
Al ser observadores de una experiencia, parecería que estamos separados de la misma pero la realidad es que somos el que observa la vivencia y al mismo tiempo el que la vive. Así es como yo lo he experimentado siempre que me ha sucedido algo extraordinario, en la que he salido del cuerpo y ha sucedido un desdoblamiento de Conciencia,
Una vez, entrando en una relajación profunda, salí del cuerpo como una flecha y me planté en medio del cielo azul, en frente mía una gran nube y detrás de ella una Luz tan potente que me cortaba literalmente la respiración. Me postraba ante esa poderosísima Luz, que entendí era Dios, y que irradiaba una energía de puro Amor que me llenaba de una inmensa felicidad. Al mismo tiempo, otra parte de mí estaba observando toda esa escena de la que yo era protagonista y me decía «nunca más seré la misma«
Así que, luego entendí que nuestro Ser puede estar en diferentes niveles o dimensiones al mismo tiempo y ser observador de sí mismo en todos ellos de forma simultánea…
Además, es bueno saber que luego le sigue un proceso de Conciencia colectiva. Es un proceso de unificación y completitud que va parejo con la unificación de la Conciencia individual.
Cuanto más unificados nos sintamos y nos identifiquemos con todo ser vivo y más coherentes seamos con nosotros mismos más buscaremos el silencio y la soledad para percibir enteramente ese estado de plenitud en el que entramos, a la vez que sentiremos un vacío y una compasión honda por la humanidad, que en un porciento muy elevado, todavía está en niveles de sufrimiento debido a su baja Conciencia.
La ignorancia de sí mismo, el vivirse separado del Todo y la soberbia no les dejan fluir en la energía del Amor, haciendo que el ser humano viva ciego a su Realidad y verdadero potencial y se resista en descubrir la magnificencia de la misericordia divina.
Como dijo el gran científico mexicano Jacobo Grinberg «la experiencia se experimenta a sí misma«



