Sólo por Hoy.

Hoy hago lo que tengo que hacer, mañana será otro día. Dejo de pensar y planear y mi mente entra en calma.

Sólo soy Observadora de lo que hay a mi alrededor, simplemente observo, sin entrometerse la Mente para juzgar o analizar.

No existe ninguna preocupación ni cuestionamiento, Todo está en orden en mi interior. Nada que reclamar, nada adeudo, ningún deseo o exigencia, ningún reproche…

Me he perdonado cuando me he cuestionado algún comportamiento en mi que he considerado no aceptable, Mi Conciencia así está en paz.

Total aceptación del momento. Dentro de esta calma, está mi Alma sosegada y la Presencia divina se ha posado en mi corazón.

¿Acaso no es este estado el perfecto? ¿Quién no puede desearlo para sí mismo?

Deja un comentario