
A veces confundimos nuestros sentimientos y emociones. Si ahondásemos un poco más en nuestro sentir, eso nos podría ayudar a desenmarañar conflictos que tenemos y que no sabemos cómo solucionarlos y sanarlos emocionalmente.
Por ejemplo, hace un tiempo yo pensaba que lo que yo sentía era frustración y eso me producía enojo conmigo misma. Y no sabía cómo resolverlo y quitarme de encima esa sensación molesta.
De pronto, alguien me habló de la DECEPCIÓN y eso vibró en mí y me dije «eso es lo que yo siento». Y de un momento a otro, me liberé de esa sensación pesada que llevaba arrastrando tiempo. Fue, el reconocerla y aceptarla y sentí un gran alivio.
Ojo, que no quiero engañaros. Me tomé una homeopatía (Ignatia) que es específica para el sentimiento fuerte de decepción, y que es fácil confundir con la depresión.
Las emociones relacionadas con la decepción son como de dolor y pérdida. Esta homeopatía ayuda a deshacer las lágrimas reprimidas y hace volver la sensación de esperanza. Bien sea por la pérdida de alguien querido, la aflicción al finalizar una relación, la traición o engaño por parte de nuestro mejor amigo. Todo lo que nos cause decepción, mezclado seguramente con rabia y frustración, pero que lo hemos reprimido. Todo lo que está relacionado con nuestras esperanzas y expectativas no satisfechas producen decepción.
