
Mientras uno se resiste a dejarse llevar por la corriente del río de la vida, hay tensión, desgaste energético y sufrimiento.
Mientras sea nuestra mente quien nos gobierne y caigamos en la trampa de creer que DEBEMOS planearlo todo, exigirnos, y que DEBEMOS sobre forzarnos hasta el cansancio para conseguir algo, habrá tensión, decepción y dolor.
No querer VER la realidad y las señales que el cuerpo y el Universo nos envía. No querer ESCUCHAR lo que nuestro corazón nos avisa y previene. Todo ello es parte de nuestra inmadurez y falta de consciencia.
Cuando por nuestra inconsciencia nos ponemos al límite de nuestras fuerzas. Nos metemos en callejones sin salida. Cuando por nuestra soberbia y codicia nos hemos perdido en el Camino de lo correcto. En esos casos y muchos más en los que la vida nos pone para que reaccionemos y nos encaminemos hacia el despetar de nuestra Conciencia, entonces, debemos darle en primer lugar un descanso a nuestro cuerpo físico, mental y emocional.
LE DOY UN DESCANSO AL CUERPO. Rompo por un momento con las obligaciones y soy amable conmigo mismo y me doy un respiro. Destenso mi cuerpo.
LE DOY UN DESCANSO A LA MENTE. Hago una cita conmigo mismo y le doy día libre a la mente. Salgo a pasear por la Naturaleza y me hago consciente de mis necesidades internas. Escucho a mi corazón desde el silencio y la quietud. Suelto las tensiones de la mente.
Cuando me deshago de la ansiedad, los miedos, las auto-exigencias, el auto-castigo, el sentido de la vida se hace más sencillo y luminoso, más ligero. Entonces, comienzo a confiar plenamente en que hay un Orden Superior ligado a la Naturaleza y yo a ella.
… entonces sí, entiendo lo que es FLUIR por la corriente del río de la vida … y le doy también un descanso también a mi espíritu para que se expanda en todas direcciones y así yo me beneficie de su Luz… que es mí Luz.