Pillemos fuerzas; estamos en un frente de batalla. Así es la vida.
Estemos atentos para valorar los momentos de paz interior, cuando sintamos que entra aire fresco por nuestras fosas nasales. Respiremos conscientemente, agradecidos. Es la Presencia de la Conciencia.
Para ver lo concreto del mundo es necesario saber ver. No sólo mirar, sino ver desde la observación lo más imparcial posible.
Para concebir y sentir a Dios y Su Omnipresencia, es engañoso hacerlo desde la Mente, porque Lo rebajaremos a un dios personal.
Es lo divino lo que ilumina la Mente y nos acerca a la Conciencia Suprema. Apenas somos ahora mismo un alma humana. Pero que sepamos que tenemos todo un campo enorme de posibilidades porque somos libres para avanzar y evolucionar en la medida y ritmo que sepamos y queramos hacerlo… Y descubrir que somos seres de Luz. Ya lo somos.
Mantengámonos en la máxima vibración de Amor y Paz.
