Me digo: Si estoy pendiente del resultado no soy libre; sigo apegada a la mente. Yo quiero desentenderme de mi mente porque es un fastidio escuchar sus quejas, sus decepciones, sus frustraciones, sus miedos e inseguridades…

Me digo: yo no soy mi mente. Ella está ahí, tirando de mí hacia abajo, frenándome, queriendo imponerse, haciéndome sentir culpable…

Me digo:  sólo existe este momento. No hay pasado ni futuro. Respiro hondo, concentro todas mis energías, me posiciono, me destenso. Relajo los músculos de la mandíbula. Respiro hondo… me descalzo.

Me digo: voy a juntarme con el corazón. Le escucho. Le pido me ayude a concentrarme y serenarme. Le pido me traiga a este preciso momento… hace sol… repaso lo que tengo de positivo hoy… no está mal. Sigo adelante.