
Quien no conecta con la emoción que lo desequilibra, no sana. A veces son emociones que nos manipulan de forma tan sutil que no somos conscientes de cuánto nos están limitando,
Se convierten en «energía negativa» las emociones que escondemos, que no queremos ver ni aceptar en nosotros. Tenemos que reconocerlas para poder liberarlas; desde dentro hacia afuera.
Cuando nos cuesta estar con nosotros mismos. Cuando evitamos estar a solas, en silencio, con nosotros mismos. Y salimos fuera, nos llenamos de ruido, nos rodeamos de gente, da igual qué ruido qué gente qué cosa, la cuestión es evitar estar a solas con nosotros mismos.
Estas actitudes nos están señalando que tenemos conflictos por resolver. Tenemos tareas pendientes, lo sabemos pero vamos postergando… tenemos miedo a enfrentarlas; no sabemos cómo hacerlo.
Si entendemos que el olor no existe para nosotros hasta que es percibido por el olfato, de igual manera si tenemos nuestros SENTIDOS INTERNOS cerrados no somos capaces de percibir, visionar, ensoñar, conectar con lo que está más allá de lo elemental y físico en nuestro Ser dormido. Inclusive -y soy testigo de ello como sanadora-, de que nos hacemos insensibles al dolor físico; no queremos reconocerlo- «Estoy bien. No me pasa nada. Me molesta lo normal…» son frases recurrentes ante dolores de cabeza, de espalda a los que no les prestamos atención suficiente.
Justamente para beneficiarnos de nuestro sexto sentido tenemos que desarrollar la INTUICIÓN. Para empezar tenemos que responsabilizarnos de nuestra salud física, mental, emocional y espiritual. Luego, tenemos que establecer un puente entre nuestra Mente y nuestro corazón.
Y entonces crear una realidad en nosotros integral: orgánica, cerebral, psíquica y energética. Que ninguna sola célula escape al control del cerebro, del pensamiento, de la actitud, la voluntad, y del poder de la intuición y del poder de la intención.
Estas son en principio las claves para conocernos a nosotros mismos y deshacernos del sufrimiento y la dispersión mental.

La VOZ INTERIOR de nuestra Alma es real y poderosa. Ella nos avisa, nos previene, nos alerta ¡cuidado!, dice. ¡Paciencia!, nos dice una y otra vez. Paciencia, nos susurra para que no nos adelantemos a los acontecimientos.
Tu Esencia desprende un olor; irradia y emite una vibración que se manifiesta y traduce como emoción o sentimiento … atrayendo más de lo mismo.