No hay vuelta atrás

A mediados de 1970 me hice vegetariana pero por puro snobismo. Sin quererlo ni pretenderlo creo que fue eso lo que despertó mi Alma, que estaba asfixiada bajo una gruesa corteza de vanidad y estupidez.

Por muchos años seguí este camino hasta que se convirtió en mi filosofía de vida y amplió grandemente mi panorámica. Me fuí refinando por así decirlo.

Cuando la Conciencia despierta ya no hay vuelta atrás pero tampoco sabes a dónde te va a llevar. Cuánto te hará cambiar.

Han pasado desde entonces 50 años y sigo asombrándome; el movimiento no cesa; se van dejando cosas atrás. Lo que sí puedo afirmar rotundamente es que el sufrimiento se vuelve manejable y uno se da cuenta de cuánto protagonismo le damos a la Mente que es capaz de distorcionar la Realidad según el Ego.

Poco a poco, fueron desapareciendo el mundo ilusorio y las expectativas en él. En su lugar, aparece la aceptación que lo vuelve a uno más templado y calmo.

Ya estando en el camino espiritual me fueron llegando de forma gradual muchas nuevas posibilidades para seguir ahondando en mi Ser. Me invitaron a asistir a un Taller de Respiración Holotrópica donde vivencié el salir del cuerpo físico. Seguidamente tuve el regalo de hacerme maestra de REIKI, que sigo practicando. Es una herramienta poderosa que me ha dado el entendimiento profundo de mi Ser como alma y espíritu en evolución. Y desde este conocimiento he podido desarrollar la Intuición y la capacidad para la auto-sanación.

También, en su momento, hice un curso de Terapia Regresiva según el psiquiatra Brian Weiss y aprendí las técnicas de visualización, relajación profunda, entre otras, para sanar el subconsciente.

Más tarde, me hice discípula de un Swami -durante 14 años- al que seguí fielmente y con perseverancia practiqué el yoga espiritual y la meditación. Al mismo tiempo creé mi propio método de enseñanza con el «Entrenamiento para la Nueva Conciencia» que, junto con la enseñanza e iniciaciones al REIKI, estuve dedicada por entero hasta hace cuatro años que me he retirado y vivo en un pueblecito de La Alpujarra, en Andalucía.

Esa ha sido mi andadura, en pocas palabras. Ahora sólo observo en silencio, apartada del «mundanal ruido». Eso sí, me gusta escribir y compartir.

Mi conclusión: Somos UNO.

VI. Verdades y disparates

Me vino como un regalo inesperado el hacerme maestra de REIKI, no fue nada planeado… me explosionó dentro en la Mente y en el corazón. Fue un preciado presente del Universo. Descubrí que somos energía. Y fue entonces que pude entender sin necesidad de la Mente, y pude hacer la conexión con la divinidad.

¡Qué maravilla, poder experimentar que Dios está dentro de mi y de todos, y de todo ser vivo. También fue entonces que sentí viva la Madre Tierra y sus bendiciones.

Reiki enseña a través de tres iniciaciones con una transmisión de energía cósmica, en tres niveles. En el primer nivel se trabaja el cuerpo físico, con ayuda de la energía transmitida y la práctica de equilibrar los siete chakras principales, En el segundo nivel se trabaja el cuerpo mental y emocional, y en el tercer nivel se trabaja el cuerpo espiritual. Después, si quieres enseñar a los demás, haces la maestría. Con esta purificación y equilibrio de los centros energéticos, consigues hacerte con el Poder de la intuición y de la intención, primeramente con la intención de sanarte a ti mismo …

Son más de veinte años en los que he iniciado a muchísimas personas en este Camino de vida que jamás planeé ni imaginé que existiese como posibilidad. Me llevó años aceptarme como Canal de sanación de la energía universal del Amos Incondicional. ¡Demasiado fuerte, serio, complejo, misterioso y fantástico! … y desde mi intención de ser completamente honesta, tenía miedo a creerme capaz de tamaña tarea y responsabilidad.

¿Siento yo acaso Amor Incondicional como para transmitirlo a otros? ¿Acaso sé lo que es amor incondicional? Con el tiempo entendí que sólo soy un instrumento de la Divinidad, como Canal. al servicio del Bien común. Esa es mi misión de vida, Siento el apoyo y bendición de mis ángeles custodios.

