Como todo lo que concierne al ser humano en el plano mental, también la enseñanza y valoración del REIKI, tuvo su momento de gran acogimiento a nivel mundial para luego florecer cien sistemas más muy parecidos, como sistemas de sanación a través del Prana o por imposición de manos a través de la canalización de energías superiores… en realidad todas ellas se inspiraron en las sanaciones «milagrosas» de Jesucristo que tenía la maestría de todos los sistemas y códigos de sanación.
El que REIKI haya pasado a un «segundo plano» y ya no reciba ese reconocimiento total es debido a que los practicantes e iniciados en él, no profundizan en su conocimiento ni dedican el tiempo suficiente a su práctica para experimentar por sí mismos sus efectos que van más allá de la lógica. Hoy en día se quieren y esperan resultados rápidos…
Si no hay constancia y dedicación para conseguir la maestría de «algo», no importa qué, sólo conseguiremos frustrarnos, desilusionarnos y pasaremos a otra cosa nueva que nos llame nuevamente la atención. Perder el interés por algo es muy fácil si no nos comprometemos con nosotros mismos llegar hasta el final.
Y conseguir la maestría REIKI no es el final. Cuando te conviertes en maestrx, es cuando realmente comienza el verdadero Camino y entiendes que no tiene final. Desde la sinceridad, honestidad y Amor, comienzas a desarrollar las demás virtudes.
No es necesario en absoluto ir a buscar nuevos sistemas. Cualquiera de ellos, desde su dominio, abarcan todos los cuerpos y niveles del Ser.
El ejercicio para equilibrar y desbloquear los centros energéticos y apaciguar la mente que se enseña en REIKI es tan válido y efectivo como sentarse a meditar.
Alinear y armonizar los centros energéticos, conectando con la energía de la Madre Tierra desde el chakra Raíz y conectar desde el chakra Coronilla con la energía cósmica (ejercicio REIKI) magnetiza la médula espinal, despierta el Tercer Ojo y activa la glándula pineal, y este ejercicio es tan efectivo como cualquier otra práctica espiritual dentro de la Ciencia del Yoga, que es la más antigua, reconocida, y acreditada para alcanzar la iluminación.
Cuando ya tienes y sientes que tu Camino está trazado y te sientes firme y seguro en él, no sientes necesidad de buscar o probar nuevos senderos. Es más, ni siquiera es aconsejable mezclar varios sistemas. Si acaso, al final creas el tuyo propio, en cuanto has asimilado e integrado la Verdad, que es una.