Conocimiento intuitivo

Una cosa es desobedecer una orden o ley, por llevar la contraria, por fastidiar al otro como única forma de demostrar nuestra rebeldía y oposición, sin más razones.

Sin embargo, si aprendemos a discernir; a cuestionar las cosas, algunas veces -aun sin quererlo- nos toca desobedecer, simplemente por derecho; por ser honestos con nosotros mismos.

Esa voz que nos habla directa al corazón o ese impulso intuitivo que nos detiene de hacer algo, esa ráfaga de pensamiento que ilumina nuestro entendimiento por un instante y hace cambiar nuestro rumbo planeado… eso es el conocimiento intuitivo.

Calmar la Mente, trascenderla, ir a nuestro interior y conectar con nuestro Ser, hace que recuperemos nuestra capacidad de diferenciar los pensamientos de la Mente -que normalmente son engañosos- de las ideas luminosas que nos dicta nuestra Conciencia.

Sólo por Hoy.

Hoy hago lo que tengo que hacer, mañana será otro día. Dejo de pensar y planear y mi mente entra en calma.

Sólo soy Observadora de lo que hay a mi alrededor, simplemente observo, sin entrometerse la Mente para juzgar o analizar.

No existe ninguna preocupación ni cuestionamiento, Todo está en orden en mi interior. Nada que reclamar, nada adeudo, ningún deseo o exigencia, ningún reproche…

Me he perdonado cuando me he cuestionado algún comportamiento en mi que he considerado no aceptable, Mi Conciencia así está en paz.

Total aceptación del momento. Dentro de esta calma, está mi Alma sosegada y la Presencia divina se ha posado en mi corazón.

¿Acaso no es este estado el perfecto? ¿Quién no puede desearlo para sí mismo?