Somos la extensión del Universo. Algunos lo han experimentado, para otros es un misterio pero la mayoría lo ignora. Podemos descubrir la divinidad dentro de nosotros, convirtiendo nuestra vida en algo sagrado.
Podemos comenzar creando nuevas actitudes y hábitos en nosotros:
1) Terminar con la competitividad. El pulso magnético del Universo es el mismo en cada uno de nosotros.
2) Pasar de creer a sentir. Llevemos nuestros cinco sentidos al interior de nuestro Ser y vivenciemos somos energía.
3) Conectar Mente y Corazón para mayor equilibrio entre Lógica y Amor.
5) Hagamos de los verbos Compartir y Dar, algo cotidiano en nuestras vidas.
6) El miedo debe desaparecer totalmente.
7) Saber que la muerte nos actualiza, tengámosla presente. Seamos agradecidos.
8) Responsabilidad y respeto por uno mismo, nos proporcionará dignidad e integridad.
9) Alimentación sana, ejercicio físico y descanso real.
10) Liberar el pasado. Sentirse libre para evolucionar.

Si la Tercera Dimensión es la dimensión del Tiempo, Espacio y Materia que distinguimos con los cinco sentidos externos, la Cuarta Dimensión es la dimensión espiritual que percibimos con nuestros sentidos internos, sobretodo con el Tercer Ojo que al desarrollarlo clarifica la Intuición y la clarividencia.
Sucede. La pereza es algo común. Nos recostamos en la zona de confort que más apetece a la mente-no-pensante; sofá, televisor, comer, beber … los cinco sentidos embotados.
Llamamos magia a las cosas increíbles y extraordinarias que ocurren y que consideramos fuera de lo ‘normal’. La magia se manifiesta más allá de la Lógica y la Razón y el Universo la pone a disposición de todo el mundo. Pero hay requisitos para que nos beneficiemos de ella :
Funcionamos por debajo de nuestras facultades naturales y nos hemos acomodado a ello sin tener aspiración a más. Todo ello por culpa de tener reprimidos nuestros cinco sentidos: Nos falta visión. La escucha es débil. El sentido del tacto poco utilizado. Perdido el del gusto y el olfato dañado o atrofiado.

