A la mente hay que desarrollarla porque por sí misma no va a entrar en áreas desconocidas; desde que nacemos nos están creando miedos para que nos mantengamos dóciles ….

Así que, como nuestro mundo mental ha quedado reducido e inmóvil,  ahora se resiste a ir más allá de lo que conoce y le da seguridad. Como no hagamos un esfuerzo por ampliarlo y por crear nuevos y mejores hábitos, nos quedaremos estancados en ese  espacio gris, lineal y obsoleto.

Al desligarnos de la mente y del «yo» funcional, comenzaremos a tomar perspectiva y a desapegarnos de todo lo que nos condiciona. Descubriremos que lo primordial no es HACER y TENER para luego ser …   No. Esa fórmula no nos ha llevado a la felicidad. Ni siquiera estamos contentos con nosotros mismos. ¿Entonces? …

Le daremos la vuelta: Primero SER -ser quien soy por encima de todo- de acuerdo a mi naturaleza, según los dictados de mi corazón. 

Para deshacernos de todo lo que no somos y reencontrarnos con nuestro Ser,  REIKI  nos da la oportunidad de descubrirnos.  A través de REIKI llegamos a  la certeza de que somos energía y nos dejamos fluir.

REIKI crea y provoca una conexión entre la energía vital de la persona y la energía cósmica más refinada.  A partir de esta transmisión de energía cada cual hará su andadura hacia su interior hasta el encuentro con esa parte de sí que es divina; su ser esencial, que algunos reconocen como su maestro interior, su Yo Superior, su ángel de la guarda …. cualquier nombre es válido …

Algo nos impulsó -desde nuestro corazón- a iniciarnos en este Camino y ahora vemos de que no hay vuelta atrás. Ya no somos los mismos; nuestra Conciencia ha despertado y se expande hasta saborear lo sublime del Amor Incondicional.

 

Esta energía elevada en nosotros nos hace sentir conectados a nuestra esencia y al cosmos, dándonos seguridad, estabilidad, entendimiento directo y aceptación.