Desapareció el peso de las obligaciones y las apariencias a guardar. Desapareció el disimulo y el tener que fingir lo que no sentía para no escandalizar a los demás.

Qué cansancio y desgaste energético ocasiona la hipocresía. Me juré a mi misma no volver a decir ni la más pequeña mentira, a nadie ni por nada. Y esta práctica la recomiendo porque resulta totalmente liberadora. Hay que estar muy atento al principio, porque habrá que rectificar los disparates que uno puede llegar a decir y hacer por no ser «pillado en falta«.

Enseñanza y Transmisión

Está la ENSEÑANZA, que es racional y volátil y se instala en la Mente. La enseñanza es teórica y se espera que, para que haya resultados, hay que ponerla en práctica, hay que experimentarla o quedará sólo como información.

Luego está la TRANSMISIÓN, que va directa al corazón y sintoniza con la Conciencia. La transmisión de energía es un aliento (el Espíritu Santo), o también se transmite por imposición de manos (como hacía Jesús) que va directo a la esencia del Ser y lo reaviva.

REIKI es un sistema de transmisión de energía sanadora y muchísimo más. Ese es sólo el comienzo de un Camino inagotable de sabiduría del Ser y de la vida.

Iniciarse en REIKI -recibiendo de un maestro la transmisión de energía cósmica- es como un renacer a la vida pues las perspectivas se amplían a la medida que la Conciencia se sitúa en primer término y va despejando y clarificando la andadura hasta conseguir la unicidad con el Todo.

REIKI y la Gracia Divina

Como maestra de REIKI pienso que la energía del REIKI podría ser la misma energía que la de GRACIA DIVINA que nombran los cristianos y que es la energía superior que nos INICIA y prepara para entrar en dimensiones superiores. No importa cómo la nombremos, invocar a las Fuerzas Superiores es la llave para poder adentrarnos en otras dimensiones del Ser y del Universo. Para ello hay que preparar el cuerpo físico, mental, emocional y espiritual, purificándolos, y desde ese Vacío que se creará, recibir la Gracia.

Imaginamos lo nuevo desde lo ya conocido y experimentado y sin querer, lo nuevo, lo condicionamos y limitamos. Así que, cuando realmente se nos presenta algo NUEVO de verdad, en nuestro cerebro se produce una gran conmoción. Tal alteración debe asentarse, debemos simplemente vivenciarlo, sin expectativas, sin juzgar ni encasillar. Simplemente permitir que suceda.

La Mente nada más idea y baraja lo conocido. Para ampliar la Mente y hacerla menos rígida, sólo sucede si nos permitimos abrirnos con entera libertad a experimentar lo nuevo con la intención de expandir nuestra Conciencia, de lo personal hacia la unicidad con la Conciencia Suprema.

Un ejemplo, las vivencias vividas en la India con AMMA, me sacudieron enteramente; volví cambiada, renovada. Debía ir con la Mente vacía. Sin expectativas. Nada hice o pensé o planeé para que hubiese un cambio en mi, No hice nada para provocar en mí, de forma espectacular, una intensa alegría interior que me era desconocida. Siendo ese mi nuevo estado, surgió y se reforzó por si mismo, la confianza absoluta en lo que llamamos divinidad; la Fuerza Absoluta y Orden Superior a las que pertenecemos.

No sé si me explico …

«Dadora de Luz»

Os contaré una experiencia importantísima para mí que viví años atrás. Asistí a un curso llamado “renacimiento” y consiste en una técnica de respiración específica que consigue un desdoblamiento de la conciencia y con las que se  logran experiencias inimaginables.

Dirigía la clase un médico vasco asistido por tres ayudantes. Estábamos una veintena de personas todos acostados boca arriba en una gran sala en penumbra con los ojos tapados por un pañuelo. Teníamos que hacer respiraciones prolongadas por la boca largo tiempo. Me entró pánico al empezar a sentir vértigo y algo de angustia y le dije a la monitora que no quería continuar pero ella me convenció y muy hábilmente consiguió relajarme.

De pronto mis manos se llenaron de una energía de “alto voltaje”, se me retorcían, tiesas, con un dolor tan intenso, casi insufrible. Las empecé a mover, arriba y abajo, para distraer el dolor, mientras seguía con la respiración, en una agonía frenética, esperando ese momento prometido de que entraría en éxtasis.

