El papel de víctima

Hay material suficiente para hacer de la vida un drama pero también hay que decirlo, que es absurdo elegir ese camino, que lleva al sufrimiento.

Cuando te das cuenta de que existen otras posibilidades más sencillas y liberadoras, la actitud se flexibiliza, la panorámica se ensancha y la conciencia personal se conecta con la Conciencia Superior para conseguir expandirse más allá del Plano material.

Es decir, salirse del rol de víctima, supone un gran alivio.

Y es cuando te das cuenta de que no eres tu cuerpo físico y de que ni siquiera eres tu mente, cuando puedes comenzar a deshacerte de las emociones y condicionamientos que crean sufrimiento inútil.

Y es cuando te das cuenta de que lo que llamamos felicidad -y que buscamos fuera- se refiere a la paz que podemos sentir dentro y es el mejor estado que podemos desear y alcanzar, para luego compartirlo –irradiarlo– sin esfuerzo a nuestro alrededor.

El arte de vivir en paz

hombre implorandoConfiad en el Poder sanador de la mente cuando está enfocada en el Presente.

Podemos hacer de esta vida una orquestación de desatinos y lamentos o un canto armonioso al sintonizar con la vida.

Permanecer enfocados en el Amor, en nuestra vida cotidiana, será nuestro objetivo si queremos alcanzar un estado de paz permanente en el corazón.

«Amaos los unos a los otros como Yo os he amado. Y permaneced en mi Amor», fue el mensaje de Jesús.

La vida es sagrada. La aceptamos como un presente y desde el agradecimiento. Nos entregamos a ella con responsabilidad y compromiso de hacernos el Bien a nosotros mismos y a los demás.

Seamos generosos dando. Sintamos la activa presencia de Dios en nosotros y acabarán todas nuestras perturbaciones mentales.

«Conoced la Verdad y ella os hará libres». Dediquemos una hora al día a nosotros mismos; a conocer nuestros deseos más íntimos, a conectar con nuestra esencia, a escuchar nuestra voz interior.

Aliento, fuerza y confianza en uno mismo, son tres requisitos para abordar la vida con entusiasmo.

Determinación, constancia e intención clara, tres actitudes esenciales para lograr lo que nos propongamos.

Nos impulsamos hacia adelante desde la Conciencia despierta, serena y firme.

Desde la Energía del Amor Puro ascendemos. Liberados, irradiamos paz. Confiemos.