ignorancia y arrogancia.
¿De qué manera nos limitamos a nosotros mismos? ¿Qué pensamientos negativos usamos para crear incapacidades y enfermedades en nosotros?
Como dice el refrán: «no hay peor ciego que el que no quiere ver» …yo te invito a abrir los ojos hacia tu interior, deshacerte de las resistencias mentales, sincerarte contigo mismo y a abrazarte.
Hace ya quince años que mi vida dio un tremendo vuelco hasta el punto de que sentí cómo moría en mí el «personaje» -no sólo la idea que tenía de mí misma- sino también se produjeron cambios a niveles profundos de mi ser. Experimenté un vuelco radical completo, en un espacio de tiempo angustioso e impreciso, en el que sentí lo que es el Vacío.
¿Cómo explicarlo? … las circunstancias de la vida me llevaron al límite, … la sensación fue de que la tierra se abría bajo mis pies y fui a parar a la Nada más absoluta.
No importa por cuánto tiempo, eso es lo de menos. Porque aunque sólo hubiese sido por un instante, también los instantes pueden ser eternos. Así que, viví esa experiencia de morir en vida y dejar de ser. Pero eso no fue lo peor, lo peor vino después, cuando volví a esta realidad ilusoria, sin identificación: en blanco.
Mis ojos hicieron un recorrido panorámico de mi existencia, que hasta entonces me había negado a ver y reconocer. Las verdades siempre duelen.
Debió suceder que mi alma, por su cuenta, se rebeló, dijo basta a una vida agriamente sin sentido, y me cogió por sorpresa, no dándome tiempo a reaccionar… el caso es que una vez que las funciones de mi cuerpo y mente se pusieron nuevamente en marcha -como una vieja locomotora- pues todo esto me sucedía con cincuenta años más que cumplidos, me paré sobre mis pies decidida a descubrirme y reconstruirme.
Para esta transformación y realización de mi ser debo decir, para ser enteramente sincera, que recibí muchísima ayuda desde planos superiores, y que con toda certeza. gracias a la fuerza y guía que recibí es que pude salir adelante.
Me empezaron a llegar «regalos» que me iban marcando el nuevo camino a seguir. Uno de ellos fue una invitación a un curso de «Respiración Holotrópica» parecida a la técnica de «Renacimiento«. Estábamos una veinte personas acostadas en el suelo con los ojos tapados. Un médico y cuatro ayudantes iban a supervisar el trabajo de desdoblamiento de conciencia que íbamos a experimentar.
Yo no tenía ni idea de lo que eso significaba o lo que podía llegar a ser. Nos dieron la instrucción de respirar muy fuerte y sin pausa por la boca. Nos ordenaron que no debíamos abrir los ojos o levantarnos bajo ninguna circunstancia y que si queríamos algo debíamos levantar la mano y alguno de ellos acudiría a ayudarnos.
Pusieron música de percusión a todo volumen y comenzó la cosa. A los pocos minutos levanté la mano. Muy obedientemente no había abierto los ojos ni había salido corriendo como hubiese sido mi primer impulso y le dije que no quería seguir allí, tenía mucho miedo, me estaba mareando, tenía claustrofobia y todos los males.
Me tranquilizaron, me animaron a seguir, uno de ellos se quedó a mi lado guiando mi respiración y prometiéndome que pasado esa primera parte, hasta conseguir la apertura de Conciencia, luego sería una experiencia maravillosa.
Seguí con la respiración al ritmo de la música frenética, tenía ya los brazos rígidos y con muchísimo dolor, como si tuviese los dedos metidos en un enchufe y estuviese pasando por todo mi cuerpo una descarga eléctrica. Mientras tanto me decía a mi misma que ni por un millón de euros volvería a repetir esta experiencia. De pronto, hubo una explosión dentro de mí, y desde mi cuerpo físico ví como mi alma salía del cuerpo hacia otras dimensiones.
Sentí una paz y quietud absoluta. Entre las distintas experiencias que viví allí hubo un mensaje que entró directamente en mi corazón «eres dadora de luz« … Hubo más cosas pero mi relato lo quiero centrar en esa frase que por mucho tiempo no tuvo ningún significado o sentido para mí. Pero ahora, cuando el puzle de mi vida ya está casi terminado, entiendo qué quería decir y sobre todo, ahora sé, que no existen las coincidencias o casualidades y yo fui guiada a cumplir con mi propósito de vida.
Al poco tiempo después yo me inicié en el Reiki y seguí el proceso de aprendizaje hasta hacerme maestra y llevo ya más de diez años impartiendo cursos, me dedico a la sanación energética y también como Facilitadora en el entrenamiento para la nueva conciencia.
Por encima de la satisfacción propia, los apegos y los propios intereses, existe un Amor que lleva a darse uno mismo. Entendí y resonó en mí corazón la frase de «eres dadora de Luz». Muchísimas veces me obligué a mi misma a reconsiderar el significado sobre la energía del AMOR INCONDICIONAL con el que el Reiki trabaja para sanar.
La acción de dar Amor bajo su forma más pura es lo que enseña el REIKI. Primero con uno mismo. Después conscientemente con uno mismo. Luego, cuando renaces en un acto de abnegación donde surje el Amor, entonces, es cuando se da a los demás de forma incondicional