No nos permitimos descansar; nos hace sentir culpables. Hay que HACER.
Hay que hacer algo. Mi madre me gritaba cuando me veía «ganduleando» ¿¡qué haces sin hacer nada?!… siempre había que estar haciendo algo.
Ver la televisión es hacer algo. Así que cuando mi madre me gritaba desde la cocina ¿niña qué haces?, tranquilamente podía responder Estoy viendo la tele, mamá… y no me sentía mal conmigo misma.
Ver la tele es Hacer, lo contrario es CONTEMPLAR, que es lo que en realidad a mí me gustaba; perderme en la contemplación y en la ensoñación… pero eso estaba prohibido en mi casa.
Hay que HACER y TENER pensando en el futuro. Y los padres, sin quererlo, te llenan de ansiedad y miedos. ¿Seré capaz de hacer… podré tener…?
El error en la educación de estas sociedades modernas es que se han olvidado por completo del Ser. No es hacer y tener lo que lleva a la Felicidad -si es esa la meta en nuestra vida-. La Felicidad no la da el tener ni el hacer, seguro que no. Pero para quien haya encontrado la suerte y la claridad mental de primero que todo encontrarse con su Ser para darle un sentido a la vida… el hacer y el tener vienen solos, sin dificultad, hacia tí.
