¿Me he sacrificado o me he liberado?

yoga mujer solLas personas de alrededor cuando comienzas un camino espiritual creen que te estás sacrificando, se compadecen de ti pensando que estás dándole la espalda a los placeres de la vida; te tachan de infeliz, raro, inadaptado …

¿Es un sacrificio renunciar a la comodidad aparente de la vida mundanal a cambio de la paz que descubres en tu interior?

¿Es eso un sacrificio?

¿Renunciar a los apegos del amor interesado y posesivo por alcanzar la dicha que va más allá de lo expresable, es eso un sacrificio?

¿Es un sacrificio renunciar a cosas o estatus o dinero cuando a cambio te sientes libre de manipuladores, chantajes emocionales, ataduras, obligaciones impuestas, falsedades, condicionamientos limitantes, inquisidores, culpabilidad, miedos …

Renunciarse a sí mismo, eso sí es un triste e inútil sacrificio.

Quien se libera de las ataduras, provee a su corazón de nuevo aliento.

Hay que ahuyentar con firmeza a todos los miedos que nos estén acosando, inclusive esas personas que con sus consejos -y por nuestro bien- sólo pretenden reducirnos.

Remontar toda limitación es elevarnos hasta nuestros orígenes.

La voluntad propia

niño con botas«¡Niño estate quieto!» pretende ser una frase mágica pero no lo es.  Los niños no  están en estado de reposo  ni un minuto; es normal, son niños, tienen mucha vitalidad. Lo malo es cuando a la fuerza se les obliga a estarse quietos y tienen que REPRIMIR su energía -que no saben canalizar o almacenar- … porque la infancia es la etapa de la vida para descubrir, curiosear, experimentar y dar rienda suelta a la imaginación…

Nadie les ha enseñado a relajarse y estarse quietos por voluntad propia; en los momentos en que es bueno darle descanso al cuerpo y a la mente. Lo que han aprendido los niños, en su defensa, es a EVADIR LA MENTE.

Hay que dedicarles tiempo porque la queja generalizada por parte de los maestros de que «su niño tiene falta de concentración» no se arregla echándole un discurso de que debe estudiar más y prestar atención en clase. El niño tienen capacidad para la concentración; pero la han perdido por falta de estímulos. No tienen facilidad para fijar la atención en algo porque la mente se ha vuelto débil al no ser incentivada. El sistema educativo y el tipo de vida actual no inspira ni alienta a desarrollar la mente hacia el discernimiento superior.

Los adultos se sienten confundidos y eso es lo que están transmitiendo a las nuevas generaciones. Los adultos sufren de ansiedad y estrés y eso es lo que perciben los más jóvenes. Los adultos tienen miedos y  sus vidas están enfocadas a ganar  DINERO y esa es la perspectiva de vida que reciben los niños.

Podemos conseguir que los niños vivan su infancia sintiéndose seguros de que son guiados en sus primeros pasos de formación desde el Amor. Animándoles a que sean ellos mismos para que descubran su vocación. Animándoles a que tengan iniciativas.

Los niños crecen hoy en día asilvestrados y desvalidos. Tenemos que escucharles. Conocer sus miedos y responder con respeto a sus inquietudes. Deben recibir las herramientas y los códigos de conducta que les ayude a enfrentarse al mundo para que aprendan a relacionarse en la sociedad desde los valores que nos distinguen como humanos.