Trascender la densidad del Ego

Me siento bien conmigo misma en el silencio. No tener necesidad de hablar es un alivio. Nada que decirme tampoco, nada que explicar o pedir explicación. Simplemente quedarme en silencio.

Ese instante placentero en el que respiras el Vacío, la quietud total. Nada en absoluto te perturba… es un «instante» fuera del tiempo; un instante no medible.

Es la paz misma porque sientes que todo está perfectamente en su sitio, simplemente lo sabes en tu corazón. La Mente no cuestiona, no juzga. No interviene.

En esos momentos sólo eres una célula dentro de un gran organismo que cumple una importantísima función. Billones de células están cumpliendo con su responsabilidad y aunque desconocen la grandeza en su finalidad, confían, porque todas se sientes conectadas entre sí sirviendo a una causa mayor.

Llegar a esta percepción, casi clarividente, requiere de pureza del cuerpo energético del ser humano. Pureza de Mente y corazón. de las personas que se están trabajando su amplitud de Conciencia. Tiene que ver con el «prana» que somos capaces de inspirar y retener. Tiene que ver con el equilibrio entre los centros energéticos para poder conectar con nuestro Ser Superior. Pero sobre todo tiene que ver con la capacidad de nuestra Conciencia personal de no perder la conexión con la Conciencia Absoluta, que es ese «gran organismo» creador de todo lo viviente y que sólo Él es capaz de mantener unido en un sólo cuerpo.