Miedo, pánico, terror.

mujer musulmana llorando. gazaEl miedo psicológico es a algo que podría suceder, no es  miedo a lo que está sucediendo. Y es este tipo de miedo al que tenemos que poner fin.

Una mente débil es una mente desordenada que proyecta sus fantasías; se dispersa, divaga, crea fantasmas, se obsesiona con algo…  no siendo capaz la persona de controlarla.

Demasiada cavilación e inseguridad producen ansiedad. Todas estas emociones terminan por crear efectos desestabilizadores también a nivel físico.

¿Qué síntomas  están asociados al miedo? La ansiedad, inquietud, vulnerabilidad, estrés emocional, angustia, opresión en el pecho, miedo a perder el control, taquicardia, insomnio, rigidez muscular, pensamientos negativos y obsesivos, depresión  y muchos otros.

Existen los miedos concretos que nos ayudan a percibir los peligros y nos conectan con nuestro inconsciente y lo reprimido.

Los otros miedos que aparentemente no tienen ninguna razón de ser son los de las personas que sufren pesadillas, personas hipersensibles. Los que sufren miedos a las brujas, espíritus, al mal de ojo  y todo tipo de supersticiones.  Preocupación  excesiva por los demás, temiendo siempre lo peor. Miedo al futuro, a la muerte, sentimientos de desprotección,  …

¿Cómo controlar la mente y desarrollarla y así acabar con el sufrimiento que crean  los miedos?

Permitir que fluyan las emociones y tomar conciencia de la realidad interior. En los momentos de tensión realizar la respiración consciente varias veces seguidas. Practicar yoga, meditación, chikung, y otras terapias de crecimiento personal.

Irradiar pensamientos positivos de dentro hacia afuera que proporcionen seguridad, bienestar y valentía, nos mantendrá en la calma en momentos de emergencia.

¿Cómo me percibo? .- Podemos conseguir mantener la calma y confiar en nuestras capacidades aun en situaciones de adversidad.  Para ello tenemos que hacer un trabajo con nosotros mismos: escucharnos, conocer nuestro modelo de conducta siendo observadores de nosotros mismos,  conocer cuáles son nuestros condicionamientos y cuáles son nuestras aspiraciones más profundas …

Pero sobretodo saber que nuestra salud física, mental y emocional se debe a la ARMONÍA que exista en nosotros entre el pensar y el sentir.

 

 

 

Guiar a los niños a conocerse

niña mirada profundaEn una sesión de Reiki, una mujer muy habladora y con formas avasalladoras me trajo a su hija de 13 años explicándome que era muy tímida y tenía pesadillas por las noches. Pedí me dejase a solas  con su hija y pude ver su fragilidad y sensibilidad. Al preguntarle cuál era su problema me contestó rápidamente “los miedos”.

Durante el día podía manejarlos pero en cuanto llega la noche, la oscuridad la paraliza y el terror y el pánico se apoderan de ella, me explicó.

Cuando hacemos Reiki entramos en el campo astral y ahí aparece toda una simbología del subconsciente que nos da las pautas para conocer las raíces del problema emocional que se padece. En el caso de esta niña, la vi muy pequeñita, envuelta totalmente por la oscuridad y flotando en el espacio.

Cuando terminé de limpiar y equilibrar las energías, llevándole Luz, comencé a explicarle cómo yo percibía su problema y cómo podría solucionarlo.

Para empezar le pregunté si creía en Dios y me contestó que le daba miedo. Según lo que yo había percibido, ella, en algún momento de su vida, eligió –inconscientemente- “olvidarse” y dar la espalda a sus orígenes: la Luz.  Al ser, con toda seguridad, una niña Índigo, ella cerró su sexto chakra de la intuición por su extrema sensibilidad y para no ser diferente al resto de los niños y de su entorno. Pero en ese momento se abrió la puerta de los miedos que fue alimentando hasta ya no poderlos controlar o dominar. Todos los pensamientos se convirtieron en negativos; el miedo a la muerte, a los fantasmas, a los espíritus… a Dios… Se encuentra perdida.

Le hablé de Dios como la Energía del Amor Puro, de los ángeles y los seres de Luz. Le hablé de que tenía la oportunidad de elegir nuevamente el camino que quería seguir de ahora en adelante, y de que los miedos son creados por la mente y no tienen ninguna realidad mas que la que le queramos dar.

Le enseñé varias herramientas para que pudiese controlar la mente desde la respiración. Y también le sugerí que se fiase de su ángel guardián y que lo invocase cada noche para que la acompañase durante el sueño.

A los niños hay que enseñarles a manejarse en este mundo, guiarles para que aprendan a conocerse a sí mismos y a conectar con su alma para que sean ellos mismos de forma completa, desde su ser esencial y eterno.

No es preciso pertenecer a ninguna religión para REZAR al Creador Supremo y conectarnos con la divinidad en nosotros, para no sentirnos abandonados, confusos, indefensos. No tengamos miedo de pedir ayuda… enseñemos a los niños a ir hacia dentro de ellos mismos, donde está el mayor Templo; la Verdad, el Amor…