La incondicionalidad de Dios

Las alabanzas pertenecen a Dios. Y todo y todos somos seres divinos en Él. Todos los seres estamos incluidos dentro de Su Luz de Amor infinito.

Así como los rayos del sol no son independientes del Sol, igualmente no podríamos subsistir por nosotros mismos aparte del Creador de todos los Universos.

Porque no tenemos existencia propia. La energía vital que nos da vida viene de Él.

Cuando esta vida finalice seremos ABSORBIDOS nuevamente en Él.

Cuando entendamos esto, con firme convicción de que así es, nos liberaremos de la carga y exigencias del Ego y de la Mente.

Nada es casualidad. Todo sigue un Plan divino que nuestra limitada mente no puede llegar ni a imaginar Su magnitud. Es nuestra soberbia y resistencia a seguir las Leyes Universales, lo que nos causa sufrimiento y desdicha.

Lo que llamamos Dios es enteramente INCONDICIONAL.

«Quien se conoce a sí mismo conoce a su Señor«

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