La música estaba a todo volumen y era de percusión muy acelerada y los monitores nos animaban a gritos que siguiésemos con la respiración, con un ritmo delirante y enardecido. Finalmente, quizás después de una hora o dos, no lo sé, poco a poco, la presión energética de las manos empezó a ceder, muy lentamente. Y de repente ¡PUAF! todo cambió.

 Me vi como un ángel azul, enteramente; el traje y la cara eran de color azul. Un azul precioso, azul índigo. Después me vi como un ser de luz y seguidamente como LUZ, sin cuerpo. Estaba en el Universo fundida o diluida en el espacio, en el Todo. Después me hice consciente de mi cuerpo y volví nuevamente a él, sentí que mis brazos estaban rectos y tiesos hacia arriba, como «instrumentos» que mandaban luz.

Era perfectamente consciente de mi misma y de lo que pasaba, pero mi esencia era la que estaba observando mi cuerpo y esas vivencias. Vi por unos instantes el busto de una mujer: era yo, sentí y supe tengo poder. Sentí una voz que decía “Eres Dadora de Luz”…

Mis brazos, como chorros de luz, se dirigieron -moviéndose de una forma muy placentera- hacia los sonidos de llantos que había en la sala, como buscando detectar donde estaba el dolor. Me vino la imagen de mi amiga Dagmar y dirigí los brazos hacia ella -percibiendo donde estaba- y le envié energía.

Después los dirigí, no como brazos pues yo los sentía como prolongaciones capaces de enviar chorros de luz sanadora (¡!) hacia la izquierda donde oía otros llantos. Seguí con los brazos alzados, rectos, como tubos lanzadores de luz. No los sentía  como parte de mi cuerpo físico exactamente, pero disfrutaba de unas sensaciones totalmente nuevas e inimaginables, con unas capacidades de percibir y actuar superiores a como utilizamos nuestro cuerpo.

Bastante tiempo después me llegó la oportunidad de iniciarme en REIKI hasta alcanzar la maestría. Entonces entendí en profundidad lo que significa ser dadora de Luz.

Me siento muy agradecida y privilegiada por ello.

Comunicación energética

Nuestros `pensamientos y emociones envían vibraciones y ondas magnéticas que inevitablemente atraen todo lo que esté en resonancia con esas mismas frecuencias. Si tu estás quejándote por mala salud, esa vibración baja es lo que llega al Universo y él te envía más de lo mismo. Ese es el lenguaje; por vibración.

La energía que emanas funciona como un imán, atrayendo hacia a ti aquello en lo que enfocas tu Mente.

El REIKI no sólo explica muy bien todo esto para que lo pongas a tu servicio sino que te da las herramientas para que aprendas a distinguir, almacenar y usar las diferentes energías para la sanación y el equilibrio de los diferentes cuerpos que poseemos; físico, mental, emocional, etéreo y espiritual.

Conociéndote a ti mismo tienes la capacidad de procesar el conocimiento de forma directa; sin pasar por el filtro de la Mente que, al solo razonar, descarta lo que no entiende y va más allá de la lógica.

Si no pones resistencia, ya tienes un talento más; la posibilidad de captar datos sensoriales e interpretarlos directamente (sin que pasen por la Mente). Quizás ahora no sepas ver lo extraordinario que esto supone. Pero es de esta forma que desarrollamos la INTUICIÓN que es muy superior al Razonamiento.

En la palma de las manos tenemos un CENTRO ENERGÉTICO (chakra) capaz de leer qué emociones están obstaculizando el fluir de la energía en las diferentes partes del cuerpo sino también de sanarlos mediante el desbloqueo que está produciendo inflamación, por ejemplo.

Cuando la SALUD dura menos que nuestra vida, algo hemos descuidado. Aprender cómo funciona nuestra maquinaria y hacer un buen mantenimiento de ella, nos ayuda a llegar al final dignamente.

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Nuestro Ángel

Sólo hablo de lo que he experimentado. Y hay cosas que están fuera de toda lógica y es difícil ponerle palabras, pero existen en otras dimensiones. Siendo Canal de la energía REIKI Universal en la que me muevo desde hace más de veinte años como sanadora, fui instruida para ir al campo astral de la persona que esté tratando. Y alguna vez, sobre todo en los casos extraordinarios, se presenta ante tus ojos situaciones del «futuro«, donde está actuando nuestro Yo Superior o Ángel custodio.

