Decir la verdad

mujer mariposa bailandoLo más difícil en esta vida tan ilusoria y de apariencias es vivir en la verdad; no tener miedo a decirnos y decir a los demás nuestro sentir. ¡Todo un reto para los corazones encorsetados!

Lo he vivido en carne propia así que puedo hablar sobre ello desde mi experiencia. En mi niñez mi madre vivía a la sombra de mi padre -como era la norma en aquella época- y me imagino que para poder sobrellevar esa situación de represión, las mujeres aprendieron el arte del disimulo y la «mentira blanca» como algo muy normal.

Ese patrón de conducta lo heredamos los hijos inconscientemente. Yo misma lo introduje en mi propia vida de forma drástica. Recién cuando tenía 55 años despertó mi Conciencia y el suelo se abrió bajo mis pies cuando dije BASTA. ¿Quién soy entonces? … Si no soy ese maniquí -figura articulada y manejada exteriormente- quién soy.

Entonces comenzó el compromiso conmigo misma de decir siempre la verdad, a mi misma y a los demás, pasase lo que pasase. Eso significaba; no fingir, no disimular, ir de frente aunque fuese contracorriente y sobretodo respetar y dignificar mi persona, no importaba cuán grande o pequeña fuese.

Este trabajo requiere al principio de plena atención cada momento del día. Hay que ir rectificando, puliendo, redirigiendo las formas y el habla. Inclusive decirle a alguien «perdona, no es verdad lo que te acabo de decir»

Aprender a guardar silencio. Pensar antes de hablar. Pero lo más importante es mantenerse firme y no dejarse llevar por los miedos y las dudas. Ardua tarea pero a la vez muy gratificante cada pequeño avance que se hace.

Y desde el comienzo nos hacemos conscientes de cuántas mentiras -mentiras blancas- que se supone no hacen daño a nadie pero que van enturbiando nuestra realidad hasta que nos envuelven de tal manera que estamos muy lejos de actuar, pensar y sentir desde nuestro corazón.

Este tipo de LIMPIEZA y purificación, se hace necesaria cuando uno se siente frustrado y mal consigo mismo «sin motivo». Hay que pararse para poder corregir patrones.

Yo os animo a ello, os asombraréis …

Pensar y actuar

hombre y caballo«Pensar en cambiar no es cambiar es PENSAR»

Todo plan de acción comienza por una idea. Puede quedarse en el aire como fantasía. Puede que seamos muy buenos «ideando» y solo se quede en eso. Puede que los miedos y la inseguridad nos impidan llevarlos a la práctica. O puede que nos pongamos a actuar, manteniéndonos enfocados en el plan hasta que se materializa.

El enfoque es la clave para centrar la atención en lo que queremos conseguir. Tiene que haber una meta. Tienes que creer en tí y volcarte en ello al completo. Hasta el final, dando lo mejor de tí, entonces no importará el resultado; has disfrutado realizándolo.

Pero es necesario primero elaborar un mapa que refleje los siguientes datos:

1) ¿Qué es exacta y concretamente  lo que quiero? Definirlo con todo detalle ayudará a poner Luz en lo más profundo de nuestro ser. ¿Se trata de algo en el ámbito profesional, personal, vocacional, …?

2) Conecta con esa emoción y deseo. Visualizala, dale forma.

3) Escribe, en presente, con lenguaje positivo que refuerce el enfoque, tu deseo. (Leelo varias veces al día)

4) Escribe el plan de acción; qué apoyos necesitas, de qué nuevas  actitudes  necesitas, qué formación o preparación requieres, qué prioridades surgen, cómo lo vas a afrontar…

5) Crea pequeños logros en el camino para lograr tu objetivo; a corto y mediano plazo.

6) Comparte tus sueños con gente que te apoye y anime a conseguirlos. Únete a los que tienen intereses parecidos para trabajar y valoraros mutuamente. Acepta los buenos consejos que te ayuden a impulsar tus objetivos.

7) Celebra los pequeños logros para que te mantengan motivado. Y agradecelos por muy pequeños que parezcan.