
Comenté ayer que mis hijos aunque ya adultos siguen creciendo… pero no, soy yo que, con la edad, me repliego físicamente sin darme cuenta …
Y se manifiesta también en las arrugas de la cara, que son pliegues del Alma que se reflejan en el exterior; unas por tantas risas y otras por tantas amarguras o decepciones.
Me recojo de manera natural, por eso se forman pliegues. Los mayores nos retiramos (o nos retiran). Ya ocupamos poco espacio… nos replegamos en nosotros mismos, de ahí las arrugas y la poca masa muscular …
La piel, cuando tienes una edad avanzada, se dobla formando surcos y plisados, a veces fácil de hacerles una lectura, como si fuesen códigos que se han ido recopilando a través de los años vividos y ahora emergen para dejar constancia.
Pero no hay que verlo de forma trágica, uno en su fase final, de ya haber cumplido con la vida, los pliegues que forman la piel son algo natural y conforma la belleza de lo aceptado con dignidad y sabiduría.
Todo tiene un final, menos el Alma y el espíritu.

