La Mente física

Tenemos una mente física que se maneja según las circunstancias y desde pensamientos de baja frecuencia. Es densa, teme los cambios, es repetitiva, con pocas luces. No sabe pensar ni discernir. Habla desde el «yo».

Es conveniente educarla, puliéndola, si queremos evolucionar, para así unirla a la Mente Superior –que es intuitiva y neutral- y es la que le da un verdadero significado a nuestra vida desde la colectividad, como Almas. La Mente Superior está unida a la Conciencia.

La Conciencia tiene diferentes niveles que vamos alcanzando en el PROCESO evolutivo que llamamos vida. La Conciencia no tiene género y es impersonal. ¿Qué quiere decir esto? Es en la medida en que avanzamos, despojándonos del personaje que hemos creado, con ropajes adornados de creencias y supersticiones, de miedos y fobias, vanidad, soberbia y codicia, cuando comenzamos a experimentar y entender nuestra verdadera naturaleza y esencia.

Una vez nos deshacemos de todo eso que nos reviste de falsedades e ilusiones, comenzamos a perder la forma rígida convencional, para hacernos cada vez más transparentes, sencillos, humildes… verdaderos seres humanos y divinos que somos.

Y es, esa Conciencia Superior, la que nos guía sin esfuerzo hacia la paz interior. Al no poner resistencia, entendiendo que es desde la entrega y aceptación, que recibimos lo que necesitamos para nuestro crecimiento. Nada es casualidad. Confiamos plenamente.

La confianza absoluta

El ser humano es una pequeñísima parte del Todo ¿Puede acaso esa pequeñísima parte comprender el Todo?

La Fe o confianza absoluta no se puede explicar con palabras, va mucho más allá. Se trata de un convencimiento tan fuerte que se instala en el corazón que nada puede hacerle sombra o debilitarlo. No se trata de una creencia ciega que siente el que no tiene capacidad para pensar por sí mismo.

La confianza absoluta parte y se basa en un estado de comprensión superior, -de entendimiento directo- que no pasa por la Mente sino que es pura intuición de una verdad.

La persona espiritual tiene Conciencia de ser más que un cuerpo físico y mente. Tiene confianza absoluta de que existe una Inteligencia Suprema (Dios) que mantiene en orden todo el Universo y se siente en conexión con esa Energía Superior. ¿Qué es lo que le lleva a esa conclusión y firme convicción?

¿Cómo desarrollar la intuición? Podemos comenzar por cooperar con nosotros mismos; dedicándonos tiempo, prestándonos atención, escuchando nuestra voz interior, conociendo nuestras prioridades, desarrollando nuestros talentos.

Todo esto fortalece nuestra vibración personal y acrecienta nuestra Conciencia… y esto es fundamental.

La Dicha

El estado de Dicha lo vivencia nuestra Alma. No es un sentimiento o emoción que pueda crear la Mente.

Ni el esfuerzo, la intención o la voluntad de una persona, por muy espiritual que sea, .sólo por el hecho de sentirse espiritual o definirse así- puede alcanzar la Dicha, no es posible sólo con desearlo o anhelarlo. A no ser que se sienta conectada profundamente, desde su Alma, a la grandeza de la Conciencia Suprema.

La Dicha es un regalo del Cielo, por decirlo de una manera práctica. No tiene ningún sentido o propósito a nivel terrenal o material. No tiene explicación. Llega. Está presente en el Ser y sólo puedes disfrutarla y reconocerla desde el Alma.

Cuando la Dicha se posa en el corazón, la sonrisa aparece por si sola. Los ojos brillan. La piel se hace resplandeciente. Los seis sentidos florecen y esparcen su energía y aroma particular… y tú no tienes explicación para ese estado de felicidad y alegría que sientes …

Unificar nuestro cuerpo espiritual a la dimensión de la vida misma en su alto nivel, puede llevarnos a sentir la dicha de experimentar lo sublime del Ser que somos. Las personas tocadas por la Gracia son las que han adquirido conciencia de su propia Alma y les resulta fácil desarrollar las cualidades de la paz y el sosiego.

3 cosas a tener en cuenta

Mientras tengamos problemas sin resolver y estemos viviendo cada situación presionados por nuestro Ego, no podremos utilizar la Mente de un modo libre y claro. Como además, nuestra experiencia de vida está llena de aspectos negativos por zanjar, tenemos una sensación de culpa y cuenta pendiente que no nos deja sentirnos plenamente satisfechos con nosotros mismos.

¿Qué significa estar interiormente en paz? Cuando en nuestro corazón no hay miedo alguno ni nada nos inquieta, nada nos intranquiliza. nos sentimos livianos y libres y nuestro estado mental es de calma placentera.

