
Un día yo salí del cuerpo sin pretenderlo. Como una flecha fui lanzada de forma vertical hacia el Cielo. Y en ese espacio me paré, sin pensamientos, hasta que apareció una Luz poderosísima que se dejaba ver entre grandes nubes. Me impactó de tal manera que no me quedó de otra que postrarme ante ella, totalmente sin aliento, tremendamente conmocionado mi corazón.
Este tipo de experiencias no las crea la imaginación. Ni cualquier Mente de forma voluntaria, como en los sueños, nadie puede crear situaciones de este calibre a su gusto. Simplemente sucede cuando estamos preparados (y desde arriba nos sorben) para subir nuestro nivel de frecuencia. Y muchas veces ha sucedido que personas de Mente débil y poca energía han querido forzar situaciones de «alto voltaje», quizás a través de alucinógenos, y su Mente quedó en shock sin capacidad de «volver» a esta realidad.
Somos energía consciente. Cada uno con sus limitaciones. Nada debe ser forzado pero sí tenemos la posibilidad y capacidad para evolucionar y conocer otras dimensiones de nuestro Ser. No pretendemos ser una versión mejorada de nosotros mismos sino llegar a ser -recuperar- el ser divino que ya somos.
La Conciencia se hace presente y el nivel de cada persona se verá aumentado desde la sencilla práctica de ser Observador de sí mismo, hasta que conseguimos diferenciar el personaje secundario exterior del Ser primordial eterno que somos.
Veremos ampliada nuestra percepción de la energía del Amor Incondicional gracias a las altas frecuencias vibratorias que están llegando a nuestro planeta. Son momentos de grandes transformaciones a todos los niveles. Demos gracias y abrámonos al cambio.