Avancemos

La sensación de movimiento es sólo una ilusión si solo nos columpiamos. Quizás sólo queríamos distraernos, entonces está bien pero si lo que pretendíamos era marchar y adelantar que sepamos que así no avanzamos.

Es nuestro cuerpo de Luz el que se eleva hacia dimensiones superiores en los sueños, creando un estado de Conciencia acrecentada. Estos sueños no se olvidan jamás aunque no entendamos el significado desde nuestra mente. Prepararnos antes de dormir, despejando nuestra mente, y poniendo nuestra atención e intención sobre lo que queremos soñar, es un avance, no importa el tiempo que nos lleve en conseguirlo.

La expansión y la confianza absoluta se tienen que experimentar por dentro pero nos frena y limita el pasado y lo poco que conocemos y confiamos nuestro potencial.

Somos lo que sentimos más que lo que hacemos, pero nos esforzamos y empeñamos en hacer … y nos olvidamos de quién somos.

Hacemos las paces, hacemos el amor, cuando la clave está en SER PAZ y SER AMOR.

Cuanto mayor me hago

Cuanto mayor me hago mi vista me permite percibir las sombras de lo que entrampa a las personas ingenuas e inconscientes. Me veo en ellas reflejada.

Se siente escozor al despertar cuando se ensueña de forma ilusoria. Yo misma lo he experimentado.

La decisión de avanzar debe ser firme porque duele en el cuerpo y en el alma deshacerse de la soberbia humana. Pero no hay vuelta atrás.

Cuanto mayor me hago, descubro en mí el Otoño de la Naturaleza. Los tonos ocres que antes traté con indiferencia, ahora los observo descubriendo su esplendor… inclusive puedo escuchar el mensaje de las hojas de los árboles mientras se dejan caer para fundirse en la Madre Tierra, nuevamente.

Escucho y siento el paso del tiempo como una música prolongada, hipnótica, armónica y desmedida a la vez, que me lleva y me entregará irremediablemente a donde acaba lo finito y se diluyen las formas.

Mientras tanto nada se detiene y esa misma comprensión me da la libertad de no sentirme indispensable.

Un viaje astral

luz entre nubesFue en una sesión de Terapia Regresiva cuando tuve una experiencia totalmente inesperada de viaje astral. En realidad se trataba de unas prácticas entre los alumnos que nos estábamos preparando como terapeutas en este campo, así que no habían expectativas de que ocurriesen grandes cosas teniendo en cuenta nuestra poca experiencia.

Me tocaba hacer de paciente y otro compañero hacia de terapeuta, comenzó a hablarme con voz sugerente para llevarme a un estado de relajación profunda. No sé en qué momento fue pero, en una décima de segundo, hubo una explosión en mi mente y en mí sucedió un desdoblamiento; por un lado era observadora y por otro era protagonista de una vivencia asombrosa…

… salí de mi cuerpo como una bala hacia arriba y  al mismo tiempo que sentía la tremenda velocidad y fuerza de salir disparada hacia el firmamento, mi «Yo» observaba cómo me alejaba directa al espacio.

Una vez «arriba», en el azul celeste, de una inmensa nube se asomaron unos rayos de Luz, tan poderosa, que supe era el mismísimo Dios.

Me quedé sin aliento debido a la impactante energía que me llegaba y su Fuerza era casi imposible de soportar. Temí que mi corazón fuese a explotar de un momento a otro. Me tendí cuan larga era, suspendida en el espacio, delante de esos rayos de Luz -de esa Energía- rindiéndome a Su Poder. Y me envolvió Su inmenso Amor.

La experiencia es inenarrable, los sentimientos, la misma vivencia, fue demoledora; se creó un antes y un después en mi vida, que luego lentamente fui integrando en mí. Quiero decir que, el hecho de vislumbrar la «Realidad» y de experimentar eso que está más allá de la Lógica, ya no quieres más estar en este plano material y denso y te quedas tan anonadada que la mente se bloquea mientras tu alma busca quedarse en la ensoñación de lo vivido en lugar de volver a este mundo.

Una cosa es segura: no hay vuelta atrás. Las experiencias nos van transformando y nos ayudan a avanzar en entendimiento. Cada vez estamos con una mente más abierta, más flexibles y con menos resistencias y eso nos permite fluir de forma sincronizada con las energías del Universo.