Son tres las condiciones necesarias para sentir paz interior:

  1. Estar interiormente en paz con los demás.
  2. Vivir y aceptar la realidad de uno mismo.
  3. Desarrollar la Conciencia superior.

LA CONCIENCIA SUPERIOR.– Se trata de la energía creadora que existe en todo ser vivo. Primeramente hay que intuirla y después cultivarla hasta que se convierta en un estado de conciencia habitual y permanente. Es la Energía que nos conecta con las fuerzas del Universo.

Para ello tenemos que aprender a entregarnos del todo en lo que hacemos, sea importante o no, pues lo importante no es tanto la cosa que se hace sino cómo se hace.

Cultivar el hábito de crear y sentir la paz interior en momentos de descanso. Evocarla. Respirarla. Suspirarla conscientemente. Y así crear ese estado, como si fuese un hábito más, sonriendo hacia adentro.

Lo que uno descubre de sí mismo.

En mis adentros soy testigo del gradual envejecimiento de mi cuerpo.  Me hago consciente del campo de batalla por el que ha pasado mi piel y mis huesos. Lo poco que me he cuidado y el sobreesfuerzo al que tantas veces me sometí. Ahora se manifiesta lo que la prisa de mi juventud y la inconsciencia y las circunstancias de los siguientes años hicieron y mi cuerpo soportó.

Siento mi corazón pidiéndome reposo, sosiego. Pero las pruebas ahora son un reto directo y me enfrentan a que aplique lo que he estado predicando: el amor incondicional.

Soy testigo de mi personaje, ya defendiendo mi Ser esencial. Ya dejándome llevar desde mi naturaleza. No me queda otra que ser honesta conmigo misma. Hay un enfrentamiento entre la Mente y el Corazón.

Mi elemento es el fuego. Fui incendiaria, a veces descontrolada e impulsiva. Ya hoy, soy el rescoldo que todavía quiere y pretende dar calor a quien se me arrime. Tomar consciencia de quien uno es te da fuerza, seguridad en ti mismo, claridad mental y emocional. Y uno entiende entonces de que no hay vuelta atrás. Lo que uno  va descubriendo de sí mismo, eso queda grabado; es un añadido que reemplaza  lo falso por lo real. Y es así como uno  llega a reconfigurarse.

El MOMENTO PRESENTE es el espacio en el que ocurren las cosas. La Conciencia le brinda Luz.

 El momento presente NO es lo que ocurren. (Las situaciones son cambiantes pero el AHORA siempre es el mismo). No es fácil de entender… el momento PRESENTE NO ES LO QUE OCURRE sino CÓMO lo vivimos.

 Ocurra lo que ocurra ahora, eso no es en donde tenemos que poner la atención.
Seremos Observadores de ese ESPACIO que llamaremos CONCIENCIA. Lo que somos, ligados a la Conciencia Superior que llamamos Dios.

En lugar de identificarnos con lo que ocurre, nos haremos conscientes del Presente en sí, más allá de lo que ocurra porque en ese AHORA también existe la serenidad y el silencio. Nosotros elegimos cómo vivirlo, con qué actitud.

Y llega un momento en el que te familiarizas con ello y sabes que lo puedes dirigir y transformarcrear, según tu Conciencia (lo que consideras correcto desde tu corazón).

El entendimiento muta.

Tenemos que construir la conexión con nuestro «Yo Superior» (siendo nuestro propio ángel guardián).

El referente es nuestra ESENCIA, nuestro Ser, donde está el Principio FEMENINO y MASCULINO.

Entonces, toda experiencia que se ha hecho desde la distorsión será corregida por sí misma, al haber entrado en un grado de Conciencia superior.

A partir de ahí, surgirá una percepción mayor. No sirve decir «eso ya lo sé» o «eso es muy difícil», aparecerá la COHERENCIA.

El entendimiento muta, se expande diariamente, si estamos abiertos a ello.

Cada día podemos aprender algo nuevo; es un proceso en espiral; la percepción es expansiva si no ponemos resistencia.

Muchos, desde una identidad manipulada y de auto-engaño , trabajan para liberarse del Ego. En realidad, esa Mente, trabaja justamente para todo lo contrario: la preservación del Ego. Cuidado.

Sólo siendo libres de esa identidad personal egoísta -narcisista a veces- somos capaces de reconocer lo que sin esfuerzo y fuera del tiempo es; nuestra condición divina.

Ser uno mismo.

Para conocernos a nosotros mismos debe despertar la Conciencia. Debe estar presente la intención del Observador en nosotros.

Uno mismo es quien es desde el Ser que lo habita. Pero este Ser -nuestra Alma y Espíritu- está bajo tantas capas de condicionamientos, restricciones sociales, limitaciones educativas, religiosas, etc., que en la mayoría de los casos no se le llega a conocer en vida.

