Todos nos equivocamos. Todos cometemos errores y le fallamos alguna vez al otro o a nosotros mismos … Saber que vivimos en el mundo/ dimensión de la Dualidad no sirve como justificación pero ayuda a comprender nuestras reacciones, también ayuda a perdonarnos, pedir perdón e intentar mejorar día a día nuestras acciones y reacciones.
Es nuestra Conciencia la que nos avisa. Si somos observadores de nosotros mismos, siendo testigos del «personaje» (nuestro yo inferior o Ego) cómo actúa, nuestra Conciencia hará sonar la alarma en cuanto nos salgamos de lo que consideramos normal o bueno. Todos lo hemos experimentado; nos sentimos intranquilos, descontentos con nosotros mismos, incluso malhumorados por nuestro proceder aunque intentemos justificarnos.
Cuando nos enfrascamos en una discusión y herimos a otro, nuestro corazón cambia el ritmo de palpitación; se vuelve agitado. Nuestra mente dispara el sentimiento de ansiedad y rabia … Todos ellos síntomas de alarma de nuestra Conciencia. Es hora de reflexionar y si toca pedir perdón o solucionar un mal entendido, no lo dejemos para más tarde porque sin duda se irá agravando y embrollando momento a momento
¡Que el Amor prevalezca sobre la ira o el odio! ¡Que el Amor sea nuestro lenguaje!
Que no nos cueste tender la mano para pacificar situaciones en las que el orgullo y la rabia oscurecen y bloquean el camino del entendimiento. Que el «yo tengo la razón» no sea el impedimento para el abrazo que hermana.

No es suficiente compartir ideas si no llevan también consigo el alma de quien idea.