Os cuento por ejemplo, el caso de una mujer joven médico, una persona normal, que vino a mí para ser tratada con medicinas alternativas, ya que padecía un severo cáncer de útero y en su desesperación estaba dispuesta a probarlo todo. Tenía mucho miedo a morir. En una de las sesiones yo la vi ante una multitud de gente dando una conferencia, esa fue la impresión que me fue dada. Y le dije con total certeza «vas a ser famosa, quizás escritora«.

Ella, por supuesto, no me creyó pero efectivamente, esta mujer salió exitosamente de su cáncer y escribió varios libros sobre alimentación contra el cáncer y durante años dio muchísimas conferencias.

¿Qué quiero decir con esto? El futuro, junto con el presente, están simultáneamente sucediendo. No es que el futuro esté escrito, es que está sucediendo ahora, en otra dimensión. ¿Y cómo es eso?

El científico francés Garnier que habla de lo mismo le llama «nuestro DOBLE»- Diciendo que mientras el YO actúa en el Presente, tenemos un doble (nuestro Yo Superior) que está simultáneamente actuando en la dimensión del «futuro«.

Yo soy la primera sorprendida y me ha costado aceptarlo como realidad, pero como digo lo he visto muchas veces. ¿Qué podemos entender de todo esto? Que somos capaces de construir nuestro presente inmediato una vez conectamos con esa parte nuestra que ya conoce cómo actuar y crear el futuro, desde el Campo de las infinitas posibilidades.

Somos co-creadores de nuestra vida cuando nos hacemos con el control de ella y actuamos colaborando con las energías de la Inteligencia Suprema que nos permite, nos asiste y nos alienta en la creación de nuestro destino. Somos Conciencia, somos energía que podemos dirigir, acrecentar, almacenar, manifestar y con ella SANARNOS y sanar.

Auto-sanación

Muchas personas me miran unas con sonrisas condescendientes y otras irónicas, si sale a conversación la palabra REIKI y el tema es sobre las medicinas naturales.

Llevo más de 25 años trabajando con las medicinas energéticas y remedios naturales y puedo asegurar honestamente que con muy buenos resultados en la mayoría de los casos. Y siempre desde la comprensión de que uno tiene que querer sanarse y responsabilizarse de su salud.

Si partimos de la base, aunque la inmensa mayoría de las personas no tienen consciencia de ello, de que tenemos la capacidad de auto-sanarnos siguiendo las normas de no dejar entrar en el cuerpo nada dañino que perjudique ni desestabilice ni bloquee nuestros órganos, manteniendo nuestra mente equilibrada y nuestra energía vital en pleno rendimiento.

Se trata de hacernos responsables de nuestra propia salud. Con hábitos preventivos podemos mantenernos saludables y esto implica sólo tomar los fármacos realmente imprescindibles, si es posible ninguno, sustituyéndolos siempre por remedios naturales.

Me refiero de personas sanas para la prevención de enfermedades. Para las personas que ya su cuerpo ha sido dañado y que las enfermedades han hecho mella en su cuerpo físico o su mente, sí se podría encontrar una mejoría en la calidad de vida. Hoy en día hay mucha información sobre métodos de desintoxicación, por ejemplo.

Muchos profesionales de la Salud están dedicados a informar sobre como conseguir tener una buena salud de forma natural. Entender y experimentar de que somos energía (vibración y frecuencia) ayuda a sintonizarnos con nuestro cuerpo físico y armonizarlo a través de técnicas de respiración, relajación y otras técnicas beneficiosas para el cuerpo.

La negación a escuchar, poniendo resistencias a lo que se desconoce, empobrece la Mente y no permite que la Conciencia se desarrolle.

ENERGÍA SANADORA

Las sociedades modernas han creado los enfermos crónicos. La realidad que muchos no quieren ver ni saber es que la cura no está en los fármacos. Lo que hoy en día se hace necesario es sanar los corazones perturbados, los cuerpos y mentes desequilibrados energéticamente,

REIKI trata sobre la sanación a través de la transmisión de energía universal del Amor Incondicional.

Ayer atendí a la dueña del piso que alquilo y que vino a por cosas suyas. Le pregunté lo normal cómo estás y comenzó a nombrarme todos sus dolores y males. La vi tan agotada física y mentalmente que sin pensarlo la invité a pasar y no tuve que insistir mucho cuando le ofrecí que se acostase en la camilla. Quince minutos.