Quien somos en esencia, se distingue principalmente por los valores más elevados; la impecabilidad. Impecable es lo que no tiene defecto alguno.

Te vuelves impecable cuando conoces y crees en el poder de tu Ser. Y cuando sientes esa fuerza interior y la reconoces como tal, es cuando te vuelves impecable. No tiene nada que ver con la Mente; no se razona, se es. Muchos hablan de «empoderamiento» pero lo hacen desde el Ego y eso es desastroso.

La impecabilidad trata de salvaguardar tu dignidad humana, quien eres, tu ser esencial; sin doblegarla, ni venderla, ni cederla, por nada.

Ella no tiene nada que ver con tu orgullo personal que viene del ego/mente. No se trata de servir intereses o perseguir éxitos materiales. Hablamos de valores que están muy por encima del ser humano común y corriente, estos valores perteneces al Alma y al Espíritu; a la Conciencia Superior.

Reflexionemos sobre ello. Movámonos hacia nuestro interior.

La paz interior

La paz interior es la base de la espiritualidad. Es tu espíritu, sin equívocos, bendiciéndote. Se trata de un estado de unión con la Conciencia superior que mantiene serena tu Alma, suceda lo que suceda en el exterior.

Para conseguir esa paz hay que hacer un trabajo de limpieza y purificación en nuestro cuerpo mental y emocional.

Es el Amor el que purifica y sana. Es el Amor el que transforma las emociones negativas en compasión y las energías densas las hace livianas para que fluyan con ligereza, simplificando las cosas hasta hacerlas bellas.

Allí donde había sufrimiento, la paz interior, lo transforma en aceptación y templanza.

Es así, convertido en Amor, como puedes amarte a ti mismo de forma absoluta para poder amar a los demás de igual manera.

Y para que ese Amor no se estanque y siga creciendo, pones un poco de tu Amor en cada ser vivo para volverte UNO con toda la humanidad y con la Madre Tierra.

Siente el calor y la Luz que emana de tu corazón.

Conserva la paz y el Amor en tu corazón haciendo el bien, a ti mismo y a los demás. Conserva la paz y el Amor en tu corazón, como una nueva forma de vida llena de Luz.

No se trata de creencias sino de sentir a tu Ser.

Nuestros centros energéticos

Desde el REIKI le llamamos ejercicio de auto-sanación o alineación de los chakras al ejercicio que te ayuda a trascender la mente y a conectar con el Ser esencial que eres.

Si haces el ejercicio todos los días, poniendo las manos en cada chakra,* de arriba abajo, sentirás cómo cada vez más se fortalecerá tu certeza de que principalmente eres Luz (energía) y que ésta emana de la Conciencia Superior.

Comienzas entonces a experimentar cómo funcionan y están separados, el yo-personaje que se mueve en el Plano material y el ALMA, que es ilimitada y puede despertar en ti, la Presencia Divina que habita en tu corazón.

Detrás de tu idea de individualidad existe una «intuición» que sobrepasa a la mente y es la de poder experimentar que el UNO nos incluye a todos los seres vivos y a toda la creación.

Lo que nos confunde y nos hace tener miedos y sentirnos abandonados o perdidos es justamente el habernos desconectado de nuestro Origen… habernos alejado de nuestra esencia y naturaleza.

Así que «si tu espíritu quiere volar más alto que las palabras; dale alas», como muy bien dijo alguien.

  • en este Blog puedes encontrar cómo realizar este ejercicio que yo te animo a hacer. Llevo más de quince años haciéndolo y sé que es lo que me mantiene conectada con la Conciencia Superior que me guía, con Dios.

Mi Yo

Mi Conciencia me indica que debo actualizarme continuamente. Mi intuición me avisa y anima para que así sea. Me pone en alerta de mi yo-mental que se resiste a ello.

El Conocimiento directo -que no pasa por la mente- convierte en desafío mi anhelo de avanzar y concentra la energía en esa dirección para que no me acomode.

No es mi Yo quien decide, es la Conciencia Superior, a la que entrego mi voluntad.

Por momentos se diluye la identidad personal y una aparente apatía no es nada más que he dejado de tener deseos o preocupaciones por el futuro. Confío. Mi corazón palpita desde la certeza absoluta que el Universo y la Madre Tierra me protegen.

La Mente se vuelve cada vez más sencilla. Los pensamientos parecen elásticos y el espacio entre ellos también se alarga. Lo personal y cotidiano pierden importancia al entrar el Ser en otras dimensiones .

El cuerpo físico, es solo eso, el vehículo. Es el Alma y el Espíritu quienes cobran ahora su magnificencia.

Mi respiración se hace consciente y siento que te amo, lo sepas o no.