
Hablo contigo en mis adentros ahora que estás tan lejos. Te invito a entrar conmigo en el espacio sagrado del corazón. Para nuestras Almas es un asunto fácil. Ponemos la intención.
Te digo: Si mi amor por ti no abre tu corazón, no te preocupes, no puedo ni quiero forzarte a que me ames. No tiene sentido. Somos libres.
Si mi presencia te incomoda mejor cambio de dirección y te libero de ella. Eso me hace más feliz.
No podemos cambiar lo que ya pasó y cada uno necesita su tiempo para procesar los dramas del pasado y poder adentrarse en el Presente. Sólo deseo respetar quien eres y tu ritmo de aceptación así como yo hago lo propio con mi Ser. Borremos los viejos patrones.
Seamos felices liberándonos de lo que nos aprisiona; el resentimiento es un veneno muy sutil y muy penetrante. Estemos atentos porque hace mucho daño. Al fin y al cabo, todos somos víctimas.
Fortalezcamos nuestro cuerpo físico desde dentro, aligerando nuestro cuerpo mental y emocional lo conseguiremos.
El gran Poder del Espíritu nos santifica y bendice con Amor.

