El paso de los años

Desde mis adentros soy testigo del gradual envejecimiento de mi cuerpo.  Me hago consciente del campo de batalla por el que ha pasado mi piel y mis huesos. Ahora se manifiesta lo que la prisa de mi juventud y la inconsciencia, y circunstancias de los siguientes años, callaron y reprimieron.

Siente mi corazón pidiéndome reposo, sosiego. La visión y el entendimiento se han ampliado.

Soy testigo de mi personaje, ya defendiendo mi Ser esencial. Ya dejándome llevar desde mi naturaleza. Voy aprendiendo.

Mi elemento es el fuego. Fui incendiaria, a veces descontrolada e impulsiva. Rápida en reaccionar, con lengua muy afilada. Ya hoy, soy el rescoldo que ahora sólo quiere y pretende dar calor a quien se me arrime. Como pequeña hoguera que fui, .a partir de que reconocí quien era y lo acepté, mi vida cambió enteramente,.. cuando se reconoce el propósito de vida uno se pone al servicio del bien común.

Tomar consciencia de quien uno es, te da fuerza, seguridad en ti mismo, claridad mental y emocional. Y uno entiende entonces de que no hay vuelta atrás. Lo que uno  va descubriendo de sí mismo, eso queda grabado; es un añadido que reemplaza  lo falso por lo real. Y es así como uno  llega a reconfigurarse.

El MOMENTO PRESENTE es el espacio en el que ocurren las cosas.

 El momento presente NO es lo que ocurren. (Las situaciones son cambiantes pero el AHORA siempre es el mismo).

En lugar de identificarnos con lo que ocurre, nos haremos conscientes del Presente en sí, más allá de lo que ocurra porque en ese AHORA también existe la serenidad y el silencio y llega un momento en el que te familiarizas con ello y sabes que lo puedes dirigir y transformar… crear, según tu Conciencia (lo que consideras correcto desde tu corazón).

SOLTAR PARA AVANZAR

Lo que yo aplico en mi vida y me da resultado: cuando algo me molesta de otra persona me cuestiono a mi misma, antes de echarle la culpa al otro. Siempre, mejorando o ajustando algo en nosotros mismos, nuestro alrededor se vuelve más amable y tolerante.

Las frases que utilizamos para justificarnos como » me fastidia su mal carácter. Me saca de mis casillas por esto o lo otro. Él es el culpable de que nuestra relación no funcione. Es un rencoroso y un aguafiestas, me pone de malhumor. Por su culpa lo nuestro ha terminado». … y un largo etcétera.

Es fácil y recurrente verlo en las relaciones de pareja. La persona que ya lleva en su haber varias relaciones fallidas, todas por el mismo motivo, pero sigue justificándose diciéndose «siempre atraigo el mismo tipo de hombres» … ¿No sería más beneficioso preguntarse QUÉ comportamiento hay en mi que ocasiona una confrontación con el otro o la misma fricción y daña nuestra relación. Algo hay en mí que todavía no sé ver y debo solucionar, me doy cuenta de que siempre tropiezo en la misma piedra»

Este cuestionamiento hacia uno mismo es independiente sobre las discrepancias y razones verdaderas que podamos tener y que nos llevan al enfado o decidir romper una relación. Lo que pretendemos es reforzar nuestra invulnerabilidad emocional y hacer que toda situación en nuestra vida nos sirva de aprendizaje para nuestro mayor crecimiento personal.

Nada sucede por casualidad. Toda persona que entra en nuestra vida tiene algo que enseñarnos. Por supuesto que, una vez hemos aprendido la lección podemos decidir seguir nuestro propio camino… pero no antes, pues entonces sí que se repetirá la situación y diremos aquello de «siempre atraigo el mismo tipo de persona».

Porque si siempre me justifico diciéndome que es el otro quien tiene el `problema y es el otro quien debe solucionarlo en él. Que es el otro quien tiene que cambiar, si quiere que nuestra relación continue, no soluciono nada en mi. Los dos tenemos algo que aprender, seamos humildes y reconozcamos nuestros fallos. Nadie es perfecto.

La Sabiduría nace en nosotros cuando conseguimos observar e identificar al personaje -nuestro Ego-. En el momento en que el VER actúa, el Ego pierde fuerza, no queramos tener siempre la razón. Siendo Observadores imparciales es como podemos SOLTAR toda esa corteza que hemos ido acumulando a lo largo de nuestra vida que nos hace rígidos mental y emocionalmente.

Soltemos los miedos; a que nos hagan daño, a no ser queridos de la forma en que deseamos o queremos. Soltemos el miedo a sufrir, a fracasar. Soltemos la ansiedad por lo que pueda pasar mañana. Aprendamos a vivir el presente. Respiremos hondo y situémonos en el PRESENTE. Y cada vez, durante el día a día, en que nos descentramos, respiramos conscientemente, y nos sentimos viviendo el PRESENTE. HOY.

Sobre todo, aceptando ser quien soy desde mi Ser. Respetando al otro como es sin pretender cambiarlo a mi gusto. El Amor por mi debe ser tan grande como el Amor que siento por los demás.

Y damos las gracias.