Queremos creer

Las promesas que siempre serán realizadas mañana. La esperanza, no tangible, de lo que está por venir y se queda en la espera. Siempre una luz al final del túnel que no tenemos seguro si llegaremos a cruzar. Siempre la propaganda de un paraíso prometido. Pero confiamos, queremos creer.

La felicidad soñada, la paz deseada, nos será dada en un tiempo que siempre será después.

El Cristo y Mesías del que anuncian su venida desde siempre y en él se cuelga toda responsabilidad y al que tendremos que seguir esperando, por siempre, a que nos salve…

Este es un mundo ilusorio y de engaño -autoengaño- donde existimos y sobrevivimos gracias a las promesas y esperanza, sin querer ver la realidad. Mientras tanto uno sigue viviendo en la mentira de sñi mismo, uno no se esfuerza, no crece, no se responsabiliza, no se toma en serio, uno no sabe quién es, uno no dice basta, uno no se construye y se esfuerza por ser quien es.

Queremos creer, es más cómodo. Le echamos la culpa al otro, es más cómodo.