
Una mujer estaba desesperada buscando su collar más valioso y querido. Su angustia la hacía dar vueltas y vueltas buscando una y otra vez por los mismos sitios, lamentándose ¿cómo es posible que lo haya perdido?
Su Mente no conseguía centrarse. Cada vez estaba más nerviosa y fuera de sí. No escuchaba los consejos de los demás que iban detrás de ella apenados de verla en ese estado.
Llegó a saludarla una amiga y la preguntó qué le había ocurrido que estaba tan alterada. De forma entrecortada le explicó que había perdido su collar más querido y valioso. ¡¿Dónde puede estar!? gritó finalmente.
La amiga extrañada le señaló el cuello y preguntó ¿no es este que llevas puesto?
Estemos atentos, El quienes somos ya está en nosotros. Lo que se hace necesario es deshacernos de nuestra ignorancia sobre nosotros mismos. Mantener siempre la calma y la alineación y conexión de nuestros centros energéticos con las energías del Universo.
Dediquemos cada día quince minutos a ir hacia nuestro interior. Respirando suave y lentamente. Sintiendo que ya estamos completos, sólo necesitamos despertar y reconocer quienes somos.
Si así lo hacemos, jamás perderemos de vista lo que nos pertenece.