Puse las manos en su cabeza. Hice mentalmente la invocación para conectar con mis ángeles guardianes, los maestros espirituales ascendidos y la energía de la Madre celestial. Pedí ser un perfecto Canal de la energía universal REIKI del AMOR INCONDICIONAL para beneficio de mi Ser y para el beneficio, sanación y guía de la persona que estaba atendiendo.

Sentí como entraba esa energía por mi coronilla y salía por la palma de mis manos. El calor y la vibración eran evidentes. Me dejé llevar por la intuición y seguí los pasos de ir poniendo las manos en los diferentes chakras de su cuerpo. El propósito es ir desbloqueando nudos emocionales. También llevar energía allí donde sea precisa. Además de equilibrar todos los centros energéticos.

Ella pensaba le iba a dar un masaje. Nunca ha escuchado sobre el REIKI, ni sobre energías; es una persona normal y común. Pero confió en mi y no puso ningún tipo de resistencia, por lo que me fue fácil llegar a ella. Cuando se bajó de la camilla toda sonriente y luminosa dijo asombrada «¿Qué me has hecho? No me duele nada».

Es verdad que REIKI tiene un método a seguir, una formalidad y disciplina, pero por encima de todo eso está la INTENCIÓN. De la Intención del corazón de la persona que hace de Canal sale la energía por sus manos, y por su boca. El sanador impone las manos, sopla, visiona.

El propósito de vida del ser humano es vivir una vida en paz, primeramente consigo mismo. Si no es así, se enferma; el cuerpo le avisa que rectifique el rumbo, que preste atención a sí mismo.

Experiencia con el Reiki

«No todas las ramas de un árbol se mueven al mismo tiempo, sin embargo, se mueven en armonía»

Hace un tiempo atrás inicié en el tercer nivel y maestría de REIKI a una mujer vasca que vivía en La Alpujarra, en el sur de España. Una mujer muy especial, debo decir, pues tenía una gran conexión con los seres diminutos de la Naturaleza. Todo coincidió y se hizo fácil para un reencuentro, de manera mágica. Quedamos en celebrar el solsticio de verano practicando REIKI en la tierra, ya que la anterior vez que lo habíamos hecho, había resultado una experiencia maravillosa al sentir cómo la energía de la tierra penetraba en el cuerpo regenerándolo.

Casualmente yo estaba pasando unos días cerca del pueblito donde ella residía. Buscamos el lugar apropiado. Teníamos las montañas enfrente. Elegimos un espacio donde había como un altar natural formado por varios troncos tumbados y entre ellos crecían unas plantas en forma de abanico. Rodeaban el lugar dos nogales jóvenes, un laurel y un avellano dando sus primeros frutos. Sentíamos estar rodeadas de una energía alegre y protectora.

Después de su iniciación, para que ella practicase, le dije que me diese REIKI a mi, así que me acosté en la tierra preparada para recibir la energía sanadora. Al darme la vuelta poniéndome boca abajo, mi corazón ha sentido (reconocido) perfectamente la tierra como mi Madre y he percibido su amor (inmenso y puro) hacia mí y el recordatorio de que a ella volverá mi cuerpo físico. Ella me acogerá.


Me ha curado mi plexo solar (sentía muchísimo dolor al principio) estaba constreñido; atado. Y pude ver cómo eran cortadas esas ataduras y mi plexo se ha expandido -liberado- y ha terminado el dolor.


La tierra me atrajo hacia ella, sentí hundirme en ella de forma sanadora, en una sensación sumamente agradable y reparadora. Me he sentido parte de la tierra; su energía llenándome.


He sentido la necesidad de cantar. Unir mi voz y vibración al de la naturaleza. He llorado de emoción y nostalgia, por vivir en la separación… por mi necesidad de sentirla y no borrar el recuerdo de mi (nuestra) divinidad, como seres luminosos. Fue una experiencia maravillosa, única, que me recargó de energía y sentimiento de gozo.

Nos perdemos en el asfalto y el cemento. Esta civilización moderna nos separa y aleja de nuestros orígenes y nuestra capacidad de percibir más allá de los cinco sentidos. Volvamos a identificarnos con la Naturaleza. Seamos perceptivos para poder ver sus sabias señales. Aprendamos de ella siendo flexibles, receptivos, fluidos, agradecidos.