Os invito a meditar conmigo

meditacion 5Sentarse en profunda atención y quietud de la mente e ir hacia adentro nos ayuda a percibir nuestro Ser espiritual y eterno y así es como podemos lograr un estado  de profunda paz. La meditación requiere de práctica pues la mente no tiene disciplina para aquietarse; los pensamientos la desbordan y van y vienen sin control.

Os invito a meditar conmigo. Elegimos  un sitio tranquilo en el que nos sintamos a gusto, nos vaciamos los bolsillos, nos quitamos los zapatos y nos  sentamos en una postura cómoda con la intención de ir al encuentro del Silencio y la Quietud en  nuestro interior. Cerramos los ojos y prestamos  atención a nuestra respiración. Vamos hacia adentro.

Cada vez que tomamos aire por la nariz, sentimos como entra dentro de nuestro cuerpo y se expande desde la cabeza hasta la punta de los pies. Retenemos unos segundos y luego soltamos el aire por la nariz, lentamente, sacando fuera también el cansancio, las tensiones y las preocupaciones.

Atentos a nuestra respiración, suave y profunda; cuando inhalamos entra aire fresco que reanima todos nuestros órganos y cuando exhalamos nos vaciamos de toda tensión, cansancio y cualquier molestia o dolor que tengamos. Nuestro cuerpo se va haciendo más y más ligero. Nuestra mente entra en quietud y pasa a un segundo plano.

Así, prestando atención a la energía que se mueve en nuestro interior, percibiendo el sentir de nuestro corazón; nuestras emociones y cómo es nuestro estado emocional, simplemente siendo observadores de todo ello, sin hacer interpretaciones ni juicios… simples observadores de nosotros mismos, permitiéndonos ser… hemos dejado fuera las prisas de la mente… ahora, aqui, estamos simplemente siendo, … totalmente relajados… conectados con nuestro corazón, beneficiándonos del Silencio que envuelve la Paz y el Amor Puro.

 

 

La Meditación

Para nosotros occidentales no es nada fácil la práctica de la Meditación, que tanto nos aconsejan ahora,  porque ya nacemos con el estigma de que hay que HACER. Ya desde niños nos gritaban «niño no estés parado sin hacer nada!».  Nos grabaron a fuego de que somos según hacemos y tenemos. Por eso nuestra mente siempre está en ebullición midiendo, controlando, calculando, planeando… el estado contemplativo se valoraba como «eres un vago».

No es nada fácil, más bien nos crea ansiedad y frustración. Abandonamos la práctica porque nos duele la espalda y las rodillas y no conseguimos estar más de tres minutos quietos… quisieramos poder meditar, hasta nos da envidia sana por los que dicen que meditan media hora…

Pero, qué es exactamente la meditación y cómo conseguir estar sentados sin hacer nada.

La Meditación se consigue con la doma del Ego-Mente.No se puede imponer como obligación. No debemos dejar que la mente entre en el juego de rebelarse y boicotearla.

Tenemos que desear grandemente conseguir la paz interior en nosotros. Y confiar que la meditación nos lo va a proporcionar. A partir de ahí la clave está en la paciencia y la perseverancia.

No forzar nada. El primer día es suficiente el tiempo que podamos estar en quietud y disfrutar del silencio, aunque los pensamientos se arremolinen en nuestro cerebro, sólo seremos observadores pacíficos. Que sólo hemos estado tres ó cinco minutos, suficiente. Cada día nos pondremos nuevamente con la intención de  meditar sin sobrepasar nuestra capacidad de estar en quietud e iremos añadiendo minutos acorde al flujo natural de nuestro ser.

Teniendo presente que la Meditación nos lleva al estado de Quietud y de pacificación de nuestros pensamientos.
La Meditación sería el vehículo que nos lleva hasta nuestro Ser esencial.
La Meditación abre las puertas celestiales en ese instante que conseguimos trascender la materia.