Sentimiento de culpa

Nos sentimos culpables cuando no nos permitimos cometer errores y pensamos que hemos cometido malas acciones imperdonables. El problema del sentimiento de culpa es que raramente sirve para expiar el haber actuado mal, sino que lo que hace es reducir la autoestima y que uno dude de sí mismo, obsesionándose por lo que pasó.

El sentimiento de culpa lo crea la Mente, trayendo al presente, una y otra vez, lo que ya pasó y no puedes cambiar.

«Si ya choqué el auto, no tiene sentido frenar ahora para no chocar»… ya esa situación se dio. Lo que ya sucedió no se puede cambiar. Me di cuenta del error después… pero la Mente se encarga de traerlo al presente y recordármelo una y otra vez,

¿Qué hacer ahora? Cada situación del pasado que seguimos llevando a cuestas con gran sentimiento de culpa, la vamos a enterrar -bien sea visionándola o yendo a un bosque real-, haciendo un hoyo, poniendo la intención de lo queremos deshacernos, junto con el sentimiento de culpa, y desde el perdón por nosotros mismos y los demás. Podemos sembrar algo encima si nos apetece.

Pero lo importante es, SENTIR que nos hemos quitado de encima un gran peso, que no tenía ningún sentido y nos estaba coartando la libertad. Esto nos ayudará a resolver los conflictos internos, que primeramente sacamos a la luz, y luego los sanamos dándole «sepultura».

Ahora toca vivir por entero en el Presente, desde nuestro quehacer diario. Desde el agradecimiento. Ahora podemos desarrollar la coherencia entre el yo interior y el yo exterior para identificar cuál es la verdad esencial de nuestro propio ser y así liberarnos de toda carga negativa.

Perdonarnos a nosotros mismos. Amarnos para poder amar a los demás.

Miedo al miedo.

No está permitido y no nos permitimos tampoco, sentir y expresar nuestros sentimientos: «niño no llores. No estés triste. No te enfades. No grites. No saltes. Cállate.»

En la garganta y en el corazón queda guardado todo el miedo que reprimimos. Todo lo que no somos capaces de expresar. Por el MIEDO a ser regañados (no ser aceptados, no ser queridos) … en muchos casos nuestro niño interior sigue atrapado en la confusión desde su inocencia.

Todos esos que han caído en la trampa de pretender ser perfectos, sin permitirse sentir ni aceptar sus debilidades e imperfecciones, ni manifestar sus miedos y carencias, sintiéndolos como pecados, están viviendo en un sufrimiento gratuito e inútil.

Nada debe ser impuesto ni auto-impuesto. Nada funciona desde la obligación. El sentido de la responsabilidad es otra cosa, es una semilla que crece desde el ejemplo y nos proporciona paz con nosotros mismos, desde el sentimiento inconfundible de actuar correctamente.

No hay ninguna doctrina, creencia o filosofía que reconforte ni nos mejore siguiéndola a ciegas. La solución a todos los males es la AUTOTRANSFORMACIÖN siendo uno Observador de uno mismo para ir deshaciendo todo lo impuesto y caduco y quedar en esencia quien somos. Esto, que es simple aunque necesita perseverancia y constancia, nos lleva a acrecentar la CONCIENCIA personal para desdoblarla y expandirla hasta adentrarnos en la CONCIENCIA COLECTIVA UNIVERSAL.

Se trata de hacer un cambio dimensional en la forma de percibir y experimentar la vida. Y se puede cuando nos deshacemos del sutil miedo al miedo.