
Oímos hablar del Poder de la Mente pero no nos lo creemos.
Ha sido cuando le he dicho ya muy en serio a mi Mente que no me importa en absoluto, ni me afecta, lo que hagan o digan los demás cuando me ha bajado la tensión arterial y duermo de un tirón toda la noche.
Por supuesto que, la Conciencia debe estar ahí presente y cada situación me exige enfrentarme a mi misma y modelar mi actitud y reacción, pero experimento de que sí se puede.
No se trata sólo de «tolerar» al otro sino aceptarlo tal cual es y esto significa una victoria sobre mi Ego.
No se trata sólo de «aceptar» al otro desde MI condescendencia y sacrificio sino desde el entendimiento y respeto por los demás.
Ser Observadora de mi personaje desde mi Conciencia (mi Ser) me lleva también a ser más paciente y compasiva conmigo misma, relativizar mi importancia y reaccionar menos.
