
Las verdades no surgen de las creencias sino de la Conciencia. Y las experiencias de vida atestiguan que la vida surge de la vida. Todo es CONCIENCIA… pero la mayoría de las personas las tienen encerradas …
Tanto el saber como la ignorancia son nuestras, no hay excusas ni justificaciones; sabemos tanto como queramos saber. La desinformación y el desinterés por saber sobre nosotros mismos nos convierte en simples «envoltorios«. Hemos elegido atender la imagen en lugar de dejarnos alimentar por nuestro espíritu y la Intuición.
Dentro del proceso de vida existen cinco etapas: nacimiento, crecimiento, madurez, vejez, muerte (del cuerpo). La capacidad de desarrollar estas etapas al máximo nos llevará a obtener un conocimiento directo y no tener que depender de las creencias y opiniones de los demás.
Cada etapa tiene una función. Llegar a la madurez y no haber conseguido la sabiduría de vida, que deberíamos haber adquirido, hará que la vejez se viva con miedo y desde una soledad sufriente.
Hablar de sabiduría de vida es haber llegado al entendimiento de que somos Conciencia y que a través de ella estamos conectados a la Conciencia Superior que llamamos Dios. Esta conexión viva es la que fortalece nuestra identidad como Seres humanos y divinos que somos.
Cuando la salud física y mental duran menos que nuestra vida, debemos detenernos porque algo mal hemos hecho; seguramente no atenderla con suficiente atención.
Mientras pensemos que tenemos algo que perder no seremos capaces de acceder a nuestro propio poder; el de nuestro espíritu.
Reflexionemos.
